"(...) Estamos inmersos hace tiempo en un fin de ciclo. Fin de ciclo económico
-agonía del régimen neoliberal y del súper-ciclo de deuda que engendró-.
Fin de ciclo geopolítico -pérdida paulatina de influencia de Occidente
en un mundo multipolar-.
Agonía de una superestructura económica
empeñada en reconstituir el sistema existente con el objetivo de
favorecer de manera permanente a la clase dominante, los más ricos, los
intereses corporativos. Pero no duden ustedes que “morirán matando”,
aumentando el dolor de la ciudadanía, aquí y allá. Son psicópatas.
Si no hay un cambio de rumbo hay muchas posibilidades de que el sistema
siga adelante, sí, independientemente de su disfunción, hasta que se
descomponga. Cuanto más tarden en darse cuenta de que todo llega a su
fin, mayor será la caída de un sistema fallido, al borde del colapso,
distópico.
La superclase lo sabe, pero se revuelve panza arriba,
pretende asaltar lo último que queda del estado de bienestar y libertad
en las otrora economías occidentales, y llevarnos al infierno. No nos
olvidemos de que son insaciables. Es la decadencia de unas democracias
secuestradas. Solo nos queda la rebeldía, el pensamiento crítico,
nuestra libertad.
No dejo de sorprenderme por la capacidad de los que están en el poder de
crear una narración aceptada de manera sumisa por una población, salvo
honrosas excepciones, de pensamiento no crítico, crédula. (...)
Con una mayoría de la población confundida, distraída, maleable,
voluntariamente ignorante y fácilmente manipulada por falsas
narraciones, por imágenes que desgarran el corazón y noticias falsas,
los secuaces de las cloacas del Estado han sido capaces de controlar a
las masas con relativa facilidad.
Resulta curioso ver como los distintos presidentes del gobierno,
presidentes de repúblicas y sus primeros ministros, todos ellos,
terminan haciendo aquello que les dictan desde arriba, la superclase. No
importa lo que dijeron durante sus campañas electorales. Trump es el
último ejemplo. (...)
El proyecto de ley aprobado por los republicanos en el Congreso de los
Estados Unidos niega un seguro de salud asequible a millones de
estadounidenses, a los débiles, a los pobres y a los ancianos, para
financiar un recorte de impuestos de 600.000 millones de dólares durante
los próximos diez años para los más ricos, ese uno por ciento
insaciable.
Uno de los que mejor define la situación a la que hemos
llegado, aquí y allá, es el ex congresista estadounidense Ron Paul en su
libro Swords into Plowshares: A Life in Wartime and a Future of Peace and Prosper. En él Ron Paul se hace preguntas básicas relativas a su país, pero extrapolables a otros, muy especialmente el nuestro:
“¿Cómo
llegó el pueblo estadounidense a creer que la intervención de Estados
Unidos en Oriente Medio nos haría más seguros cuando hace exactamente lo
contrario? ¿Cómo llegó el pueblo estadounidense al punto de creer que
las guerras inconstitucionales son necesarias para proteger nuestras
libertades y nuestra Constitución? ¿Por qué permitimos que la NSA, la
CIA, el FBI, la TSA, etc. destruyan nuestra libertad, como parte de la
Guerra Global contra el Terror, con el pretexto de que están preservando
nuestra libertad? ¿Por qué los políticos mentirosos son reelegidos y se
les permite llevar a la quiebra a nuestro país, destruir nuestro
dinero, y entrar en guerras sin el consentimiento adecuado? ¿Por qué el
pueblo estadounidense sufre en silencio y no grita "Basta, ya es
suficiente"? Esto puede y debe ser detenido."
Les
propongo que trasladen esas palabras a nuestra querida España y verán
las coincidencias. ¿Hasta cuándo permitiremos el olor nauseabundo que
emana de las cloacas patrias? Cuanto más tardemos, más lúgubre será el
futuro de nuestros hijos y nietos." (Juan Laborda, Vox Populi, 07/05/17)
No hay comentarios:
Publicar un comentario