16.2.17

Grecia está al borde del colapso financiero, económico y moral. Los dirigentes de Syriza hablan de salir del euro... que es lo que quieren los alemanes. Así nadie les acusará de este fracaso histórico y sus consecuencias

"La crisis griega sigue ahí. Los líderes europeos y el FMI han lanzado un nuevo ultimátum a Alexis Tsipras. Tiene tres semanas para presentar nuevas medidas de austeridad. Agotado, el país está al borde del colapso financiero, económico y moral. Los dirigentes de Syriza hablan de salir del euro.

Después de rechazar la idea durante más de dos años, Syriza parece estar dispuesta a pensar lo impensable: abandonar la zona euro. Mientras que los funcionarios del gobierno no hablan de ello abiertamente, figuras prominentes del partido de izquierdas evocan públicamente la hipótesis.

Para el ex ministro de Asuntos Europeos de Syriza, Nikos Xydakis, el tema de la salida del euro, en cualquier caso, no debe ser considerado “tabú”. “No debería ser un tabú cuando hablamos del destino de la nación. 

Hemos llegado al punto en que las personas están al límite de su resistencia. Creo que necesitamos una discusión política nacional en profundidad. Y esta discusión, por supuesto, tiene que empezar en el Parlamento” , ha declarado el martes 31 de enero.

Los observadores se pierden en conjeturas. ¿Es un globo sonda personal del ex ministro? (...)

La crisis griega ha desaparecido de las pantallas de radar desde el tercer rescate, impuesto después de la capitulación de Syriza en julio de 2015. Se han tomado todas las medidas incluso para enterrar el tema con cuidado, para que no vuelva a abrir divisiones europeas, en espera de que el tiempo acabase por hacer olvidar Grecia. Los líderes europeos ciertamente no quieren que el tema vuelva a su agenda, a la espera de elecciones este año en Países Bajos, Francia y Alemania.

Este intento de silenciar Grecia casi ha funcionado. Pero la crisis griega sigue ahí. Ahora más que nunca: el tercer rescate, como se temía, no aporte ninguna solución, ni respiro para Atenas. Y el caso griego podría volver muy rápidamente al debate europeo, si los acontecimientos siguen a este ritmo.

Con cada desembolso de fondos adicionales en el plan, los acreedores se vuelven más exigentes. (...)

La discusión gira, como de costumbre, alrededor de esos famosos ratios financieros que sirven de política a las autoridades europeas y el FMI. Mientras que el gobierno griego ha logrado, con un esfuerzo fiscal sobrehumano, alcanzar un superávit presupuestario (antes del pago de la deuda y gastos financieros) de 1,5% en el año 2016, las autoridades europeas han condicionado su nueva ayuda a partir de julio a un superávit primario del 3,5% a partir de 2018 y durante al menos ¡veinte años!

Hasta el FMI argumentó que este nivel de superávit era irreal, incluso contra-productivo. Pero en las últimas semanas, el FMI ha cambiado totalmente su posición. No sólo apoya ahora el objetivo del 3,5% de superávit presupuestario sino que exige más garantías. (...)

Aunque el gobierno de Syriza ya ha subido el IVA al 24%, recortado en un 40% las pensiones, aumentado los impuestos, incluido sobre la tierra, creado nuevos impuestos sobre los automóviles, las telecomunicaciones, los televisores, la gasolina, los cigarrillos, el café, la cerveza, anunciado nuevos recortes de 5.600 millones en salarios públicos, se niega a adoptar estas leyes preventivas que imponen nuevos recortes en los salarios y las pensiones públicas y nuevos aumentos de impuestos.

En nombre de los últimos restos de la soberanía nacional de Grecia, “exigir estas medidas, mientras que los ingresos del Estado son mejores de lo esperado no sólo es extremista, es absurdo. Ninguna nación puede dar su consentimiento a este tipo de dispositivos” , dijo el ministro de Finanzas griego Euclides Tsakalotos, destacando el carácter antidemocrático de las medidas exigidas.

No encontró apoyo entre sus homólogos europeos. (...)

¿Era realmente necesario esperar los cálculos del FMI hasta 2060 para afirmar que la deuda griega es insostenible? Hace mucho tiempo que lo es. Mientras que el nivel de deuda de Grecia era del 120% del PIB en 2010, ahora ha alcanzado el 180% del PIB. Es casi el doble de la producción anual de la riqueza nacional.

 Durante años, muchos economistas, cualquiera que fuese su orientación, han pedido una reestructuración radical o la cancelación total de la deuda de Grecia. Condición imprescindible, a sus ojos, para encarrilar económicamente al país.

Esto no impide que las autoridades europeas hagan oídos sordos.  (...)

La inoperancia de toda esta política de austeridad determinada por ciertos ratios financieros salta a los ojos. Los funcionarios europeos defienden su plan de rescate, se felicitan de la recuperación en Grecia y de los excedentes presupuestarios conseguidos. Pero la situación es diferente: estamos viendo, pasivos, el colapso silenciado de todo un país.  (...)

