"La era Trump no empezó el viernes. Viene anunciándose desde hace
años. ¿La respuesta a la crisis bancaria? Era auténtico Trump. ¡Qué
paguen los ciudadanos! Los ricos estamos para ganar dinero, no para
repartirlo.
Un pequeño repaso a su campaña electoral demostraría que la
sociedad, ese término que detestaba Margareth Thacher, verdaderamente ha
dejado de existir.
Me admira la gente que encuentra esta nueva situación como si fuera algo insólito. En España la llevamos viviendo desde hace casi una década. Les regalo un ejemplo. El frío ha alcanzado cotas insólitas, las compañías de electricidad han subido sus tarifas hasta el 80%. ¿Y saben las propuestas de los radicales? Boicotear durante 20 minutos el uso eléctrico; teoría que se resumía cuando era joven en cornudo y apaleado.
Se acabaron los sindicatos salvo para sus nóminas y los recursos que les suministra ese Estado de la era Trump: te pago para que te calles o digas tonterías que todo el mundo ya conoce antes de que las pronuncies. Volvemos a tiempos muy antiguos, cuando el movimiento obrero incipiente aseguraba que el sindicato era una invención patronal.
Me admira la gente que encuentra esta nueva situación como si fuera algo insólito. En España la llevamos viviendo desde hace casi una década. Les regalo un ejemplo. El frío ha alcanzado cotas insólitas, las compañías de electricidad han subido sus tarifas hasta el 80%. ¿Y saben las propuestas de los radicales? Boicotear durante 20 minutos el uso eléctrico; teoría que se resumía cuando era joven en cornudo y apaleado.
Se acabaron los sindicatos salvo para sus nóminas y los recursos que les suministra ese Estado de la era Trump: te pago para que te calles o digas tonterías que todo el mundo ya conoce antes de que las pronuncies. Volvemos a tiempos muy antiguos, cuando el movimiento obrero incipiente aseguraba que el sindicato era una invención patronal.
¿Que hace más frío que nunca? Pues
sube las tarifas. Han comprado los medios de comunicación, los
sindicatos y hasta ese puñado de ciudadanos siempre dispuestos a decir
que sí. Al fin y al cabo, qué más da el sí que el no. ¿No hubo un
político español que pasará a la historia por decir cuando digo no es
que no, y lo que quería decir es que sí?
Nadie le escupe en la cara,
porque ya hemos alcanzado ese nivel de civilización que permite
insultarte y que tú le respondas en caballero y no le des dos hostias.
Respuesta única ante el cinismo. El día que alguien le parta la boca a
Mariano Rajoy se romperá un tópico, no una educación.
Es la cosa más
equilibrada desde hace siglos, cuando eso podía costarte la vida. En un
momento de indignación, Pablo Iglesias, aquel, que no este, amenazó
físicamente a don Antonio Maura. ¿Tenía razones? Nunca se citan las
razones, solo el gesto.
Volvemos a situaciones similares. Sube el frío, sube la cuota eléctrica;
te estafan los bancos y debes negociar como la fiera se come al pato, y
el pato, que eres tú, no tiene otra opción que los aplazamientos.
¡Cómeme mañana! La paciencia y la asunción de delitos que jamás
cometiste, se han convertido en un juego entre los poderes fácticos
-aquellos mismos de los que tanto hablábamos en tiempos remotos y de los
que no teníamos ni idea- y unos tipos constituidos en familias, nada de
sociedades, que deben negociar en incómodos plazos cómo pagar las
deudas de quienes detentan el poder.
¿Por qué no lo planteamos a lo
macho, mexicano puro, y preguntamos si es más importante hablar con
Mariano Rajoy o con Florentino Pérez, sin el cual la familia mafiosa
Pujol-Ferrusola-Prenafeta apenas hubiera alcanzado tal nivel?
Estamos en plena era Trump. Solo un idiota podría votarle, a menos que sea rico. ¿Y hay tantos ricos como para votarle? Por supuesto, ¿acaso no se acuerdan de Franco, que era un moderado en la economía y un jaguar en el ejercicio del poder? ¡Pero cómo le visitaban los moderados de hoy!
No se crean una palabra sobre Putin y los chinos, y el cambio estratégico del país que se cae en pedazos, los EE.UU, pero estén muy atentos a que cuando vengan mal dadas, ustedes pagarán los gastos del inmueble y eso que jamás se les ocurrió invertir o trabajar o colaborar con una de esas grandes casas de seguros que le garantizan todo, antes de la ruina.
Estamos en plena era Trump. Solo un idiota podría votarle, a menos que sea rico. ¿Y hay tantos ricos como para votarle? Por supuesto, ¿acaso no se acuerdan de Franco, que era un moderado en la economía y un jaguar en el ejercicio del poder? ¡Pero cómo le visitaban los moderados de hoy!
No se crean una palabra sobre Putin y los chinos, y el cambio estratégico del país que se cae en pedazos, los EE.UU, pero estén muy atentos a que cuando vengan mal dadas, ustedes pagarán los gastos del inmueble y eso que jamás se les ocurrió invertir o trabajar o colaborar con una de esas grandes casas de seguros que le garantizan todo, antes de la ruina.
Se
acabó la broma. Vivimos en la era Trump, y no saldremos de ella sin una
catástrofe que caerá sobre nuestra cabeza, y que los cientos y cientos
de expertos en la materia le explicarán que la culpa era tuya. ¡Idiota,
se repite la historia bancaria¡ ¿Acaso no querías ganar más dinero? Te
engañaron. El dinero ya está repartido y es territorio dominado por los
buitres. Y tú eres palomo que no llega ni a cojo; zureas en las plazas
públicas." (Gregorio Morán, 22/01/17)
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