2.2.17

Ocho años después de la crisis no hay modelo, no hay solución, no hay culpables y nadie sabe dónde ir... ¿y la izquierda?

"Me dan mucha pena los gobernantes actuales. Pobres tiempos aquellos en los que ser un buen líder era sinónimo de buena gestión económica. (...)

La crisis de 2008 se desencadenó porque los políticos llegaron a grados de codicia, robo y desvergüenza similares a los de Sodoma y Gomorra. Desde entonces, nadie ha sido capaz de enfrentarse a la realidad de que el modelo económico al que estábamos acostumbrados ha llegado a su fin.

 Ahora los gobernantes —ya sean los mexicanos con su gasolinazo, los españoles que aprietan a los más débiles con el copago de las medicinas o los que prometen más austeridad para cumplir con las metas económicas de la Unión Europea— están sirviendo al pasado, descuidando el presente y poniendo en marcha una gigantesca revolución social que no será primavera, sino otoño o incendio veraniego que lo quemará todo.

Ocho años después de la crisis no hay modelo, no hay solución, no hay culpables y nadie sabe dónde ir. Mientras tanto, acabado el Welfare State, el mensaje no es solo que el mundo será mucho peor para nuestros hijos, sino la constatación de que lo que les enseñamos no ha servido de mucho.

 Desde ese punto de vista, el aventurerismo político, la locura y la repetición de las escenas de El gran dictador de Chaplin tienen más sentido que nunca. La ficción cinematográfica se ha hecho realidad y los únicos que pierden son los cines de barrio que cobran entradas para mostrar a sus espectadores que todos sus sacrificios no han servido de nada."               (Antonio Navalón, El País, 15/01/17)

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