9.5.17

Cómo desangrar un hospital público mientras se alimenta a otro privatizado

"En una localidad del sur de la Comunidad de Madrid se viene librando una guerra de mercado desde hace cinco años cuyo penúltimo episodio llegó a comienzos de abril. Una batalla peculiar en la que los contendientes son dos hospitales de la red pública sanitaria. Uno es gestionado directamente por el Gobierno regional. El otro está privatizado.

El primero ha visto cómo sus responsables recortaban el presupuesto, cerraban camas y le quitaban plantilla. Mientras se desangraba, su rival, en manos del grupo alemán Fresenius, ha ido engordando su actividad. El modelo de privatización puesto en marcha por Esperanza Aguirre, prolongado por Ignacio González y mantenido por Cristina Cifuentes, ha hecho que con cada paciente crezca la cuenta de resultados del segundo.


El escenario es la ciudad de Móstoles. No se trata de una población pequeña: suma 205.000 habitantes. Hace dos semanas, el Hospital Universitario de Móstoles (HUM) recibió un nuevo golpe de sus gestores: el Ejecutivo estudiaba transformar más de dos tercios de sus camas en plazas para enfermos crónicos. 130 de las 349 que declara tener instaladas.

Nada más conocerse está pretensión, los profesionales y vecinos organizaron la oposición que culminó en una concentración a la entrada del edificio el pasado viernes. El consejero de Sanidad madrileño, Jesús Sánchez Martos, dio marcha atrás unas horas después. Adujo que los datos que le ha pasado el equipo del HUM no coinciden con los "del informe preliminar de gestión".

A 4,5 kilómetros, el Hospital Rey Juan Carlos, dirigido por una contratista, no se ve afectado por esos planes y amenazas y se beneficia de la jibarización de su compañero público. Cada tratamiento que dispensa a una persona que no esté en su población de referencia supone ingresos extra salidos de las arcas públicas.

El Gobierno ha hablado de diferencias en los datos. ¿Qué dicen las estadísticas asistenciales? Los números ofrecen una idea de cómo ha evolucionado esta contienda. En 2012, el HUM contaba con 411 camas. Ese año se puso en marcha el centro privatizado. Para 2015 el centro 100% público había perdido 62 plazas. También dispone de menos personal para atender a la población.

Si se miran las memorias anuales del centro, se comprueba que la plantilla no ha hecho más que caer: 2.263, 2.164, 2.104, 2.054 es la secuencia de profesionales. En 2010, 370 médicos trabajaban en el HUM. Cuatro años después, la cifra oficial era de 348. Para la enfermería es peor: 623 frente a 592.
La respuesta oficial para la caída de recursos es que la apertura del otro hospital restaba "presión asistencial". 

Sin embargo, una funcionaria que trabaja en la administración del HUM desde hace 24 años explica la razón: "Funcionamos al 50% de la capacidad. Si nuestras agendas están cerradas porque no hay personal suficiente, las pruebas se derivan a otro centro. E igual ocurre con los quirófanos. La lista de espera se va a cinco o seis meses, así que es lógico que el paciente acepte ser derivado".  (...)

Uno de los miembros de la junta directiva de Afem y anestesista en el HUM describe las trabas para ejercer su labor: "Aquí no se ha cambiado un aparato y habría que renovarlos. Hay que ir trampeando con las existencias de material sanitario".

El dinero con el que cuenta el HUM depende de lo que le asigne cada año la Consejería de Sanidad. El del Rey Juan Carlos, no. Está blindado por el contrato que firmó la Comunidad de Madrid con la contratista que ganó el concurso (en ese momento Capio Salud que luego pasó a ser IDC-Salud y, tras fusiones y adquisiciones, ahora maneja Fresenius).

Para el centro antiguo, la cosa ha ido, en general, hacia abajo: en 2013 los presupuestos le otorgaron 121 millones. En 2015 fueron 111, en 2016 repuntó a 114 y para este año vuelve a caer a 112 millones. El hospital de Fresenius calca su partida de fondos públicos: 106.495.287 euros en 2015, 2016, 2017…

La administrativa asegura que "el primer lugar al que se deriva desde el Hospital Universitario de Móstoles es el Rey Juan Carlos". Y eso es más capital público para la empresa del competidor. De hecho, en 2013, las arcas públicas destinaron 800.000 euros del Plan de Reducción de Listas de Espera al Rey Juan Carlos por intervenciones que aliviaran el embudo en los quirófanos, según la liquidación firmada por el Servicio Madrileño de Salud.  (...)"               (  , eldiario.es, 30/04/2017)

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