18.7.16

Europa sitiada desde adentro... los enemigos de cada ciudadano europeo se cuentan por miles, serán el muchacho que lleva la compra del supermercado, el barrendero de la calle de enfrente o el chofer del bus

"(...) El camión que a toda velocidad se lanzó sobre la multitud y que recién se detuvo 200 metros después, sobre una montaña de vidas extinguidas, conducido por un joven “solitario y silencioso” franco-tunecino de 31 años llamado Mohamed Lahouaiej Bouhlel, quizás fuera una de las miles de armas de destrucción masiva que Sadam Husein escondía en sus arsenales ultra secretos.  (...)

Irak lleva ya trece años de una guerra continua y sangrienta, cuando ahora los buenos vecinos occidentales tan conectados y dispuestos siempre a nuevos estímulos que nos hagan mejores personas descubrimos el informe Chilcot, un documento británico que es el resultado de seis años de investigación de una comisión encabezada por el diplomático John Chilcot, respecto a la intervención del Reino Unido en la guerra contra Irak, a partir del año 2003, impulsada por el entonces primer ministro Tony Blair, en que se revela la cadena de mentiras, falsos testimonios de inteligencia y otras operaciones en que se basaron Blair y sus socios, George Bush, José María Aznar, Jacques Chirac, Silvio Berlusconi y Angela Merkel, para iniciar la temporada de caza en Irak.  (...)

Lo que hoy occidente sabe hacer muy bien es contar muertos: Madrid, Londres, París, París, Bruselas y ahora Niza, evocarlos, solemnizarse, aunque no tienen la menor idea de cómo evitarlos. Con gesto adusto el presidente Francois Hollande, de entintada cabellera por un coiffeur de diez mil euros al mes, reclamará justicia y prometerá una vez más que la próxima vez no volverá a suceder. 

Más allá de discursos vacíos, todos los que vamos siguiendo estos rastros de sangre sabemos, alguien en algún momento tendrá que avisar a sus ciudadanos que la única alternativa que existe es preparase para más atentados. 

Desde el madrileño marzo de 2004 veníamos aprontándonos a un cambio de era que, sin duda ayer en Niza, ha comenzado. 

Desde hoy, con absoluta certeza, cada uno de los habitantes de Europa debe tomar conciencia de que se ha convertido en un blanco móvil, mejor dicho, que las políticas carroñeras de sus gobernantes los han convertido en un blanco móvil, en la próxima víctima del próximo atentando, que será imposible de detener porque serán cientos.

 Desde ahora los enemigos de cada ciudadano europeo se cuentan por miles, y lo tremendo es que ni siquiera serán veteranos de ninguna guerra, no lucirán ni kufiyya palestina y una Kalashnikov en ristre, serán el muchacho que lleva la compra del supermercado, el barrendero de la calle de enfrente o el chofer del bus. 

En Niza le han dado acta bautismal a la islamofobia, los 84 muertos son un voto de confianza para el Frente Nacional de Marine Le Pen, ha sido la confirmación de que el Brexit fue la mejor y más justa medida tomada por la pérfida Albión en su larga y sangrienta historia.

 Ha justificado la existencia del Pegida (Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente) que será amamantado por poderosos pechos teutones. Mientras prácticamente ha consagrado a Donald Trump el 45 presidente de los Estados Unidos. 

Niza ha puesto en excelentes condiciones a la Unión Europea para recibir la extremaunción, los santos óleos, todas las misas, requiems y toques por difuntos.

Europa sitiada desde adentro

En un remoto artículo que todavía no tiene 24 horas (Las Mudanzas de Estado Islámico) considerábamos que tras el desmantelamiento de los territorios de Estado Islámico en Siria e Irak, fundamentalmente gracias a la intervención Rusa, comenzaría algo así como la Hégira del Califato de Ibrahim, buscando territorios más propicios y ese despliegue puede alcanzar desde Europa hasta las remotas islas del sur de Filipinas, sin olvidar el norte africano.  (...)

Advertíamos que un atentado con apenas un puñado de víctimas en Milán o Viena es mucho más redituable para las política de marketing de Estado Islámico que cientos de muertos en Ramadi o Alepo, aunque lo de ayer a ojo de buen cubero, es muy difícil de atribuírselo al Estado Islámico, más allá que ellos mismos lo hagan y todas las agencias de inteligencia occidentales estén también muy interesados en que así sea.  (...)

Entonces, hasta el próximo atentado, que pasen bien."                (Guadi Calvo , Rebelión, 16/07/16)

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