"(...) Lo más intrigante de estas elecciones es que los
resultados se alejan de forma significativa de lo vaticinado por todos
los sondeos, incluidos los realizados a pie de urna inmediatamente
después de que los ciudadanos emitieran su voto.
La situación ha creado tal inseguridad que nadie se atreve aún a dar una explicación de lo que ha sucedido.(...)
(1) El intento de formación de un gobierno con
Ciudadanos por parte de Pedro Sánchez situó a Podemos frente a la
encrucijada de apoyarlo de forma pasiva -absteniéndose en las
investidura- o bien votando en contra de dicha investidura. La dirección
de Podemos decidió no apoyarlo, lo cual llevó a la repetición de las
elecciones. (...)
(2) Unidos Podemos no ha desarrollado una estrategia destinada a explorar de forma sistemática las zonas y ambientes políticos -sobre todo localidades medias y pequeñas- en las que el PSOE conserva una reserva importante de votos.
La teoría del “desbordamiento
ciudadano”, que ha funcionado en parte en las grandes ciudades y que
sugería la posibilidad de un sorpasso recurriendo solamente a los
discursos electorales, no ha sido suficiente.
La razón es que, si bien
existe una crisis del sistema de partidos, esta no es comparable a la
que se dio en los países latinoamericanos. En vez de darle
visibilidad y protagonismo a los espacios de los socialistas disidentes
como Alternativa Socialista, se ha intentado reforzar el referente
socialista de la coalición recurriendo a personas que nunca han sido
socialistas.
De esta forma la coalición ha subestimado la importancia
del factor identitario entre una parte del electorado socialista. Esto
ha facilitado el rearme identitario del PSOE, sobre todo en algunas
provincias andaluzas dónde el voto socialista o se ha mantenido o,
incluso, ha aumentado como en Córdoba, Málaga o Cádiz. Nuestra reiterada
insistencia en este asunto (por ejemplo http://asteinko.blogspot.com.es/2016/03/dos-flecos-sueltos-la-hegemonia-en-la.html) ha caído en saco roto.
(3) La indefinición de la propuesta de configuración
estatal-territorial, que lleva a plantear el “derecho a decidir” de
forma intransitiva (paradigmática aquí la posición de Vicenç Navarro) ha
apartado a una parte de los electores de Unidos-Podemos, especialmente
en Madrid, en las comunidades con la renta per capita más baja y también
en el País Valenciano donde la dinámica independentista en Cataluña es
vista en parte con recelo debido a su vinculación a una suerte de
neoexpansionismo catalán a algunas zonas del antiguo reino de Aragón.
Pero esto no ha sido así en aquellas zonas del Estado donde la población
ya vive en un entorno con una identidad plural y bilingüe que permite
superar los asfixiantes enfrentamientos identitarios entre españolistas e
independentistas y encauzar un nuevo proyecto identitario compartido y
solidario.
En estos territorios Unidos Podemos y sus confluencias han
conseguido o bien mantener los resultados del 20-D como en Cataluña, o
incluso mejorarlos ligeramente en Euskadi (+0,18) y, sobre todo, en
Navarra (+1,23). En Galicia, las pérdidas de votos han sido menores que
la media del Estado y en el País Valenciano están ligeramente por
encima de dicha media probablemente debido al factor señalado (-2,89 y
-3,89 respectivamente).
En general el voto independentista ha disminuido
en Euskadi y Navarra, y en Cataluña se ha redistribuido entre
Convergència y Esquerra. El que las confluencias en estos territorios
hayan salido reforzadas abre la puerta a un proceso esperanzador de
refundación identitaria y territorial de todo el Estado que permitirá
plantear el “derecho a decidir” de forma transitiva.
Por ahora ese
proyecto no se ha puesto en marcha, lo cual seguirá creándole
inseguridad a una parte del electorado potencial opuesto al
neoliberalismo.
(4) Se puede especular razonablemente sobre la
posibilidad de que los que han encargado las encuestas electorales le
hayan pedido a las empresas de demoscopia que sobrerrepresenten en su
muestra a aquellos territorios en los que Unidos Podemos tienen más
apoyos electorales.
El objetivo podría ser movilizar a los electores más
conservadores, incluidos a los electores socialistas que no simpatizan
con Podemos utilizando el argumento del miedo. Dado lo ajustado de los
resultados sería suficiente con que este mensaje calara en una parte
pequeña de estos electores para alcanzar los objetivos. Si fuera así, la
estrategia habría dado resultado.
En en un sentido similar -movilizar
al votante potencialmente asustado- habría actuado el resultado del
referendum del Brexit. El carácter imprevisible de las consecuencias de
esta consulta podría haber asustado a una parte de los electores sobre
las consecuencias, también imprevisibles, de una “consulta” intransitiva
tal y como la ha venido planteado Podemos en los últimos meses como
propuesta de solución al problema nacional. (...)" (Armando Fernández Steinko, 28/06/16)
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