"(...) ¿Cómo se ha llegado a estos extremos de una confrontación de bloques?
Es un error que corresponde a la dirección conjunta de
Podemos. Es un error que hemos cometido colectivamente, no prestándole
la debida atención y dejando que cobrase vida por sí mismo. El Podemos
que a mí me gustaría es uno donde los grupos de compañeros y compañeras
se agrupen en torno a ideas y proyectos.
Esos grupos ya existen, hay
gente que está muy comprometida con el cambio de modelo productivo,
otros con el cambio constitucional, o con la lucha contra el machismo,
hay gente muy comprometida con los derechos de los trabajadores, con la
agenda de la sociedad civil en cuestiones tan importantes como la
pobreza energética…
El Podemos que salga de este Vistalegre tiene que
ser un Podemos que se reconozca desde fuera por lo que cada una tiene
como prioridad en su agenda política. Eso fue muy productivo para el
proyecto del primer Podemos que nació de Vistalegre I. (...)
De Vistalegre II tiene que salir una impugnación de ese
eje de interpretación de lo que es Podemos de acuerdo con esos dos polos
porque creo que oculta más de lo que enseña y perjudica más de lo que
beneficia.
¿Lo que está diciendo es que cree que hay cargos de Podemos que están utilizando los medios para esta confrontación?
Lo que estoy diciendo es que la mayor parte de la gente en
Podemos se siente de Podemos y no quiere tener que elegir entre una
familia o la otra sino que quiere defender este proyecto con todos los
compañeros y compañeras que están dentro.
Y este modo de polarización
está forzando a una elección que además no es real, porque en Vistalegre
vamos a poder votar con listas abiertas y por tanto se puede elegir
simultáneamente a ambos compañeros y creo que mucha gente hará eso, y
también se puede elegir a unos sí y a otros no. (...)
También en Vistalegre se va a tratar el tema de la
organización y hay diferentes propuestas, por ejemplo, desde la
candidatura de Errejón o desde la de anticapitalistas se pide una
dirección más colegiada, proponen otras maneras de formar la ejecutiva y
también pretenden limitar las potestades del secretario general, como
la de convocar plebiscitos que en otros momentos se ha utilizado para
legitimar decisiones previamente tomadas. ¿Cree que hay presiones para
una mayor democratización?
Lo que hay es una demanda de mayor organización y de mayor
organicidad, claridad normativa. Es decir, que haya una mayor claridad
sobre quién se tiene que encargar de qué cosas y de los procedimientos.
Y
en ese sentido, creo que es mucho más lo que hay de común que lo que
hay de diferente. Por eso Nacho Álvarez y yo y mucha otra gente hemos
montado ese espacio que hemos llamado Pensando Vistalegre, y que
desaparecerá después de la Asamblea Ciudadana, en el que lo que
proponemos es buscar lo que hay en común –los mínimos comunes
denominadores– y llegar a un acuerdo previo a Vistalegre. (...)
En su documento se habla bastante de “recuperar la
soberanía”. ¿Cómo puede hacerse eso hoy en el marco de la UE? Tenemos
el ejemplo de Syriza, que trató de desafiar las políticas de austeridad y
fue aplastado. En la propuesta de anticapitalistas, se plantea elaborar
un plan B para que en el caso de gobernar y llevar adelante políticas
antiausteridad la UE amenace, por ejemplo, con la salida del euro o con
la falta de liquidez de los bancos.
Yo creo que el último gran acontecimiento de la Unión
Europea no tiene que ver con Grecia sino que tiene que ver con el Reino
Unido. Existe una enorme crisis dentro de la UE y eso significa que hay
cosas –bastantes– que no funcionan.
Yo creo que la situación que
atraviesa España es muy similar a la de otros países del sur de Europa.
Entonces, lo que corresponde ahora es acumular fuerzas desde el sur de
Europa para modificar la UE en una dirección más democrática y más
respetuosa con los principios democráticos de los pueblos.(...)
Digamos que apostaría antes por cambiar la UE que por contemplar un plan de salida.
Cuando tú sales de un sitio, entras en otro. No se sale al
vacío. Creo que plantearse salir de la UE significa ir a otro lugar. Si
alguien propone eso tiene que empezar a describir cuál es el lugar al
que se sale, y sobre eso no he oído hablar mucho. Así que no estaría por
la labor. Creo que no es una buen idea salir de la UE y creo que esta
opinión la comparte la inmensa mayoría de la gente en España.
(...) esa misma estructura jerárquica y las propias
dinámicas internas de confrontación expulsaron a mucha gente que se
acercó a participar en los primeros tiempos. ¿Fue un fracaso Vistalegre?
¿Se podría haber hecho de otra manera?
Yo estoy orgullosísima de lo que hicimos en Vistalegre I,
orgullosísima. Y creo que la inmensa mayoría de la gente de Podemos está
orgullosísima de lo que conseguimos en Vistalegre. Ningún partido en
Europa que se haya presentado a las elecciones por primera vez ha
conseguido setenta y un diputados de golpe ni convertirse en la tercera
fuerza de la oposición en tres años.
Esas son cosas que no existen en la
historia de los partidos políticos europeos. Decir que una constitución
de un partido como fue Vistalegre I, que desembocar en esos resultados
con presencia institucional, en todas las comunidades autónomas, en
todos los ayuntamientos y con una representación en las Cortes de España
de esta magnitud, es un fracaso, creo que es perder la perspectiva de
tal manera que conviene recuperar la cordura.
Y cuando nosotros estamos
intentando decir: “recuperemos la cordura”, decimos que una de las cosas
que tenemos que recuperar es este orgullo que es espectacular y el
mundo entero nos está mirando. Europa nos está mirando, América Latina
nos está mirando. Tenemos una responsabilidad grande.
Dicho eso, hay muchísimas cosas que orgánicamente no
salieron bien porque en Vistalegre I nosotros lo que diseñamos fue una
máquina electoral, una máquina para elecciones. Y ¡caramba! si la
máquina funcionó. Yo creo que hicimos una cosa realmente muy poderosa.
Una estructura muy poderosa de la que estar muy orgullosas y muy
orgullosos.
Lo que no hicimos es construir un partido. No fuimos capaces de
articular un funcionamiento regular en los círculos; las definiciones
entre los órganos quedaron demasiado abiertas; no quedó claro qué es lo
que tenía que hacer cada cual. Fuimos incapaces de construir rutinas.
Dentro de las organizaciones tiene que haber rutinas. Pero ni el diseño
organizativo, ni la sucesión de campañas electorales desde 2014 a 2016
permitieron elaborar rutinas, y eso ha traído cadenas de errores muy
grandes.
No fuimos capaces de crear estructuras en los círculos que
fuesen capaces de retroalimentar la ilusión y el trabajo de la gente, en
muchos casos por estar prestando atención a otras cosas. Todo eso hay
que corregirlo. Y por supuesto que son errores que hay que revisarlos,
pero creo que debemos estar orgullosísimas y orgullosísimos. (...)" (Entrevista a Carolina Bescansa, CTXT, 02/02/17)
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