23.5.17

Pedro Sánchez gana, pero pierde Andalucía, el bastión del PSOE... ¿guerra civil socialista?. El nuevo secretario general no es más que una creación involuntaria de todos sus adversarios


"El triunfo de Pedro Sánchez en las primarias socialistas abre un nuevo escenario político a partir de hoy. 

El que fuera ya secretario general del PSOE recabó el apoyo de uno de cada dos militantes que votaron ayer, imponiéndose con holgura a su principal rival, Susana Díaz, (...) Sánchez tan solo perdió frente a Díaz en las provincias andaluzas, Ávila, Badajoz, Cuenca y Huesca, además de en Vizcaya y Guipúzcoa, donde el ‘local’ Patxi López se impuso a sus dos contrincantes. (...)"        (El Confidencial, 22/05/17)


" La victoria de Pedro Sánchez contra Susana Díaz tiene más valor por lo que entierra que por lo que aflora. 

El nuevo secretario general no es más que una creación involuntaria de todos sus adversarios, que en su empeño por masacrar su figura la han engrandecido desarrollando una especie de héroe de la militancia.

Con cada embestida furibunda del aparato, el político y el mediático, ha construido su relato contra las oligarquías del extremo centro socialista que tan bien representaba él antes de ser laminado por La Brunete de pana en el golpe palaciego del pasado mes de octubre.

El hombre que pactó con Ciudadanos, llamaba populista a Podemos de la mano de Cebrián, Felipe y Susana, y defendía de forma entusiasta la reforma del artículo 135 de la Constitución, ha acabado erigido en un referente de la izquierda y las bases por el descrédito de sus detractores y en comparación con los que combatía.

Sánchez es lo que fue, no lo que ahora aparenta ser por un interés sobrevenido, ni siquiera calculado, que le ha servido en bandeja el aparato socialista. El relato del “no es no” era tremendamente poderoso entre la militancia del PSOE y todos parecían empeñados en dotar a Pedro Sánchez de un arma de construcción masiva de apoyos, que él supo instrumentalizar de manera efectiva.

Todos los movimientos que realizó tras su salida como secretario general pudieron haberle hecho explotar entre las manos la carga del arma dada, pero supo convertirla en la clave de bóveda del edificio de su renacimiento.

A Pedro Sánchez le ofrecieron un relato, una historia, un argumento de movilización y de unión efectiva, racional y emocional. Lo aprovechó y arrasó a quien solo tenía como herramienta discursiva la responsabilidad institucional de darle el gobierno a su enemigo histórico, a un partido imputado por una corrupción que alcanza hasta su médula, y a cambio de nada. ¿Qué podía salir mal?

El PSOE histórico ha sido vapuleado por todos los militantes que antes habían tenido como referentes políticos, vitales, y emocionales a Felipe González, Alfonso Guerra, o Jóse Luis Rodríguez Zapatero. La victoria de Sánchez ha sido el hundimiento del PSOE hasta ahora conocido. La derrota de Susana Díaz es la del PSOE de siempre -como ella remarcaba en sus mítines-, significa el derrumbe de un imaginario construido con los mimbres del relato de la cultura de la transición.

Suresnes ha colapsado y ha sepultado a Isidoro. El mito del PSOE de 1982 se ha esfumado, Felipe González ha dejado de ser el obrerista de chaqueta de pana para convertirse en el lobista de las eléctricas y defensor de las oligarquías latinoamericanas. Se acabó la pos-verdad prisaica.

El otro gran derrotado, el cebrianismo. El País fue el gran arquitecto del armazón ideológico y propagandístico del PSOE que servía como garante institucional del modelo que preservaba los privilegios del sistema surgido de la transición.

De las manos de Polanco, el diario de Prisa construyó todo un imaginario que ha cincelado el armazón de la hegemonía cultural en España. Su poder de influencia a la hora de establecer el discurso aceptado como referente del progresismo ha marcado la historia de estos 40 años de democracia. Eso se terminó.

