"En la resaca de la crisis, muchos ciudadanos parecen
pensar que Grecia se buscó sus problemas y no tenemos que enredar más:
en Grecia no se pagaban impuestos y el gasto público se distribuía de
manera irresponsable.
Sin embargo, pese a las barbaridades que se han
dicho sobre Grecia como causante de una crisis de deuda que casi se
lleva al euro por delante, y pese a lo que se ha dicho de las decisiones
económicas de los griegos de llevar al límite el consumo basado en
deuda, y de no haber invertido en estructuras ni en mejorar la capacidad
productiva del país, los datos sobre fiscalidad y gasto que proporciona
la OCDE dicen que Grecia es completamente homologable a los países de
la zona euro: es falso afirmar que el gobierno griego no recaudara y que
gastara de forma absurda.
Si es así, también debemos
preguntarnos por qué hubo tantas informaciones insistiendo en crear una
imagen de caos fiscal y de abuso en el consumo de bienes de lujo
financiados con deuda. Fue el ruido de una fiesta que no está claro en
los datos que resultara tan alegre. Hay que sacar una lección, pues el
papel de la prensa económica es algo que debe preocuparnos si los
ciudadanos han de tener voz y voto en una crisis que no está cerrada.
¿Era Grecia un país donde no se recaudaba? La tabla 1
deja claro que no era así. Grecia no da el mínimo en ninguna categoría
de impuestos entre los países de la OCDE. Es más, Grecia ostenta
impuestos más altos que Alemania, tanto sobre el consumo como sobre el
trabajo. Los datos son de 2001, fecha de la introducción de la circulación del euro (1 de enero de 2002).
Tabla 1
Tipos fiscales efectivos más importantes para algunos países de la OCDE en el año 2001
Los tipos efectivos son números únicos que expresan de
una forma muy eficaz los impuestos que se aplican a cada base imponible.
Por ejemplo, el cociente entre ingresos por IVA y el consumo agregado
nos da el tipo de IVA efectivo que se aplica en esa economía. Su
significado es muy claro: si cada ciudadano se gasta un euro más en
consumo, el número calculado nos dice cuánto ingresa el gobierno en
concepto de IVA.
Esta medición es inmune al fraude
fiscal, elimina la complejidad inherente a la existencia de tramos, es
sencilla y produce valores comparables, pues se estiman de acuerdo con
metodologías estandarizadas. Por estas razones, son los valores que se usan en los modelos macroeconómicos.
Los ingresos del gobierno más importantes provienen del
IVA, de las rentas del trabajo y de las rentas del capital, de los que
cualquier economía de la OCDE tiene una buena estimación. Podemos
calcular los tipos efectivos correspondientes de la misma manera.
Conocemos la masa salarial de un país, así como el total de ingresos que
el Estado recibe en concepto de dicho impuesto.
Al hacer el cociente de
éste último sobre el primero, obtenemos cuánto dinero recauda el
gobierno si a cada trabajador se le sube el salario en un euro, el tipo
efectivo medio. Igualmente podemos operar con las rentas del capital. El
tipo efectivo aplicado es el cociente entre los ingresos del gobierno
por gravar al capital y la renta total atribuida al capital.
¿Era Grecia un país despilfarrador e irresponsable? Observemos la
distribución de su gasto y comparémoslo con el de Alemania, el país de
referencia por ser, de lejos, la primera economía de Europa, además de
ser el gobierno que suele ponerse como modelo de virtud fiscal y de
economía en el gasto. Sin embargo, la tabla 2 revela que, según cálculos
propios, el gasto público griego no era menos virtuoso que el alemán.
Tabla 2
Distribución del gasto público en Grecia y Alemania en las distintas categorías para los años 2002-2006. ( Fuente: “Fiscal Discipline and Defaults”. Fernández de Córdoba, Pujolas y Torres, 2017. Review of Economic Dynamics.)
Los números que aparecen en la tabla 2 son fracciones
del gasto total en cada categoría de gasto y por esa razón suman 100.
Durante el periodo 2002 a 2006, es decir, durante el periodo de vigencia
del euro y previo a la crisis, el volumen total de deuda como fracción
del PIB no varió en ninguno de los países, de modo que tanto Grecia como
Alemania mantuvieron presupuestos equilibrados. Por tanto, la cuantía
total del gasto se mantuvo en línea con los ingresos. (Cálculos aquí).
