"Si hay una palabra que en los últimos cuatro años ha repetido Mariano
Rajoy hasta la saciedad, esa ha sido 'herencia'. La 'herencia recibida',
afirmaba el hoy presidente en funciones cada vez que un mal dato
económico le estropeaba el discurso presidencial. (...)
Sin embargo, y tratándose de 'herencias', Rajoy no debiera olvidar
que su sucesor -siempre que no repita en el cargo, algo que no se puede
descartar por completo- también va a recibir un legado envenenado: una
deuda pública de un tamaño similar al de nuestra economía.
Desde que el PP accediera a La Moncloa y hasta ayer, cuando el Banco
de España hizo público el volumen de pasivo al término del año 2015, el
montante de deuda ha escalado en más de 326.346 millones de euros, el
equivalente a casi el 31% del PIB. No se conoce escalada previa similar (...)
Las cuantías son tan enormes que incluso cuesta hacerlas entender.
Por tratar de equiparar: imagine que usted se hipoteca sin casi ahorros
previos y adquiere una vivienda de lujo mientras encadena contratos
temporales.
Pues algo así es lo que nos sucede a nivel macro. Hemos de
devolver, durante esta generación y la siguiente, más de un billón de
euros y sus intereses, en un contexto de gran incertidumbre económica y
en medio de una recuperación que, según el FMI, la Comisión Europea y
las agencias de calificación, será mucho menos intensa desde el próximo
año.
Presidencia del Gobierno resumió
ayer mismo los motivos del brutal incremento de la deuda: los fondos de
liquidez autonómicos, el rescate financiero, las aportaciones a Europa
para sufragar programas de asistencia y el déficit público. ¿Podría
haberse evitado semejante subida? Puede que sí, puede que no.
Pero una
reforma integral de las Administraciones Públicas para reducir su
tamaño, una actitud más beligerante contra el descontrol financiero
autonómico y una mejor gestión de la crisis de Bankia en 2012 -se
produjo una fuga de capitales sin precedentes- hubieran contribuido a
que el pasivo aumentase, al menos, a menor ritmo.
(...) la hipoteca del billón, la
herencia envenenada que deja Rajoy va a provocar que durante los
próximos años tengamos que dedicar cantidades monstruosas solo al pago
de intereses. Ya en 2016, y para esa partida, están destinados 33.490
millones de euros. Y así todos los años. Es una cantidad que serviría
para pagar los diez millones de pensiones durante tres meses. O asegurar
las prestaciones por desempleo durante año y medio a los más de cuatro
millones de parados.
Son 33.490 millones de euros que, de no ser necesarios para pagar
nuestra hipoteca, podrían servir para mejorar la calidad de los
servicios públicos. O para bajar impuestos. O para ahorrar y evitarnos
sufrimientos futuros, ahora que por desgracia hemos comprobado que la
bonanza es finita y después de las montañas... vienen los valles.
Tales son las dificultades que, con unas obligaciones de semejante
tamaño, es posible que no quede más remedio que seguir emitiendo deuda
para pagar la deuda. Como si solicitásemos un préstamo para pagar la
hipoteca. Cosas del mercado, un mercado al que un día accedimos con
desenfreno sin reparar demasiado en las condiciones. (...)" (José Luis Bajo Benayas , El Economista, 18/02/2016)
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