En siete años, el PIB de Grecia se ha reducido en un tercio. El desempleo afecta al 25% de la población y al 40% de los jóvenes entre 15 y 25 años. Un tercio de las empresas han desaparecido en cinco años. Los sucesivos recortes impuestos en nombre de la austeridad alcanzan a todas las regiones. No hay ni trenes ni autobuses en zonas enteras del país. (...)

El coste humano y social de la austeridad no aparece en las tablas de Excel del Eurogrupo. Lo paga en efectivo la población. Una quinta parte de la población vive sin calefacción o teléfono. El 15% de la población ha caído en la pobreza extrema desde un 2% en 2009.

El Banco de Grecia, que no es sospechoso de complacencia, hizo una evaluación de la salud de la población griega, en un informe publicado en junio de 2016. Las cifras son contundentes: el 13% de la población está excluida de cualquier tipo de atención médica; el 11.5% no puede comprar las medicinas prescritas; un 24% tiene problemas de salud crónicos. 

Los suicidios, las depresiones, las enfermedades mentales registraron incrementos exponenciales. Peor aún, mientras que la tasa de natalidad ha disminuido un 22% desde el inicio de la crisis, la tasa de mortalidad infantil casi se ha duplicado en pocos años, hasta alcanzar el 3,75% en 2014.

Después de siete años de crisis, de austeridad, de planes europeos, el país está agotado, financiera, económica, físicamente. “La situación sigue empeorando. Lo que más necesitamos ahora es comida. Esto muestra que los problemas se refieren a la esencial y no a la calidad de vida. Esto es pura sobrevivencia”, dice Ekavi Valleras, director de la ONG Desmos.

 Y es a este país al que Europa exige asumir prácticamente solo a los refugiados que vienen a Europa. (...)

 El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, que nunca ha ocultado su deseo de que Grecia salga del euro, pero que vio derrotada su línea en julio de 2015, está ganando ahora, señalan estos analistas.
Poco a poco, los líderes europeos, cansados de un problema para el que no tienen solución, se suman a su tesis. El FMI también está tratando de salir de la ciénaga griega y también aboga por una salida de Grecia del euro, única medida que podría dar oxígeno monetario al país.

El problema es que nadie quiere aceptar la responsabilidad histórica de este fracaso y sus consecuencias. Excluir a un país de la eurozona significa que la moneda única no es irreversible, como se afirmó en sus inicios. 

Otros, voluntariamente o no, podrían seguir el ejemplo. Los financieros se preparan para hacer su agosto. La deuda griega es de nuevo objeto de intensas especulaciones, empujando las tasas de interés por encima del 7%.  (...)

La actitud de los dirigentes europeos y del FMI en las últimas semanas es asombrosa, por que se inscribe en un retroceso histórico. Empujar a Grecia fuera del euro sin que quiera en lugar de la necesaria reestructuración de su deuda, cuando las tensiones geopolíticas nunca han sido mayores, cuando Donald Trump ataca explícitamente la construcción europea y apuesta por su descomposición, parece incomprensible. 

La historia llama a la puerta, pero estos burócratas y tenderos no tienen respuesta. Como siempre desde el inicio de la crisis griega."                    (Martine Orange , Mediapart, en Rebelión, 14/02/17)


 Alternativa a la salida del euro:  europeseta electrónica de circulación interna

Existe una descripción con mucho humor, de economía-ficción, sobre los beneficiosos efectos que se producirían si en Italia, el gobierno impusiera una moneda digital (allá por el 2020), para salir de la quiebra económica y política a la que la permanencia en el euro habría llevado al país. El objetivo se conseguiría rápidamente.

Los únicos perjudicados, los especuladores de la deuda. Ver: J. D. Alt: Europa, 2020: una ucronía iluminadora’. http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5467  )


Los artículos de Juan José R. Calaza (Juan José Santamaría y Juan Güell) muestran con gran claridad las ventajas de una europeseta electrónica de circulación interna: 
 

Para entender la europeseta electrónica. Qué es y, sobre todo, qué no es. Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2012/12/02/entender-europeseta-electronica/720458.html


Para salir de la crisis sin salir del euro: España debe emitir europesetas (electrónicas). Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2011/11/27/salir-crisis-salir-euro-espana-debe-emitir-europesetas-electronicas/601154.html  

Las europesetas electrónicas, complementarias al euro, estimularán el crédito sin efectos colaterales perversos. Enlace:  http://www.rebelion.org/noticia.php?id=165815

Juan Torres insiste en que es necesario emitir una moneda complementaria al euro. Sus artículos:



Más información en: 'Si Grecia, España, o Andalucía emitiesen una moneda digital, respaldada por la energía solar instalada en sus tejados, alcanzarían la soberanía financiera. La de dar créditos a familias y empresas':    http://comentariosdebombero.blogspot.com.es/2014/06/si-una-autonomia-o-una-gran-ciudad.html

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