5.5.17

Portugal, Francia… la Europa del Sur en movimiento

"(...) El tratamiento recibido por Grecia ha dejado a las claras el carácter rotundamente antidemocrático de los dictados de las instituciones europeas. También su fracaso. (...)

Pero hoy no solo la crisis griega sigue dramáticamente abierta, sino que los pueblos del sur de Europa están dando claras muestras de su hartazgo y de su decisión de articular el rechazo de las políticas impuestas por la Comisión Europea en las calles y en las urnas, con la construcción social y política de alternativas que dan respuesta a las demandas más urgentes y proyectan horizontes de esperanza capaces de dejar a un lado la apatía, el fatalismo y la resignación que conviene a los poderosos.

Portugal y Francia son dos cercanos y significativos exponentes de ello. Ambos interesadamente ignorados por los medios del sistema, con la salvedad de la inevitable aunque sesgada referencia a la impactante campaña electoral de Jean-Luc Mélenchon en las presidenciales francesas.

En Portugal, en las elecciones legislativas de octubre de 2015, la movilización social contra los dictados económicos de las instituciones europeas aplicados por la coalición conservadora en el gobierno desde 2011 se tradujo en un resultado que dio paso a una situación hasta ahora inédita. (...)

Los acuerdos firmados para el período 2015-2019 por los que el Bloco de Esquerda y la CDU dan apoyo parlamentario al gobierno del PS no excluyen la expresión de sus diferencias programáticas en cuestiones como la renegociación de la deuda, la pertenencia a la OTAN o las alternativas a la crisis de la Unión Europea. 

Pero han dado ya sus frutos en su primer año y medio de aplicación: aumento anual del salario mínimo, subida de las pensiones, aumento de los salarios de los empleados públicos, con jornada semanal de 35 horas, recuperación de la inversión pública en sanidad y educación, paralización de las privatizaciones, disminución del desempleo y del déficit público… 

Creo que las distintas expresiones europeas de la izquierda cultural, social y política podríamos hacer bastante más por conocer, divulgar y apoyar la actual experiencia portuguesa, ejemplo práctico y concreto de nuestro proclamado “¡Sí Se Puede!”.

En Francia, el malestar social y el desencanto ante las políticas antisociales, belicistas y represivas aplicadas por el Presidente de la República y su gobierno del Partido Socialista cristalizó en las grandes huelgas y manifestaciones de rechazo a la nueva y regresiva Ley del Trabajo presentada en marzo de 2016.  (...)

Casi a la par, en febrero de 2016, con el nombre de La France Insoumise surgía el movimiento político que lanzaría la candidatura de Jean-Luc Mélenchon a la elección presidencial del 23 de abril y 7 de mayo de este 2017.  (...)

Su programa, fruto de meses de elaboración colectiva con la participación de miles de personas, defiende un proceso constituyente para pasar de la actual “monarquía presidencialista” de la Vª República a una VIª basada en el poder popular garantizado por múltiples instrumentos de participación, la derogación de la Ley del Trabajo, la restauración de la jubilación a los 60 años, la equiparación de las pensiones completas al salario mínimo interprofesional y el aumento de las pensiones menores por encima del umbral de pobreza, la aplicación real e inmediata de la jornada de 35 hs semanales, la salida de los tratados europeos denunciando el Pacto de Estabilidad, la puesta en marcha de un plan de transición energética para el cierre progresivo de todas las centrales nucleares y su sustitución por energías renovables… y muchas otras propuestas y medidas que vale la pena conocer y divulgar. 

(...) millones de personas se han puesto en pie y han empezado a trazar juntos un camino para que la libertad, la igualdad y la fraternidad vuelvan a iluminar el horizonte de la tierra francesa y proyecten su luz de esperanza hacia los demás pueblos de Europa que también nos vamos poniendo en movimiento."                      (Victor ríos, El Viejo Topo)

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