1.6.17

El 20% controla el 95% de la riqueza mundial. Dada esta extrema polarización, el mercado global no puede absorber la producción de la economía global... la causa de la crisis

"(...) La crisis actual, mas que cíclica, es estructural, lo que quiere decir que la única solución es una reestructuración del sistema. La crisis estructural de los años 1930 fue resuelta mediante un nuevo tipo de capitalismo redistributivo, o sea, la social democracia, el Keynesianismo, y el corporativismo. 

El capital respondió a la crisis estructural de los años 1970 con globalizarse. La emergente clase capitalista transnacional (CCT) emprendió una vasta reestructuración neo-liberal, liberalización comercial, e integración de la economía mundial.

La globalización facilito un boom en la economía global en la ultima década del siglo XX en la medida que los ex-países socialistas se integraron al mercado global y el capital transnacional, liberado del estado-nación, emprendió una enorme ronda de despojos y de acumulación a nivel mundial. (...)

No obstante, la globalización capitalista ha dado lugar a una polarización social mundial sin precedente. La agencia de desarrollo británico Oxfam informa que apenas el un porciento de la humanidad posee la mitad de la riqueza del mundo y el 20 por ciento controla el 95 por ciento de esa riqueza, mientras el restante 80 porciento tiene que conformarse con apenas el 5 porciento.

Dada esta extrema polarización de los ingresos y la riqueza, el mercado global no puede absorber la producción de la economía global. El colapso financiero de 2008 marco el arranque de una nueva crisis estructural de la sobre-acumulación, lo que se refiere a que el capital acumulado no puede encontrar salidas rentables para la reinversión de ganancias. 

Los datos para 2010 indican, por ejemplo, que las compañías estadounidenses contaban en ese año con $1.8 billones de dólares en efectivo no invertido. Las ganancias corporativas han registrado niveles casi record al mismo tiempo que la inversión corporativa ha declinado.

En la medida que se va acumulando este capital no invertido, crecen enormes presiones para encontrar salidas rentables para el excedente. Los grupos capitalistas, y especialmente el capital financiero transnacional, presionan a los estados a crear nuevas oportunidades para la inversión rentable.

 Los estados neo-liberales han recurrido a cuatro mecanismos en años recientes para ayudar a la CCT a descargar el excedente y sostener la acumulación frente al estancamiento.

Uno es el asalto y el saqueo a los presupuestos públicos. Las finanzas publicas han sido reconfiguradas mediante la austeridad, los rescates a las corporaciones, los subsidios estatales al capital, el endeudamiento estatal, y el mercado global de bonos, todo lo que resulta en la transferencia directa e indirecta por parte de los gobiernos de la riqueza, desde la clases laborales a la CCT.

Un segundo mecanismo es la expansión del crédito a los consumidores y los gobiernos, sobre todo en los países ricos, para sostener el consumo.(...)

 Un tercer mecanismos es la frenética especulación financiera. La economía global ha sido un gigantesco casino para el capital financiero transnacional, mientras crece cada vez mas la brecha entre la economía productiva y el “capital ficticio”. (...)

Estos tres mecanismos pueden resolver el problema momentáneamente pero a la larga terminan agravando la crisis de la sobre-acumulación. La transferencia de la riqueza desde los trabajadores al capital constriñe aun mas al mercado, mientras el consumo financiado por el cada vez mas endeudamiento y la especulación aumenta la brecha entre la economía productiva y el “capital ficticio”. 

El resultado es una cada vez mayor inestabilidad subyacente de la economía global. Muchos ahora consideran que otro colapso es casi inevitable.

Sin embargo, hay otro mecanismos que sostiene la economía global: la acumulación militarizada. (...)

Las desigualdades sin precedente solo pueden ser sostenidas por los sistemas cada vez mas expansivos y ubicuos de control social y represión.  (...)

Mientras la guerra y la represión organizada por el estado cada vez mas se privatiza, los intereses de un amplio despliegue de grupos capitalistas cambian el clima político, social, e ideológico hacia la generación y el sostenimiento de los conflictos – tal como en el Medio Oriente – y en la expansión de los sistemas de guerra, de represión, de vigilancia y de control social.

 Las así llamadas guerras contra las drogas, contra el terrorismo, contra los inmigrantes; la construcción de muros fronterizos, de centros de detención de los inmigrantes y cárceles; la instalación de los sistemas de monitoreo y vigilancia en masa, y la extensión de las compañías privadas mercenarias y de seguridad – todo eso se convierte en principales fuentes para la acumulación y generación de ganancias.  (...)

En la década de 2001 a 2011, las ganancias de la industria militar casi se cuadruplicaron. A nivel mundial, el gasto militar creció en un 50 porciento desde 2006 a 2015, de $1.4 billones a $2.03 billones de dólares.  (...)

El día después del triunfo electoral de Trump, el precio de las acciones de la empresa “Corrections Corporation of America,” la principal contratista privada para los centros de detención de los inmigrantes en Estados Unidos, disparo en un 40 por ciento, dada la promesa electoral de Trump de deportar a los inmigrantes en masa. 

Los grandes contratistas militares como Raytheon y Lockheed Martin, registran súbitas alzas en sus acciones cada vez que hay un nuevo brote del conflicto en el Medio Oriente.  (...)"            (William I. Robinson. Profesor de Sociología, Universidad de California en Santa Bárbara, Rebelión, 31/05/17)

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