"Para entender la actualidad griega, hay que conocer los antecedentes
de los ataques especulativos contra Grecia y el Sur de Europa por parte
del cártel bancario de los 13 megabancos y sus gobiernos respectivos
(Alemania, UK, Francia, Suiza, Luxemburgo y EEUU), y la creación de un
mercado casino específico de deuda para apostar y especular contra el
Sur de Europa.
Así lo explicábamos en el artículo publicado por el Centro
Latinoamericano de Administración para el Desarrollo(CLAD), a la que
pertenece el siguiente extracto referente a la situación de Grecia:
Como publicó el The New York Times en un famoso artículo sobre el entramado especulativo en torno a la deuda griega y posteriormente contra los países del sur,
“mientras
las condiciones financieras de Grecia empeoraban, poniendo en peligro
al euro, los líderes europeos empezaron a criticar el papel de Goldman
Sachs y otros bancos en la gestión de los problemas del país.
Pero
incluso antes que esa cuestión fuera aparente, una pequeña y desconocida
empresa respaldada por Goldman, JP Morgan Chase y cerca de una
docena de bancos crearon un índice que permitía a los inversores apostar
sobre si Grecia y otras naciones europeas quebrarían.
El pasado septiembre, la empresa Markit Group de Londres introdujo el Traxx SovX Western Europe Index que se basa en swaps y que permitió a los operadores apostar en contra de Grecia justo antes de la crisis. Esos swaps se han convertido en cruciales en la crisis de la deuda soberana en Europa” (Schwartz y Dash, 2010).
Es decir, la especulación en el mercado casino se había
enfocado a los productos respaldados por hipotecas como los CDS o CDO en
un primer momento y, posteriormente, cuando el cartel
bancario que controla el mercado casino creó un índice para valorar los
derivados de las deudas soberanas -en septiembre de 2009-, las apuestas
contra los países y sus deudas se dispararon.
Entre 2008 y 2009 hubo un incremento exponencial de las apuestas contra la deuda griega.
“Alemania, además,
es quien promovió las apuestas contra la deuda del sur. El Deutsche
Bank fue uno de los artífices de este nuevo Merk-ado de deuda soberana
-y de su índice de precios Markit- que disparó los ataques
especulativos. Goldman Sachs asesoró a Grecia para
ocultar su deuda y así logró entrar en el euro; después, con esta
información privilegiada, apostó junto con Deutsche Bank que Grecia se
hundiría” (Ballbé y Cabedo, 2012).
Según Philip Gidakis, jefe de estrategia de crédito de UniCredit de Munich, los Sovereign Credit Default Swaps son “como comprar un seguro de incendios sobre la casa de tu vecino, que genera un incentivo para quemarle la casa” (Schwartz y Dash, 2010). “Como
hay muchas apuestas en contra de la capacidad de Grecia de devolver los
vencimientos de deuda, a este país le resulta cada vez más difícil
asegurar la emisión de nueva deuda y aumenta el coste de acceder a
créditos.
Los apostantes contra Grecia tienen un gran incentivo
para propagar noticias pesimistas e incluso falsamente interesadas
contra la capacidad económica del país. Al tratarse de transacciones swaps que
se producen OTC (sin ningún registro ni publicidad), no se sabe en
realidad quién posee intereses financieros en que Grecia funcione
mal. Algunos operadores consideran que los swaps incluso empeoran el problema de la deuda soberana de Grecia” (ibídem).
La posibilidad de apostar contra la deuda de un país atenta contra su soberanía y es un ataque frontal a su estabilidad.
La existencia de este mercado ya supone un riesgo, pero el principal
problema radica en la falta de inspección y en la falta de revelación de
información, que no permite identificar a los actores ni tampoco
controlar si estos apuestan con información privilegiada, ni si en estas
apuestas median conflictos de intereses.
“Pero mientras algunos líderes europeos han
culpado a los especuladores financieros en general del empeoramiento de
la crisis, la ministra de Finanzas francesa, Christine Lagarde, la
semana pasada apuntó a los Credit Default Swaps.
La
Sra. Lagarde, dijo que unos pocos operadores están dominando este
campo, y dijo asimismo que es necesaria una regulación más estricta de
estos productos. Las operaciones sobre crédito soberano del índice de
derivados Markit se dispararon este año, ayudando a aumentar el coste de
asegurar la deuda griega, y, a su vez, lo que Atenas tiene que pagar
para obtener préstamos.
El costo del CDS de
10.000.000 dólares de los bonos griegos, por ejemplo, se elevó a más de
400.000 dólares en febrero, frente a los 282.000 dólares a principios de
enero. Durante varios días a finales de enero y principios de febrero,
ya que la demanda para la protección de los swaps se disparó, los
inversores en bonos griegos huyeron del mercado, generando dudas sobre
si Grecia podría encontrar compradores para sus bonos.
‘Es el ciego guiando a otro ciego’, dijo
Sylvain Raynes R., experto en finanzas estructuradas en R & R
Consulting en Nueva York. ‘El iTraxx SovX no creó la situación, pero la
ha exacerbado’. El índice Markit se compone de los 15 ‘credit default swaps’ más negociados en Europa y cubre otras economías con problemas, como Portugal y España.
Y
ante la preocupación por la deuda de determinados, en febrero explotó
el comercio de los CDS de este índice. En febrero, la demanda de los
contratos sobre este índice alcanzó 109,3 mil millones de dólares, por
encima de $52,9 mil millones de enero. Markit cobra una tarifa por la
concesión de licencias a operadores para el comercio de productos de
este índice.
Los bancos europeos, entre ellos los gigantes
suizos Credit Suisse y UBS, francés Societe Generale y BNP Paribas y
Deutsche Bank de Alemania han estado entre los más destacados
compradores de estos swaps, de acuerdo con las fuentes anónimas que han filtrado esta información” (Schwarts y Dash, 2010).
Como no es obligatorio ningún tipo de revelación de la
información ni existe ningún registro de compradores o de los intereses
en juego, las fuentes siempre permanecen ocultas.
Como se aprecia, se trata de algunos de los mismos bancos que se han citado anteriormente que controlan el mercado de derivados global concentrado en Londres y EEUU, que también ha publicado Louis Story en The New York Times. “Esto
es así porque estos bancos y países son los más expuestos.
Los bancos
franceses tienen 75.400 millones de dólares en valor de la deuda griega,
seguido por las instituciones de Suiza, a 64.000 millones de dólares,
según el Banco de Pagos Internacionales (BIS). La exposición de los
bancos alemanes se sitúa en 43.200 millones de dólares” (Schwarts y Dash, 2010).
Precisamente porque estos países tenían mucha exposición a la
deuda griega, fueron los que promovieron la creación de estos índices a
través de los cuales podían hacer apuestas en un nuevo gran mercado de
derivados (casino) centrado en deuda soberana, donde podían apostar a
que Grecia acabaría en default.
Estas apuestas tienen
sentido si pensamos que los países tenedores de deuda griega en un
momento dado fueron conscientes de que no podrían cobrarla y, desde ese
momento, decidieron sacar beneficios apostando en contra de Grecia para
sacar tajada de su default." (Manuel Ballbé, 03/01/2015)
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