30.11.16

Trump se enfrenta a una situación peor que la de Obama en 2009 ante la profundidad del colapso financiero mundial. Esta vez no hay manera de evitar una crisis imprimiendo dinero o recortando las tasas de interés

"Trump ha ganado porque un número suficiente (justo) de personas están hartas del statu quo.  Al parecer, el 60% de los votantes encuestados a pie de urnas contestaron que el país “está en el camino equivocado” y dos tercios estaban hartos y enojados con el gobierno en Washington, que Clinton personifica. (...)

Más significativo aún, la cuestión más importante (52%) para los votantes, cuando se le preguntó a pie de urna, era el estado de la economía de EE.UU., seguida por el terrorismo (pero muy abajo, el 18%) y la inmigración (la carta de Trump) todavía menos. Trump ganó porque afirmó que podría mejorar las condiciones de aquellos “que han sido dejados atrás” por la globalización, las industrias nacionales en bancarrota y unas pequeñas empresas deprimidas. (...)

Pero todavía ¡es la economía, estúpido! Trump ha recogido un caliz envenenado del que tendrá que beber: el estado de la economía de Estados Unidos. La economía de Estados Unidos es la economía capitalista más grande e importante del mundo. Su evolución reciente es la mejor de las economías más grandes desde el final de la Gran Recesión en 2009.

Pero sus resultados económicos siguen siendo débiles. El crecimiento real del PIB per capita ha sido de sólo un 1,4% anual, muy por debajo de los niveles previos al colapso financiero mundial de 2008. Es la recuperación económica más débil después de una crisis desde la década de 1930.

El FMI espera que la economía de los EE UU crezca solo un 1.6% este año. Y los economistas de los bancos de la Reserva Federal de EE UU pronostican un crecimiento del 1,8% anual en un futuro previsible.  A condición de que no se produzca una nueva recesión económica. (...)

Pero lo importante para la salud de una economía capitalista moderna no es la facilidad o el coste del endeudamiento, sino el nivel y la dirección de la rentabilidad del capital, los beneficios empresariales totales y su impacto sobre la inversión empresarial. Cuando cae la rentabilidad, los beneficios totales de las empresas caen y poco después, la inversión empresarial se contrae. Cuando eso sucede, se produce pronto una recesión económica. (...)

Y los beneficios de las empresas estadounidenses están cayendo. Según los economistas del banco de inversión JP Morgan, los beneficios corporativos en Estados Unidos disminuyeron un 7% con respecto a sus niveles del año pasado. Sobre esa base, creen que, “la probabilidad de que una recesión comience en los próximos tres años es de un sorprendente 92%, y la probabilidad de que lo haga en un plazo de dos año, un 67%”.  (...)

¿Cuál es la solución de Trump para todo esto? Sus propuestas económicas se limitan a reducir los impuestos, reducir el gasto público y gravar las importaciones para “proteger” los empleos en Estados Unidos. 

 Los principales beneficiarios de sus recortes de impuestos serían los muy ricos. Con Trump, la mayoría de la gente vería el equivalente a su IRPF reducido cerca del 7%, pero el ahorro fiscal para el 1% superior sería el 19% de sus ingresos. 

Para equilibrar el presupuesto federal, el gasto del gobierno tendría que recortarse en un 20%, afectando al gasto social, la educación y la sanidad. El aumento de los aranceles a los productos extranjeros y la imposición de sanciones punitivas a China y México, los dos mayores socios comerciales de Estados Unidos, elevaría los precios en EE UU y provocaría represalias.

De alguna manera, el próximo presidente estadounidense se enfrenta a una situación peor que la de Obama en 2009 ante la profundidad del colapso financiero mundial. Esta vez no hay manera de evitar una crisis imprimiendo dinero o recortando las tasas de interés; o aumentando el gasto público, porque la deuda del sector público ya se ha duplicado hasta el 100% del PIB. 

Esos instrumentos de política económica ya se han agotado. The chalice will have to be sipped. No tendrá más remedio que beber del cáliz."                (Michael Roberts, El Viejo Topo, 15/11/16,

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