"Las economías occidentales cerraron en falso La Gran Recesión. En vez de
haber reestructurado el sector bancario a un tamaño más acorde con la
economía real prefirieron mirar para otro lado. Utilizaron a los
contribuyentes para sufragar las pérdidas derivadas de esa juerga loca
en la que se embaucaron los banqueros de medio mundo.
Como consecuencia,
han alimentado aún más los bancos sistémicos, aquellos excesivamente
grandes para quebrar. En este contexto, obviamente, eso de implementar
quitas de deuda para empresas y familias, “rien de rien”. (...)
Pero las élites continúan en sus trece, siguen invirtiendo en política.
Les aterra que llegue al poder un nuevo Frank Delano Roosvelt. Y todo
aquel que no siga sus directrices, ya saben, populistas de tomo y lomo.
Lo último, el intento de encumbrar a la presidencia francesa a Enmanuel
Macron. Puro marketing.
Objetivo, proteger un sistema bancario, el
francés, extremadamente frágil; y sostener la Unión Europea tal como
está, sin cambios. Porque el problema de Francia no es su sector
público, sino su sistema bancario, quebrado de facto.
Y para ello
necesitan políticos sumisos, de manera que cuando vengan mal dadas
“sepan lo que tienen que hacer”, rescatar el sistema bancario francés a
costa de intentar reducir el sector público. Luego lo envuelven en ese
papel de celofán llamado modernización, y aquí paz y después gloria. Son
lobos vestidos de corderos.
Pero además Macron, si finalmente acaba siendo el presidente de la
República de Francia, no va a cambiar nada en la Unión Europea, lo cual
es terrible para el sur de Europa. Circula una foto estos días donde se
le ve conversando animadamente con uno de sus mentores, el economista
Jacques Attali.
Este individuo, en su época de asesor de Francois
Miterrand, fue el responsable “académico” de imponer objetivos de
déficit público y deuda pública ad-hoc en la Unión Europea. Pero es
además el autor de una frase terrible, “¿Qué se cree la “plebaglia”
europea, qué el euro ha sido creado para su felicidad?”, tal como nos
recuerda otro asesor de Mitterand, Alain Parguez.
Y esta es la alternativa que nos ofrecen hoy las élites -Fillon iba
demasiado por libre- para frenar a la neofascista Marine Le Pen. Ah, por
cierto, que bien les salió la manipulación de las encuestas situando en
un principio al mismo nivel a Benoit Hammon y a Jean Luc Melenchon para
que no hubiera una candidatura conjunta de izquierdas. De nuevo lo han
vuelto a hacer, porque para la superclase el problema es Bernie Sanders,
Jean Luc Melenchon, Jeremy Corbin, Podemos… (...)" (Juan Laborda, Vox Populi, 27/04/17)
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