"(...) Está el caso de Trump, que es un tipo que está fuera del
bipartidismo tradicional. Ahora ocurre en Francia y pasó en cierto modo
en Holanda y Austria, y puede llegar a Alemania. ¿Dejó de ser un tema
aislado?
Creo que la globalización capitalista neoliberal
está erosionando las bases de los partidos tradicionales, en especial de
la socialdemocracia. Está muy claro en Europa: sucedió con el PASOK en
Grecia, con el PSOE en España y ahora con el PS francés que aplicó la
austeridad incluso más allá de lo que hizo la derecha.
Eso destruyó lo
que quedaba de las bases sociales populares de la socialdemocracia. La
derecha conservadora también está muy afectada, pero es impresionante la
resistencia que aún tienen (...)
El neoliberalismo afecta a las bases populares, pero también golpea a
los partidos de las clases dominantes. Estas buscan otras formas de
hegemonía y mientras tanto aparecen monstruos como Marine Le Pen,
situada en la extrema-derecha populista.
¿Pero estos monstruos son creados por esta clase dominante?
Estos monstruos, que podemos calificar de populismo reaccionario o
derecha neofascista, no son “creados”, sino que son consecuencia de la
situación sociopolítica y pueden ser funcionales al sistema hegemónico
en la medida en que la crisis sigue su curso, en clave autoritaria y
racista.
En estos momentos los sectores dominantes todavía temen una
victoria Le Pen y Macron es el candidato favorito del sistema financiero
y de la burguesía francesa. Su paso a la segunda vuelta significó un
alza de 8 % en la bolsa de París. (...)
Pero la elección del líder de ¡En Marcha! puede significar el camino
mas directo para la victoria de Le Pen en las próximas elecciones
presidenciales: en cierta manera es el “adversario perfecto” para la
extrema derecha pues encarna a un banquero neoliberal “europeísta”
(según el léxico de Le Pen) que seguirá por lo general el mismo camino
que el gobierno de Hollande.
¿Dejaría el camino fértil para un proyecto de ultraderecha?
Claro, porque de esta forma Marine Le Pen encarna lo que muchos
franceses odian: el fondo de su comercio xenófobo con “ropajes sociales”
es atacar a la Europa liberal, atacar a esa élite financiera,
arrogante, que representa Macron en nombre de defensa de “la patria”.
Esto a pesar de que es evidente que en caso de victoria Le Pen también
va a gobernar con los bancos y los sectores dominantes nacionales,
ademas de destruir todos los derechos fundamentales y atacar a los
migrantes y musulmanes (franceses y extranjeros)... Estamos ante un
peligro inmenso, de talla mayor para toda perspectiva democrática. (...)
¿El proceso que vive Francia se puede proyectar en el resto de Europa?
Para algunos intelectuales críticos se está dando lo que Chantal Mouffe
denomina “el momento populista”, es decir, se posicionan en la ruta del
Podemos de España y de Melenchon en Francia.
Ahora también está la
izquierda anticapitalista, como la que encarnó Philippe Poutou y el
Nuevo Partido Anticapitalista en Francia, que apuesta por una política
de clase, ecosocialista, autogestionaria e internacionalista, un tema,
por ejemplo, de fricción con JL Melechon que adoptó un perfil claramente
nacionalista-republicano y de “caudillo” en estas elecciones.
Ahora
muchos miran hacia Podemos para intentar repetir en Francia lo que ha
pasado en España que, más allá de las contradicciones internas de
Podemos, será más difícil realizar aquí porque los partidos
tradicionales aún pesan y porque la presencia de Le Pen y Macron son
obstáculos que habría que sortear para reconstruir una izquierda de
verdad, que represente a las clases populares.
Queda mucho para la
conformación de una alternativa real, pero la urgencia de ahora es
combatir de manera unitaria en las urnas, y sobre todo en las calles, a
Le Pen y sus ideas nauseabundas, lo que significara también movilizarse
en contra del programa neoliberal de Macron…" (Entrevista al politólogo francés Franck Gaudichaud, El Ciudadano, en Rebelión, 03/05/17)
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