El diario, antaño referente, ha perdido la capacidad de influir incluso entre la militancia del PSOE. Su último editorial es el epílogo de una deriva incalificable trufada de insultos y descalificaciones a todo aquel que ose no seguir los designios marcados desde sus páginas.

 Las letras cebrianas califican la victoria de Pedro Sánchez como la rendición al populismo de los más de 70.000 militantes que han optado por su opción frente a la racional, moderada y constructiva candidatura de Susana Díaz:  (...)"            (Antonio Maestre, La Marea, 22/05/17)


"La victoria de Sánchez convulsiona al PSOE y abre una etapa de incertidumbre en España.

 Pedro Sánchez se convirtió este domingo en el Donald Trump de la política española al arrasar contra pronóstico en unas primarias socialistas por la Secretaría General a las que se presentó contra todos los pesos pesados del país: contra los 'aparatos' del PSOE que, con Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero, Alfredo Pérez Rubalcaba y los barones a la cabeza, habían apostado abiertamente por Susana Díaz; contra el Gobierno que no disimulaba su preferencia por la andaluza, e incluso contra los poderes económicos y mediáticos.

El renacido Sánchez ha goleado en todas las federaciones, excepto en Andalucía, y ahora se abre una etapa muy delicada internamente porque, a buen seguro, esos mismos aparatos intentarán condicionarle eligiendo mil delegados al 39 Congreso (16-18 de junio) que "reequilibren" su elección y, sobre todo, impidan a Sánchez llevar a cabo el 100% de su proyecto.

Porque, si cumple lo prometido, piensa modificar la ponencia redactada por su adversario Eduardo Madina, para "abrir el partido a la militancia". Eso incluye reformar los estatutos para convertir en obligatoria la consulta a las bases para quitar a un secretario general y para ratificar los acuerdos de gobierno.

 Además, piensa blindarse y anulará la posibilidad de obligarle a dimitir en caso de que a los barones volvieran a forzar la marcha de la mitad más uno de los miembros de su Ejecutiva, como ocurrió en vísperas del dramático Comité Federal del uno de octubre que precipitó su dimisión.      

¿Y qué harán los perdedores a partir de hoy? Para saberlo va a ser clave el resultado, este próximo fin de semana, en los congresillos provinciales donde se elige a esos mil delegados. A diferencia de lo que ocurrió en 2014, y en previsión de una victoria de Susana Díaz, la gestora dispuso que su elección fuera a la semana de las primarias con la clara intención de diluir la posible oposición de Sánchez.

Díaz y los barones creían tener controlado el proceso interno que se abre hoy, pero desde este lunes, los que están en la oposición son ellos; y cuatro en malísima situación para revalidar su poder en las secretarías generales respectivas en los congresos regionales de julio por haber perdido: este es el caso de Guillermo Fernández Vara en Extremadura (a quien ya le ha salido una contrincante para el próximo congreso regional, la exconsejera Eva Pérez); del presidente castellano-manchego, Emiliano García-Page, a quien puede disputarle la secretaría del PSOE regional el diputado sanchista por Albacete Manuel González Ramos; y de los presidentes valenciano, Ximo Puig, y asturiano, Javier Fernández, cuestionados también en sus federaciones.

¿Cuál será la correlación de fuerzas de esos delegados? ¿Logrará Sánchez inclinar la balanza a su favor? Anoche ya se dio una primera señal de desmoronamiento del poder provisional que ha representado en estos nueve meses la gestora dominada por Díaz en la sombra: dimitió el portavoz del Grupo Socialista, Antonio Hernando

Su continuidad, aunque fuera provisional hubiera sido un contrasentido porque Hernando, que primero fue mano derecha de Pedro Sánchez en el Congreso, luego se mantuvo y defendió la abstención en la investidura a Mariano Rajoy.

 ¿Y qué va a pasar con Susana Díaz? El asedio a su liderazgo político en Andalucía por parte de PP y Podemos, pese a la firmeza del acuerdo parlamentario con Ciudadanos, se va a ver redoblado a partir de hoy y las encuestas para el PSOE-A no son nada halagueñas. (...)"              (Público, 21/05/17)

No hay comentarios: