9.3.17

Está despedido... así podrá usted dedicarse mejor a cuidar a su hija

"Me llamo Luis y soy donante vivo de órganos. La vida de mi hija dependía de que yo le donara parte de mi hígado. Así que me pedí unos días de baja y otros de vacaciones para poder desplazarme a Madrid y someterme a la operación.

 A una semana de la intervención, fui llamado al despacho del director de Recursos Humanos y me despidieron. Lo que más me dolió fueron sus palabras: "Así podrá usted dedicarse mejor a cuidar a su hija".
Muchas más personas de nuestra Asociación (HEPA, Asociación Española de Ayuda a Niños con enfermedades hepáticas y trasplantados hepáticos) han vivido situaciones similares, como esta: 
"Para hacerme las pruebas de compatibilidad de donante para mi hijo, me desplace varios días al hospital y cuando llevé los justificantes de las pruebas a mi trabajo me indicaron que eran pruebas voluntarias y que yo no estaba enfermo y que no podían aceptar la justificación, que la solución era pedir una excedencia."
Estos dos ejemplos no son casos aislados. Un porcentaje muy alto de los padres que hemos donado un órgano hemos tenido problemas laborales y en la mayoría de los casos hemos perdido nuestro puesto de trabajo. 
 Se considera que, como nosotros no estamos enfermos, es una operación voluntaria. Claro que es voluntaria... Voluntariamente queremos salvar la vida de nuestros hijos. Y por eso se nos castiga.

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