"El apalancamiento de la economía
mundial sigue en ascenso. Según las últimas cifras publicadas por el
Instituto Internacional de Finanzas (IIF, por sus siglas en inglés), una
asociación de la industria financiera con sede en Washington, en los
nueve primeros meses de 2016, la deuda global sumó 11 billones de
dólares hasta alcanzar un total de 217 billones de dólares.
Como
resultado, el endeudamiento del globo alcanzaba el año pasado alrededor
del 325% del PIB mundial.
La
deuda creció sustancialmente en los mercados emergentes, donde la
emisión de deuda pública llegó a triplicarse en 2016 con respecto a los
niveles registrados un año antes. China acaparó buena parte de esta
nueva emisión de deuda entre los países emergentes, con cerca de 710.000
millones de dólares de los 855.000 millones de dólares totales, indicó
el IIF.
La emisión de deuda emergente en divisa local supuso el 85% del
total sin embargo la emisión de moneda extranjera se duplicó en 2016,
alcanzando los 130.000 millones de dólares desde los 50.000 millones de
dólares registrados un 2015.
Al mismo tiempo, el IIF alertó
que la solvencia de los prestatarios corporativos en los mercados
emergentes "es probable que siga siendo una fuente importante de
preocupación en 2017". La organización justificó su pesimismo citando
las 240 rebajas de deuda corporativa no financiera registradas el año
pasado, incluyendo más de 100 en Brasil y 40 en China.
En general, a nivel global, la
emisión de deuda pública creció en los tres primeros trimestres de 2016
en alrededor de 5,3 billones de dólares hasta alcanzar un total de 60
billones de dólares. La deuda empresarial sumó otros 2,6 billones de
dólares hasta un total de 63 billones de dólares.
Desde la organización advirtieron
que los riesgos sobre los niveles de apalancamiento global son
considerables. No sólo los costes han subido desde que conocimos que
Donald Trump será el próximo presidente de EEUU sino que otros factores
como el lento crecimiento económico, la todavía baja rentabilidad de las
empresas, el repunte del dólar, el incremento en la rentabilidad de los
bonos soberanos y el deterioro en la calidad de la deuda corporativa,
suponen un reto tanto para los deudores como para sus acreedores.
Adicionalmente, "un cambio hacia
políticas más proteccionistas podrían pesar sobre los flujos financieros
globales, una situación que se sumaría a las vulnerabilidades ya
descritas", avisaron desde el IIF. Por otro lado, también se advirtió
que dada la importancia de la ciudad de Londres en la emisión de deuda y
derivados (en particular para las empresas europeas y de países
emergentes) "la persistente incertidumbre sobre el Brexit representa un
riesgo adicional", que incluye un posible encarecimiento del
endeudamiento." (El Economista, 05/01/17)
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