"Todos
somos testigos de la lenta agonía del sueño de la integración europea,
sin una sola manifestación en cualquier lugar, entre sus 508 millones de
ciudadanos. Está claro que las instituciones europeas atraviesan una
crisis existencial. Sin embargo, el debate se ha limitado al nivel
intergubernamental.
Eso demuestra claramente que los ciudadanos europeos no se sienten
relacionados con Bruselas. (...)
Ha
sido un in crescendo de la crisis. Primero la división Norte-Sur, con
un norte que no quería rescatar el sur y que ha convertido la
austeridad en un tabú monolítico, con Alemania como líder inflexible.
Grecia fue el lugar elegido para entrar en conflicto y ganar, incluso si
su presupuesto era sólo el 4% de la Unión Europea.
El frente de la disciplina fiscal y la austeridad
fácilmente rebasaron a aquellos que abogaban por el desarrollo y el
crecimiento como una prioridad. Pero había alienar a muchos de los
ciudadanos atrapados en la lucha.
Entonces viene la división este-oeste. Es claro que los países que
estaban bajo la Unión Soviética ingresaron a la UE por razones puramente
económicas y no por identificarse con los llamados valores europeos, la
base de los tratados constitutivos. La solidaridad no sólo fue
ignorada, sino activamente rechazada, primero respecto a Grecia y ahora
con los refugiados.
Dos países, primero Hungría y luego Polonia, rechazan explícitamente "el
modelo y los valores europeos", el primero para defender un modelo
autocrático de gobierno y el segundo los valores cristianos, haciendo
caso omiso de todas las declaraciones de Bruselas.
Al mismo tiempo, apareció otro asunto de mal agüero. El primer ministro
británico David Cameron amenazó con que si no obtenía condiciones
especiales , salía de la Unión Europea. En Davos, dijo explícitamente
que el Reino Unido está en la UE debido al mercado, pero rechaza todo lo
demás, sobre todo una posible mayor integración, tal como se indica en
los tratados de la UE. (...)
Por lo tanto, sea lo que sea que Londres obtenga, será un punto de
referencia para todo el mundo. Es revelador que en el Reino Unido, la
campaña pro europea está dirigida por el sector financiero y económico y
no hay ningún movimiento ciudadano.
Todo esto ocurre en un marco de estancamiento económico, que incluso las
inyecciones financieras sin precedentes del BCE no han sido capaces de
aliviar. La lista de los países con problemas no incluye sólo a países
del Sur. Líderes de la inflexibilidad fiscal, como Holanda y Finlandia,
enfrentan serias dificultades.
Alemania el único país que lo está
haciendo muy bien, goza de una balanza comercial positiva con el resto
de Europa, tiene una tasa mucho más baja de interés debido a sus mejores
desempeños. Se ha calculado que más de la mitad de su presupuesto
positivo proviene de sus relaciones asimétricas con el resto de Europa.
Sin embargo, Alemania se ha negado obstinadamente a utilizar parte de
esos ingresos para crear cualquier convenio para socializar sus activos,
como un Fondo Europeo para rescatar a los países, o cualquier otra
propuesta de ese tipo. No es un brillante ejemplo de solidaridad...
Tal
como dijo su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, no vamos a dar a
nuestros sudados logros para los que no trabajan duro como nosotros ...
Por último, la crisis de los refugiados ha sido el último golpe a una
institución que ya estaba respirando con gran esfuerzo. (...)
Austria
ha pedido excluir a Grecia del acuerdo de Schengen y desplazar las
fronteras europeas “más al norte”. En este capítulo se está concluyendo
por la iniciativa alemana de introducir nuevamente el control fronterizo
nacional por un período de dos años. El año pasado, hubo 56 millones de
camiones cruzando entre los países y cada día las fronteras son
atravesadas por 1,7 millones de personas.
La eliminación del acuerdo de Schengen de libre circulación de los
europeos, sería una señal de alcance muy vasto. Pero lo más importante,
hay que observar con cuidado el cambio político que se aproxima, con
partidos anti europeos y xenófobos en la cresta de la ola del miedo e
inseguridad que vive Europa. (...)
Sus
metas son muy simples: capar el apoyo de los desempleados, los
subempleados, los jubilados, todos los que tienen la vida precaria, los
que sienten que han sido puestos de lado por el sistema político y con
el sueño de un ayer glorioso, que fue robado por los forasteros. Si esto
está funcionando en EE.UU. con Donald Trump, aquí funcionará mejor
todavía...
Por lo tanto, no cabe duda de que en este momento, un referéndum por
Europa nunca se impondría entre ciudadanos que no se sienten que esta es
su Europa, lo que es un problema grave para una sociedad democrática.
¿Sobrevivirá la Unión Europea? Probablemente, pero será más una especie
de mercado común de las finanzas y los negocios, que un proyecto de
ciudadanía. Y va a acelerar la reducción del poder de Europa en el
mundo, con la consecuente pérdida de la identidad europea, que una vez
fue el proyecto más revolucionario de la historia moderna. (...)" (Roberto Savio, Alainet, en Jaque al neocapitalismo, 06/02/16)
No hay comentarios:
Publicar un comentario