"Una vieja maldición china dice “Que vivas en tiempos interesantes!” –
Los tiempos interesantes son tiempos de problemas, confusión y
angustia.
Y parece que en algunos países “democráticos”, estamos
asistiendo últimamente un raro fenómeno que muestra que vivimos en
tiempos interesantes: surge un candidato de la “nada” y gana las
elecciones. Es un momento de confusión pero, es también la construcción
de un movimiento en torno a un nombre – Berlusconi y Macron son un
ejemplo.
¿De qué signo es este proceso? Definitivamente no se
trata de un movimiento popular que vaya más allá de los partidos
tradicionales – por el contrario, las nuevas fuerzas políticas cuentan
con el pleno apoyo de establishment social y económico. Su función es
ocultar los antagonismos sociales reales – y hacer aparecer una unidad
mágica contra lo que algunos denominan la amenaza “fascista”.
Hace
décadas, Vaclav Havel fue el primero en dejar escapar este sueño:
después de haber sido elegido Presidente, hizo una original sugerencia a
Helmut Kohl, “¿Por qué no trabajamos juntos para disolver todos los
partidos políticos? ¿Por qué no creamos simplemente el gran partido de
Europa ?” Podéis imaginar sonrisa escéptica de Kohl.
Este
excepcional fenómeno es una las consecuencias visibles de un
reordenación, de largo plazo, del espacio político en Europa. Hasta hace
poco, el espacio político estaba dominado por dos Partidos que cubrían
todo el cuerpo electoral, un Partido de Centro- Derecha (democristiano,
liberal-conservador) y un Partido de Centro- Izquierda ( socialista,
socialdemócratas), acompañados de partidos más pequeños (ecologistas,
neofascistas, etc.).
Ahora, esta surgiendo progresivamente un
Partido que representa al capitalismo Global, que por lo general tiene
una relativa tolerancia al aborto, los derechos de los homosexuales y de
las minorías religiosos o étnicas; se opone a este naciente Partido
Globalista un Partido anti-inmigración, que, en su periferia, es
acompañado de grupos directamente xenófobos.
Un caso ejemplar es
Polonia: después de la desaparición de los ex-comunistas, los
principales partidos son; el “anti-ideológico” partido liberal centrista
del ex primer ministro Donald Tusk y el partido conservador cristiano
de los hermanos Kaczynski.
La pregunta es: ¿cuál de estos dos
partidos – conservadores o liberales – tendrá éxito en presentarse como
la encarnación de la política pos-ideológica contra aquellos que
“todavía están atrapados en los viejos espectros ideológicos”? (...)
Este proceso nos lleva de nuevo a Berlusconi y Macron: estos nuevos
movimientos surgen de la “nada” cuando ninguno de los viejos partidos –
conservadores o liberales- logra imponerse como el nuevo “ extremo
centro”. Entonces, el establishment entra en pánico y tiene que inventar
un nuevo movimiento, precisamente, con el fin de mantener las cosas
como están.
Los nombres de estos respectivos movimientos suenan
similares por su “universalidad vacía”, que se ajusta a todos y a todo.
¿Quién no está de acuerdo con “Forza Italia”! o con “La Republique En
Marche!” . Ambos nombres designan el sentido abstracto de un movimiento
victorioso que va hacia adelante sin especificar la dirección y su
objetivo.
Hay, por supuesto, una diferencia obvia entre los dos procesos, acentos diferentes:
Berlusconi
entró en escena después de una gran campaña contra la corrupción, que
derrumbó toda la configuración política tradicional en Italia (solo los
ex comunistas se mantuvieron como fuerza viable) mientras Macron entra
en escena contra el “populismo xenófobo” de Le Pen. (...)
Como históricamente, la izquierda ha denunciado la xenofobia , no es
de extrañar que con un enemigo diabolizado, la izquierda radical no
tenga espacio político ante una imagen diabolizada. En las últimas
elecciones en Francia, el escepticismo de la izquierda sobre Macron fue
denunciado inmediatamente como un apoyo a Le Pen. Así podemos aventurar
la hipótesis que la eliminación de la izquierda fue el verdadero
objetivo de la operación, y que el enemigo demonizado consistió en un
provechosa estratagema.
Julian Assange escribió recientemente que
la elite del Partido Demócrata ha adoptado la consigna “No hemos perdido
– Rusia ganó” porque si no lo hicieran, la insurgencia creado por
Bernie Sanders, en las recientes elecciones, terminaría ganando al
Partido para la izquierda.
De la misma manera que los demócratas
estadounidenses diabolizan a Trump para deshacerse de Sanders (porque
este representa una amenaza para el establishment Demócrata) el
establishment francés diaboliza a Le Pen para deshacerse de una
potencial radicalización de izquierda.
El Reino Unido es un caso
especial , allí uno de los viejos partidos – El Partido Laborista, bajo
el liderazgo de Corbyn – está resultando ser la principal amenaza. Así
que tal vez, debemos imaginar un nuevo “extremo centro ” anti-Brexit
compuesto por el ala Blair del Laborismo, los demócratas liberales y los
conservadores anti-Brexit .
Todos ellos van a utilizar el Brexit como
pretexto, pero en realidad su objetivo es deshacerse del Laborismo de
Corbyn. Vivimos efectivamente en tiempos interesantes." (Slavoj Žižek*, filósofo, Socialismo21, 28/06/17, Publicada por https://www.counterpunch.org/)
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