"El “documento no oficial” que Wolfgang Schäuble presentó a sus colegas
ministros de Finanzas en una reciente cumbre del Ecofin en Luxemburgo (filtrado por el periódico Handelsblatt) es algo parecido a una paradoja. (...)
Una de sus tesis principales es que la Eurozona carece de un
procedimiento que permita declarar insolvente a un Estado miembro cuando
ha perdido el acceso a los mercados financieros. Esto provoca que la
renegociación de la carga de una deuda insosteniblemente alta sea más
complicada de lo que ya es.
El documento no oficial de Schäuble utiliza
incluso la crisis griega para argumentar que esa situación produce un
“malestar social innecesario“ y acentúa la crisis.
¿Es necesario recordar que él es el mismo ministro de Finanzas que,
hace solo un par de meses, rechazó con obstinación discutir cualquier
tipo de medida para aliviar la deuda de Grecia a pesar de que esta
soporta una enorme carga de endeudamiento y sufre una recesión que ya es
peor que la Gran Depresión? (...)
informe del Halle Institute que señala que los mercados financieros buscan seguridad
transfiriendo capital a los bonos alemanes siempre que hay malas
noticias para Grecia. Se considera que el ahorro de la tasa de interés
que resulta de esta operación es alto, alrededor de los 100.000 millones
de euros en un periodo que va de 2010 a 2015.
Además, a esos beneficios
se suman cada año considerables importes de bonos emitidos con unas
tasas de interés muy bajas que en los últimos años están todavía lejos
de haber alcanzado su vencimiento. Esta tasa de interés de bono más bajo
supera el importe total de la deuda que Grecia debe a Alemania.
En
resumen, aunque Grecia dejara de pagar la totalidad de su deuda (que
parece poco probable ya que la política en Europa está regida por el
principio de “la santidad de la deuda”), Alemania seguiría obteniendo un
beneficio neto de todo esto.
No es de extrañar, por tanto, el notable giro de 180 grados en la
actuación de Schäuble que le ha permitido pasar de ser el “duro
acreedor” de dos meses antes a ser el “acreedor compasivo”.
Efectivamente, el objetivo de las propuestas de Schäuble es, en ambos
casos, conseguir que los mercados sean más inseguros y más conservadores
para que se transfiera más capital financiero de los países
periféricos, y de esta forma suban las tasas de interés en los bonos no
alemanes y bajen en los bonos alemanes. (...)
Según la última propuesta, los mercados se desestabilizarían si se
impone una regla por la que toda emisión de deuda nueva en la zona euro
debería incluir una cláusula que especificara que el vencimiento de la
deuda en circulación se prolongará automáticamente desde el momento en
que un Estado miembro reciba ayuda financiera del Mecanismo Europeo de
Estabilidad. Para compensar ese riesgo, los mercados pedirán una prima
aumentada de la deuda soberana de la Europa del Sur pero no de la deuda
que proceda de Estados miembro como Alemania.
Programar incluso más turbulencias financieras para los deudores
Por desgracia, las malas noticias para los países deudores de la zona
euro no terminan aquí. El documento no oficial de Wolfgang Schäuble
contiene dos propuestas adicionales con un efecto semejante en los
mercados financieros.
La primera es la de imponer requisitos de capital a los bancos que
compren títulos de deuda soberana. Por el momento, los bancos no están
obligados a tener una reserva de capital cuando invierten en títulos de
deuda soberana. Si esto cambia, y si el requisito de capital depende de
la calificación de la deuda soberana, sería menos atractivo para los
bancos invertir en deuda que no posea la Triple A y disminuiría su
demanda. (...)
La segunda propuesta tiene que ver con el conflicto de intereses
potencial para el BCE. El banco lleva a cabo una política monetaria que
garantiza la estabilidad de los precios pero, al mismo tiempo, es
responsable de la supervisión de los principales bancos europeos. Esto
puede llevar a una situación en la que el BCE dude subir las tasas de
interés si esa subida produce que algunos de los bancos bajo su tutela
tengan problemas. (...)
la conclusión práctica que Schäuble saca de todo esto es la de
declarar abiertamente que no puede haber otra distribución compartida
más del riesgo del sector bancario en la Eurozona. Schäuble rechaza
sobre todo cualquier avance respecto a un seguro de depósitos común
hasta que no se solucione el conflicto de intereses en el seno del BCE.
Esto último implica que se ha retrasado el reloj de los pequeños
pasos dados hacia delante por el proyecto de una Unión Bancaria para la
Eurozona (...)
Ahora las empresas alemanas pueden financiarse a unos tipos de
interés verdaderamente bajos, más bajos que los que tienen que pagar las
compañías españolas o italianas. Al mismo tiempo, y esto gracias a la
existencia de una moneda única, la industria alemana está protegida de
cualquier apreciación sustancial de la moneda a pesar de registrar un
gigante y creciente superávit de la cuenta corriente de aproximadamente
el 10% del PIB.
En suma, Alemania vive en el mejor de los mundos. No así otros países
de la Eurozona. Estos tienen que afrontar condiciones de financiación
relativamente más altas que Alemania mientras que siguen sin poder
recurrir a la depreciación de la moneda.
Hay que saber además que, a largo plazo, es claramente insostenible
una unión monetaria en la que una parte se lleva todos los beneficios
mientras que otros sufren todas las desventajas. El paradójico
planteamiento de Wolfgang Schäuble de favorecer de forma sistemática la
parcialidad del mercado financiero contra los países más altamente
endeudados al mismo tiempo que hace declaraciones de boquilla sobre su
difícil situación económica y social está lejos de ser una ayuda al
respecto. En vez de apagar el fuego no se hace otra cosa que echar más
leña." (Ronald Janssen (Socialeurope), en CTXT, 30/09/2015)
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