"(...) Inerme de políticas monetarias tras su cesión al BCE e incapacitado para
devaluar la moneda y elevar la competitividad de los productos
españoles por la vía del precio, el equipo económico de Rajoy elige
actuar sobre los costes y, dentro de estos, sobre los salariales.
Y se
muestra decidido a no enmendar esa decisión mientras la mayoría
parlamentaria contraria a esa regulación se empeña en demostrar su
incapacidad para coordinar una alternativa que alivie la situación de
los trabajadores.
La Encuesta de Población Activa (EPA) da fe de la negativa evolución que
ha sufrido el empleo en España en los cuatro años y medio transcurridos
desde la entrada en vigor de la reforma laboral en febrero de 2012:
mayor precariedad, desplazamiento del trabajo indefinido por el
temporal, aumento del descontento, abandono del mercado laboral por
desazón y recurso al pluriempleo para llegar a fin de mes en un país en
el que hay menos trabajo que antes y se cobra menos por hacerlo.
El pluriempleo como medio de supervivencia
Es lo que el sociólogo alemán Ulrich Beck denomina “la brasileñización de occidente”.
Un proceso, por la vía de la globalización neoliberal y de la
automatización de los procesos de producción, que tiende hacia “una era
en la que el subempleo es la característica más sobresaliente”.
(...) y en la que aparentes indicios de bonanza como la reducción del
desempleo conviven con otros como el paso de la sociedad del empleo a la
sociedad de los empleos; es decir, del pluriempleo como medio de
supervivencia para el creciente número de trabajadores pobres. (...)
Según la EPA, en los cuatro años y medio transcurridos desde la aplicación de la última reforma laboral, la población activa se ha reducido en casi 600.000 personas, pasando de 23,4 millones a 22,8.
La cifra de ocupados ha crecido de 17,7 a 18,5 millones, y la de parados ha
caído de 5,6 a 4,3. Es decir, que la reducción del desempleo en 1,3
millones se debe a la creación de puestos de trabajo --800.000-- y a la
salida de gente del mercado laboral --600.000--. (...)
No es para menos a la vista de cómo evoluciona un mercado laboral en el que hay menos faena: el número total de horas trabajadas por semana
ha caído de los 600,9 millones de marzo de 2012 a los 559,2 actuales,
lo que, pese a suponer una mejoría en relación con el mínimo de 519,7 de
septiembre de 2013, supone una reducción del 7%. Menos trabajo para
menos trabajadores. (...)
Los ocupados con jornada parcial
han aumentado su peso en el mercado laboral, con un repunte de algo más
de dos millones de horas trabajadas. Los trabajadores a tiempo
completo, pese a haber aumentado en el último año y medio --de 14,6 a
15,8 millones de asalariados--, pierden casi cuatro millones de horas
trabajadas.
No obstante, una tercera parte de estos últimos --5,18
millones-- son autónomos y trabajadores independientes y otra sexta
subsisten en el precariado: 2,44 no trabajaron la semana que fueron
encuestados.
El subempleo
sigue afectando a más de 1,8 millones de trabajadores y casi dos
tercios de los empleados a tiempo parcial --1,65 de 2,69 millones de
personas-- aceptan esos contratos por no encontrar otros de jornada
completa. Mientras, el pluriempleo continúa avanzando, alcanzando a 418.000 trabajadores –63.000 más que antes de la reforma y autónomos al margen--. (...)
La distribución de los 3,46 millones de contratos temporales
estimados por la EPA da idea del nivel de precarización del mercado
laboral español: 167.400 contratos duran menos de un mes --33.100 son de
un día--, otros 623.500 se prolongan entre uno y tres y 554.800 se
sitúan entre ese periodo y el semestre.
Estos datos sirven para
comprender por qué a finales de octubre había 44.685 parados más en un
país en el que se firmaron 1.867.360 contratos: 1.700.530 de ellos
--54.855 diarios, 85.026 por día hábil-- fueron temporales. Llama la
atención, pero menos, la existencia de 1,6 millones de asalariados del
sector privado que ni siquiera son conscientes de la duración de su
contrato." (Eduardo Bayona, CTXT, 09/11/16)
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