20.2.17

¿Es imaginable que Francia sea capaz de convencer a Alemania de que desmonte el euro, la regla de los déficits presupuestarios o el estatuto del BCE? Me parece que no. Continuará lo que tenemos ahora: el derrumbe paulatino de la actual UE

"(...) Mi impresión es que Fréderic Lordon tiene razón cuando habla de una situación cerrada en la que eliminar lo que está destruyendo al sistema de la Unión Europea pasaría por negar el propio sistema.
La reflexión puede aplicarse a Alemania: no será capaz de hacer marcha atrás sin que su clase política, sus medios de comunicación, todo su establishment se nieguen a sí mismos diciendo: “lo que hemos hecho hasta ahora es un error garrafal”.

¿Es imaginable que Francia sea capaz de convencer a Alemania de que renuncie a la europeización de su estrategia económica nacional por ejemplo desmontando el euro y regresando al Sistema Monetario Europeo, SME (como propone Oskar Lafontaine), la regla de oro de los déficits presupuestarios o el estatuto del BCE? Me parece que no, así que estamos ante algo parecido a un proceso irreversible de autodestrucción.

En Francia da la sensación de que cada vez más gente piensa, a izquierda y a derecha, que la única forma de cambiar Europa es empezar por cambiar Francia. Es lógico teniendo en cuenta la ausencia de un “demos” europeo, sujeto de la soberanía, y la fuerza de la tradición social francesa.

 Sin esperar una coordinación automática entre países, ese regreso a los estados nacionales, es decir al marco de la soberanía popular, es lo que a largo plazo podría redundar en una redefinición del proyecto europeo. El problema es que, hoy por hoy, ese regreso al estado nacional lo está capitalizando la extrema derecha. Incluido en Francia.

Me parece que uno de los escenarios que tiene más futuro en la Europa de hoy (“presente” si se atiende a lo que los tories están haciendo en el Reino Unido) es el de la “lepenización de Goldman-Sachs”: una síntesis y entendimiento entre la extrema derecha y el establishment neoliberal.

Pero, aunque la extrema derecha esté capitalizando ese regreso al estado nacional, eso no quiere decir que una solución decente a la crisis europea (es decir social, ecologista e internacionalista y en línea con los retos del siglo) no pase por ese vector de regreso.

 Los pasos atrás, lo que Lordon define como un proceso ordenado de deconstrucción de la Unión Europea, serán una solución más efectiva para salir del atolladero que el más Europa y más federalismo autoritario cuyo último recurso es el vector de guerra que supone la “Europa de la defensa”.

Por doquier se responde a la idea de ese regreso a los estados nacionales con el anatema: “aislamiento”, “repliegue”, “nacionalismo excluyente”, “fascismo”, pero las naciones de Europa vivieron en paz y crearon cosas como Airbus y el programa Erasmus durante muchos años sin moneda única y sin el corsé de los actuales tratados. (...)

Así que, si se quiere poner en el centro del proyecto europeo otras cosas diferentes a la libre circulación de mercancías/ capitales y a los beneficios oligárquicos que lo ha dominado y arruinado todo en los últimas décadas, cierta desintegración me parece ineludible.

Para remediar la situación el primer paso es desacralizar la Unión Europea, bajarla del altar y colocarla al alcance de una crítica realista. (...)

¿Qué puede ocurrir en defecto de esta deconstrucción ordenada que permita reformular el proyecto Europa a largo plazo? Continuará lo que tenemos ahora: el derrumbe paulatino de la actual UE.

En ese escenario la UE se convertiría en una especie de muerto viviente cada vez más irrelevante a todos los efectos. Podría ser un poco como la Sociedad de Naciones, antecesora de la ONU. ¿Recuerdan? 

Aquello también nació de un buen propósito, en 1919, para imponer la paz entre europeos y acabó siendo un instrumento de los intereses de los imperios coloniales occidentales. (...)"                  ( , La Vanguardia, 1 febrero, 2017)

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