"La Unión Europea está viviendo una verdadera implosión
respecto a lo que en teoría pretendió ser: un Proyecto Regional que
permitiera alcanzar la cohesión social y territorial, el pleno empleo,
la igualdad de todas las personas de los Estados miembros, en
definitiva, un Espacio de Democracia Social avanzado preocupado y
resuelto a dar satisfacción al bienestar de las personas.
La crisis económica y financiera de 2007/2008 puso al
descubierto que con la orientación neoliberal y los instrumentos
económicos de las instituciones europeas y sus Tratados, no sólo no se
alcanzaban esos objetivos, sino que la UE retrocedió en valores sociales
tan importantes como el empleo, la igualdad y la protección a las
personas trabajadoras a cifras de los años 50 del pasado siglo. (...)
Tras la decisión del Reino Unido de abandonar la UE, los partidos de la
ultraderecha han visto una oportunidad en su discurso nacionalista y
xenófobo alcanzando fuertes representaciones institucionales en las
elecciones celebradas en Austria ,Holanda y en las últimas elecciones
presidenciales en Francia (...)
Esta verdadera implosión tiene mucho que ver con la debilidad de la
Izquierda Europea marxista y no marxista que, al día de hoy, no ha sido
capaz de transformar la crisis en una oportunidad para orientar el
descontento social y revertirlo en la construcción de un Proyecto
Alternativo Regional a la UE, que proteja las conquistas sociales y las
desarrolle en un marco de respeto a las soberanías nacionales, mediante
una economía democrática y participada con Estados Sociales potentes.
Muy al contrario, es la extrema derecha y sus valores la que está
capitalizando ese descontento social. (...)
La “rendición” frente al mercado, la aceptación de la
lógica neoliberal da lugar al día de hoy que se hable del “declive de la
socialdemocracia” o “fin de la socialdemocracia”.
Lo cierto es, que al renunciar a la contención de una
acumulación de capital desenfrenado, los partidos socialdemócratas
europeos se convirtieron en simples acompañantes de los partidos de la
derecha, sufriendo derrota tras derrota y en algunos casos entrando en
contradicciones internas como las vividas en Francia o Alemania o en
crisis profundas como en Grecia. (...)
La implosión que está viviendo la Unión Europea, la hegemonía que se va
creando en torno a valores de la extrema derecha, el ataque a todo lo
público, (al empleo y a los servicios públicos), la renuncia a las
soberanías nacionales y al papel del Estado como garante del control y
participación de la economía, tiene mucho que ver con la involución de
la socialdemocracia europea que, en política económica, ya no se
distingue de la derecha europea. (...)" (Willy Meyer, Público, 26/04/17)
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