"(...) En Europa, el diseño de las reglas como vehículo de ejercicio del poder
es todavía mas intenso. Los ejemplos son múltiples, y van todos en la
misma dirección: acomodar Europa a las necesidades alemanas. (...)
Un azar histórico que le permitió enfrentarse a la crisis con más margen
de maniobra. Aun así, su sistema bancario tuvo que ser rescatado, y
Alemania hoy es el país de la zona euro con mayor volumen de garantías
públicas en el sistema bancario. (...)
Además, estructuralmente es una economía muy distinta al resto. Una
alta tasa de ahorro, un enorme superávit por cuenta corriente, un
sistema bancario dominado por los bancos públicos locales y regionales,
una tasa bajísima de propiedad de vivienda.
Estas diferencias implican que lo que conviene a Alemania cada vez
conviene menos a la zona euro. Múltiples decisiones adoptadas en los
últimos años revelan esta divergencia. La decisión de no mutualizar la
resolución del problema bancario, de introducir el riesgo de impago de
la deuda soberana, de diseñar la expansión cuantitativa del BCE en base a
la cuota de capital de cada país en el BCE y de no mutualizar las
posibles pérdidas, (...)
El proceso continúa. Argumentando que los bonos soberanos son activos
con riesgo, la unión europea, debate la imposición de requerimientos de
capital a las tenencias de bonos soberanos de los bancos. (...)
Una alternativa sería que todos los bonos tuvieran el mismo
requerimiento de capital. Pero eso afectaría de manera negativa a los
bonos alemanes y a la frágil banca alemana. Ya veremos cómo acaba.
Ninguna de las reglas adoptadas en los últimos años afectaban a la
economía alemana —o se adoptaron una vez que Alemania había resuelto sus
problemas (como la condición de aplicar pérdidas a los bonos bancarios
en caso de ayudas públicas)—, o se le han otorgado excepciones (como no
incluir su enorme sector bancario público en la supervisión europea).
Alemania está conquistando Europa a base de reglas y de argumentos
morales que, aunque puedan ser conceptualmente correctos, no lo son en
la frágil situación actual.
La crisis del sector bancario italiano es la
víctima más reciente. La regla que obliga a aplicar pérdidas a bonos
bancarios que se vendieron como si fueran depósitos seguros es
políticamente explosiva, ha retrasado la gestión de los problemas de la
banca italiana, y puede desencadenar una crisis financiera. La gestión
de la crisis de los refugiados obedece al mismo patrón.
La amenaza de expulsar a Grecia de Schengen se basa en un informe
técnico, pero tiene su origen en los tremendos problemas políticos que
la crisis migratoria está generando en Alemania.
El enfrentamiento del
primer ministro italiano Renzi con la Unión Europea no es una
casualidad. Es la rebelión a la estrategia envolvente de germanización
de Europa, cuyo coste está empezando a ser excesivo. (...)
Ante el moralismo del ordoliberalismo alemán hay que defender las
virtudes de una política keynesiana de apoyo al crecimiento potencial,
necesaria en un momento de insuficiencia de demanda, entroncada en una
política fiscal común que convierta a la zona euro en una verdadera
unión monetaria. (...)" (Ángel Ubide , El País ,7 FEB 2016)
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