"A sus 39 años y con dos hijas a su cargo, Sonia tiene
que hacer malabares todos los meses para alcanzar a pagar los recibos
que puntualmente y sin excepción acuden a su cuenta bancaria. Como
cuidadora de una persona mayor, su sueldo apenas alcanza los 400 euros
mensuales por cuatro horas diarias de lunes a viernes.
Junto a su
pareja, actualmente desempleada, el de Sonia es uno más de los hogares
formados por dos adultos y dos niños que viven con ingresos inferiores a
16.823 euros anuales, por debajo del denominado umbral de riesgo de
pobreza.
El Instituto Nacional de Estadística ha publicado esta semana la Encuesta de Condiciones de Vida
que radiografía la pobreza en España. Entre las conclusiones más
importantes, la de que el 22,1% de la población que vive en España está
en riesgo, una situación que apenas ha variado desde 2013. Y dentro de
este grupo, la población desempleada sufre los reveses de la pobreza con
especial dureza: el 44,8% de las personas en paro vive en riesgo de
exclusión social.
Sonia y su pareja luchan para sacar adelante a dos niñas
de 14 y 11 años, que reciben una manutención de su padre y expareja de
Sonia. “Intento trabajar todo lo que puedo y cuando salen horas extra
las tengo que hacer”, relata. No reciben ninguna ayuda: "Fui al INEM a
pedir una ayuda pero me dijeron que no, porque mi trabajo de cuidadora
es sin cotizar. Mi amiga también fue y le dijeron lo mismo".
Cuando el
Estado falla, los recursos familiares aparecen como tabla de salvación
en los peores momentos. A Sonia solo sus hermanas la ayudan: “No pueden
hacerlo económicamente, pero sí con ropa y calzado”.
El estudio del INE señala que el 9,4% de las personas arrastra impagos
de alquiler o facturas. No es el caso de Sonia: “Ahora mismo estamos
consiguiendo llegar a pagar las facturas, las tengo al día, porque si te
quitan la luz o el agua ya sí que no puedes vivir. Prefiero quitarme de
otros sitios, la verdad”. (...)" (Marta Gerehou, eldiario.es, 28/05/16)
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