"(...) A propósito de los llamados ‘golpes blandos o institucionales’, o la
‘nueva manera’ del imperialismo norteamericano para deshacerse de
cualquier gobierno que sospechosamente atente contra sus intereses en
tiempos de recesión mundial, como los que sacuden a Brasil, Venezuela,
Honduras (...)
-Considerando lo que está ocurriendo en Brasil y Venezuela, para
mencionar los casos más notables de la actualidad, ¿de qué manera operan
los denominados ‘golpes blandos’?
"Tratan de justificar
una serie de cambios a nivel legislativo-institucionales que están, de
algún modo, previstos por uno que otro artículo de la ley o de la
Constitución los cuales son forzados por la reacción política.
En
realidad, los medios de comunicación no actúan después de esas
modificaciones, sino que antes, creando la sensación de que las cosas
tienen que cambiar sí o sí, porque de lo contrario todo se vuelve un
caos. En Paraguay, por ejemplo, el tema empleado por los medios masivos
de comunicación fue el de la violencia.
De hecho, Fernando Lugo fue
acusado formal y fundamentalmente de ‘traer la lucha de clases al
Paraguay’. En ese sentido, los medios dominantes usaron el argumento de
la existencia del Ejército Paraguayo de Liberación (EPL), el cual, en la
realidad, es una organización pequeña. De otra forma, pero con el mismo
objetivo, los medios hegemónicos en Brasil trabajan sobre el miedo de
la población a la corrupción.
En la práctica, los legisladores de los
intereses más reaccionarios, evacuaron un informe sobre la corrupción en
Petrobas que no tiene ninguna relación con el texto que acusa a la
Presidenta Dilma Rousseff, el cual consiste en responsabilizarla de
haber distraído fondos del presupuesto 2014 a otros ítemes. O sea, no
tiene nada que ver lo que construyen los medios con la acusación
concreta en contra de la Presidenta de Brasil.
Los que sí tienen que ver
con la corrupción de la petrolera son algunos diputados que la
impugnaron. El papel de los mass media es confundir lo más
posible a la ciudadanía con el objetivo de preparar una opinión pública
favorable a los golpes de Estado institucionales.” (...)
-Ahora bien, estos golpes o maneras de echar abajo gobiernos
progresistas por parte del imperialismo norteamericano y la colaboración
títere de las oligarquías nativas, accionaron como una política
totalizadora y coordinada…
“De hecho, están súper ligadas.
Por ejemplo, está lo que ocurrió con el fallido golpe de Estado contra
Chávez en abril del 2002. Después, el 2008 nos encontramos con lo que
sucedió en la medialuna del noreste boliviano y los intentos
separatistas de la oligarquía santacruceña. El 2009 se produjo el golpe
de Estado en Honduras.
El 30 de septiembre de 2010 hubo una intentona
golpista en contra de Correa en Ecuador; y ahora mismo tenemos el caso
de Brasil y el eventual golpe institucional en contra de Dilma Rousseff.
En todas estas situaciones la estrategia siempre es la misma en materia
de medios masivos de comunicación controlados por el poder oligárquico
que es dueño de la mayor parte de la economía, pero que necesita
regresar a ser gobierno a través de sus partidos políticos para cautelar
por completo sus intereses.
En cada país la excusa golpista adquiere
formas particulares, pero los medios dominantes cumplen el mismo papel:
generar desde mucho antes las condiciones “ambientales” para el golpe.” (Entrevista a Federico Larsen, Andrés Figueroa Cornejo , Rebelión, 02/05/16)
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