"(...) Pero también hay quienes defienden la
abstención como una posición política necesaria o justificada. Es el
caso del historiador y demógrafo Emmanuel Todd,
quien el domingo ejercerá lo que denomina una “abstención fundacional”.
“Por primera vez en mi vida, voy a abstenerme con una especie de
entusiasmo religioso. Para mí va a ser un abstencionismo fundacional,
porque un mundo donde se enfrentan el macronismo y el lepenismo, no es
un mundo para mí. No es un mundo para la verdadera Francia. La vida está
más allá”, dijo en una entrevista con los medios europeos de la alianza LENA.
Para este “tipo de izquierdas
antieuropeo” que disfruta con la provocación y que, pese a sus
anteriores críticas a Jean-Luc Mélenchon en la primera vuelta votó por
el candidato de Francia Insumisa, tanto el macronismo como el lepenismo
son “dos enfermedades mentales”, dos “fases de una misma realidad” entre
las que se niega a elegir.
“Escoger el lepenismo es optar por el racismo.
Y no se elige el racismo. Pero el macronismo es la aceptación de la
servidumbre, es la resignación. Es la sumisión a los bancos, a Alemania,
a Europa, y no se elige la servidumbre. No se puede elegir entre el
racismo y la servidumbre. Voilà”. De ahí su decisión de no
votar.
Si la abstención llega a ser muy alta, razona, “los poderes del
próximo presidente, sea quien sea, serán corregidos de hecho a la baja.
Eso es el abstencionismo fundacional”, insiste el hombre que en 1976
predijo la descomposición de la Unión Soviética, pero también el que
provocó duras críticas con uno de sus últimos ensayos, titulado ¿Quién es Charlie? Sociología de una crisis religiosa.
Todd no es el único pensador que ha salido estos días en defensa de los mélenchon de Francia. En una columna de opinión publicada esta semana en Le Monde, los intelectuales Henri Peña-Ruiz, Bruno Streiff y Jean-Paul Scot calificaron de “chantaje indigno” las presiones para votar a Macron y adujeron que la culpa del avance del FN no es de los que ahora se van a abstener, sino de los Gobiernos, de derecha y de izquierda —especialmente el quinquenio de François Hollande—, que en su opinión han propiciado, con sus políticas, la implantación de la extrema derecha.
Todd no es el único pensador que ha salido estos días en defensa de los mélenchon de Francia. En una columna de opinión publicada esta semana en Le Monde, los intelectuales Henri Peña-Ruiz, Bruno Streiff y Jean-Paul Scot calificaron de “chantaje indigno” las presiones para votar a Macron y adujeron que la culpa del avance del FN no es de los que ahora se van a abstener, sino de los Gobiernos, de derecha y de izquierda —especialmente el quinquenio de François Hollande—, que en su opinión han propiciado, con sus políticas, la implantación de la extrema derecha.
“Hay una parte del electorado más a
la izquierda que de ninguna manera puede ser sospechoso de estar en
connivencia con el FN y que no lo banaliza, pero para el cual el combate
contra la deriva liberal es igual de importante por razones filosóficas
y electorales, porque piensa que son cosas como esas las que permiten
el avance del FN”, coincide Jérôme Fourquet, especialista de la empresa
de sondeos Ifop en sociología y geografía electoral. (...)" (Silvia Ayuso, El País, 05/05/17)
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