"(...) El tratamiento recibido por Grecia ha dejado a las claras el carácter
rotundamente antidemocrático de los dictados de las instituciones
europeas. También su fracaso. (...)
Pero hoy no solo la crisis griega sigue dramáticamente
abierta, sino que los pueblos del sur de Europa están dando claras
muestras de su hartazgo y de su decisión de articular el rechazo de las
políticas impuestas por la Comisión Europea en las calles y en las
urnas, con la construcción social y política de alternativas que dan
respuesta a las demandas más urgentes y proyectan horizontes de
esperanza capaces de dejar a un lado la apatía, el fatalismo y la
resignación que conviene a los poderosos.
Portugal y Francia son dos cercanos y significativos
exponentes de ello. Ambos interesadamente ignorados por los medios del
sistema, con la salvedad de la inevitable aunque sesgada referencia a la
impactante campaña electoral de Jean-Luc Mélenchon en las
presidenciales francesas.
En Portugal, en las elecciones legislativas de octubre
de 2015, la movilización social contra los dictados económicos de las
instituciones europeas aplicados por la coalición conservadora en el
gobierno desde 2011 se tradujo en un resultado que dio paso a una
situación hasta ahora inédita. (...)
Los acuerdos firmados para el período 2015-2019 por los que el Bloco de Esquerda y la CDU dan apoyo parlamentario al gobierno del PS
no excluyen la expresión de sus diferencias programáticas en cuestiones
como la renegociación de la deuda, la pertenencia a la OTAN o las
alternativas a la crisis de la Unión Europea.
Pero han dado ya sus
frutos en su primer año y medio de aplicación: aumento anual del salario
mínimo, subida de las pensiones, aumento de los salarios de los
empleados públicos, con jornada semanal de 35 horas, recuperación de la
inversión pública en sanidad y educación, paralización de las
privatizaciones, disminución del desempleo y del déficit público…
Creo
que las distintas expresiones europeas de la izquierda cultural, social y
política podríamos hacer bastante más por conocer, divulgar y apoyar la
actual experiencia portuguesa, ejemplo práctico y concreto de nuestro
proclamado “¡Sí Se Puede!”.
En Francia, el malestar social y el desencanto ante
las políticas antisociales, belicistas y represivas aplicadas por el
Presidente de la República y su gobierno del Partido Socialista
cristalizó en las grandes huelgas y manifestaciones de rechazo a la
nueva y regresiva Ley del Trabajo presentada en marzo de 2016. (...)
Casi a la par, en febrero de 2016, con el nombre de La France Insoumise
surgía el movimiento político que lanzaría la candidatura de Jean-Luc
Mélenchon a la elección presidencial del 23 de abril y 7 de mayo de este
2017. (...)
Su programa, fruto de meses de elaboración colectiva con la
participación de miles de personas, defiende un proceso constituyente
para pasar de la actual “monarquía presidencialista” de la Vª República a
una VIª basada en el poder popular garantizado por múltiples
instrumentos de participación, la derogación de la Ley del Trabajo, la
restauración de la jubilación a los 60 años, la equiparación de las
pensiones completas al salario mínimo interprofesional y el aumento de
las pensiones menores por encima del umbral de pobreza, la aplicación
real e inmediata de la jornada de 35 hs semanales, la salida de los
tratados europeos denunciando el Pacto de Estabilidad, la puesta en
marcha de un plan de transición energética para el cierre progresivo de
todas las centrales nucleares y su sustitución por energías renovables… y
muchas otras propuestas y medidas que vale la pena conocer y divulgar.
(...) millones de personas se han puesto en pie y han empezado a trazar juntos
un camino para que la libertad, la igualdad y la fraternidad vuelvan a
iluminar el horizonte de la tierra francesa y proyecten su luz de
esperanza hacia los demás pueblos de Europa que también nos vamos
poniendo en movimiento." (Victor ríos, El Viejo Topo)
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