"(...) Los enormes beneficios obtenidos desde el fin de la Gran Recesión se han limitado principalmente a las grandes empresas: "sólo
unas pocas mega empresas acumulan la mayor parte del dinero en
efectivo, mientras que miles de pequeñas y medianas empresas (PYME)
tienen poco dinero en efectivo y mucha más deuda. De hecho, una minoría
son realmente empresas 'zombi' con beneficios que solo les permiten
hacer frente al servicio de su deuda".
Es fácil ver por qué
hay tantos zombis. A pesar de la relativa recuperación de la
rentabilidad de muchas economías en el boom alimentado por el crédito de
2002 a 2006, no fue el caso de muchas pequeñas y medianas empresas. Por
el contrario, acumularon más deuda mediante créditos bancarios.
La Gran
Recesión provocó un colapso en los beneficios e incluso después de
2009, la rentabilidad de estas empresas mejoró poco, mientras que la
deuda se mantuvo alta. Sin embargo, las empresas zombis han sobrevivido
porque las tasas de interés eran muy bajas y los bancos no han ejecutado
los impagos. Este escenario ha llegado al extremo en Italia, donde los créditos bancarios morosos han alcanzado el 20% del PIB.
Como el BCE explica en un informe: "Mientras
que los bancos que se beneficiaron del anuncio aumentaron su oferta
global de préstamos, este suministro se dirigió fundamentalmente hacia
empresas de baja calidad pero con relaciones crediticias pre-existentes
con esos bancos. Como resultado, no hubo un impacto positivo sobre la
actividad económica real, como el empleo o la inversión.
En su lugar,
estas empresas utilizaron sobre todo los fondos recién adquiridos para
acumular reservas en efectivo. Por último, documentamos que las empresas
solventes en las industrias con una prevalencia de empresas zombis
sufrieron significativamente por la mala asignación de crédito, lo que
ralentiza la recuperación económica".
De acuerdo con la
investigación del liberal Instituto Adam Smith, 108.000 de las
denominadas empresas de zombis en el Reino Unido sólo son capaces de
pagar el interés de su deuda, lo que impide su reestructuración. En
otras palabras, ralentizan la "destrucción creativa" del capital
mediante la liquidación de los débiles por los fuertes. (...)
Con niveles de deuda empresarial más altas que antes de la crisis global
y una rentabilidad menor en la mayoría de las economías, las empresas
'zombis' van a tener que ser eliminadas en un nuevo apocalipsis antes de
que se consiga mejoras de la rentabilidad y la productividad." (Michael Roberts
, Sin Permiso, 04/02/2017)
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