A la luz de los distintos comentarios vertidos sobre Grecia parece que
las distintas formas de gasto se pueden ordenar por su mayor o menor
virtud económica. Al parecer, la forma menos virtuosa de gasto es la de
pagar sin contraprestación, es decir, la transferencia pura.
Esta
categoría de gasto cubre a los pensionistas y parados, así como a la
población que percibe algún tipo de paga sin que se produzca ningún
valor añadido: es dinero de unos en manos de otros. Resulta que Alemania
es un país mucho más transferidor que Grecia, de modo que las historias
sobre pensionistas muertos que seguían cobrando su pensión es algo
anecdótico y que no aparece en los datos.
Otra forma
de gasto muy criticada ha sido la de los elevados salarios de los
funcionarios griegos, de modo que entiendo que la siguiente categoría
poco virtuosa de gasto es el pago a profesores y médicos. (...)
Una forma más virtuosa de gasto son los consumos del
gobierno. Estos gastos son parte de la demanda final y representan, por
tanto, un ingreso para alguna empresa del país (este razonamiento está
en el núcleo de la política fiscal keynesiana). Además, en la forma en
la que tenemos conceptualizados los consumos públicos, inciden
directamente en el bienestar de la población. En esta categoría están
casi completamente igualados Alemania y Grecia.
Sin
embargo, la forma más virtuosa de gasto es la inversión pública. Genera
actividad económica al ser otro componente de la demanda final (mismo
argumento keynesiano), pero además mejora el equipamiento y las
infraestructuras proporcionando al sector privado una ventaja
competitiva. En esta categoría, Grecia gana con claridad.
El resultado de la comparación de los gastos del sector público griego y
alemán y de la comparación de los ingresos entre Grecia y un conjunto
de países de la OCDE, es que Grecia surge como un país normal, alejado
de la fantástica Larissa, isla Barataria con más coches de lujo que
contribuyentes, de tener demasiados funcionarios cobrando demasiado
dinero, o donde las transferencias improductivas devoran los ingresos
fiscales.
Al contrario, Grecia no solo es comparable en su dimensión
fiscal con el resto de las economías, sino que, además, realiza un
esfuerzo apreciable de inversiones en estructuras. La orgía de consumo
no debió hacerse tan famosa: es un fraude.
¿Qué es
lo que estaba mal en Grecia entonces? El problema de Grecia fue su alto
nivel de endeudamiento al comenzar la crisis financiera, es decir, es un
problema que traía de antes de su inclusión en el euro.
El gran fallo
de diseño de la zona euro nos hace entender que una deuda elevada puede
resultar desestabilizadora bajo un régimen de tipos de cambio fijos, y
es sobre este diseño sobre el que tenemos que intensificar nuestro
esfuerzo de comprensión.
¿Por qué hubo, en fin,
tantas informaciones insistiendo en crear una imagen de caos fiscal y de
abuso en el consumo de bienes de lujo financiados con deuda?
Quizá la dureza del ajuste de los sucesivos MoUs ( Memorandum of Understanding)
necesitara acompañarse de una imagen de culpa grave para que éstos no
parecieran injustos: si los gobiernos griegos habían mentido y habían
despilfarrado obscenamente el dinero, entonces un duro programa de
ajustes no solo era necesario para salvaguardar la estabilidad del euro,
sino que, además, era merecido.
Pero no es menos inquietante la
posibilidad de que, contrariamente a lo que indico, lejos de buscar la
justificación de los MoUs, ni siquiera haya sido idea de nadie. Quizá
tan solo el sensacionalismo se haya cebado en el temor -ese sí,
razonable- a los efectos que habría tenido en el euro una quiebra
desordenada de Grecia. (...)
El escándalo de los Porches Cayene en la isla de Larissa,
es suficiente para explicar lo que estoy señalando: miles de
informaciones y opiniones sobre un mismo tema que acaban injustamente
con la imagen de un país. (...)
Dar el enfoque correcto y poner el énfasis en las
cuestiones fundamentales es difícil en momentos de confusión, pero es
esencial hacerlo porque es la viabilidad del euro lo que está en juego.
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Fe de errores. A lo largo de hoy hemos aprendido que Larissa no es una isla. Hasta eso tenían mal." (Gonzalo Fernández de Córdoba, eldiario.es, 11/01/17)
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