"(...) los conservadores han
mostrado fisuras internas entre quienes han hecho campaña como
candidatos dispuestos a trabajar con la mayoría que apoya al presidente y
quienes enarbolan la bandera de la oposición frontal y sin compromisos.
"Es el fin de una época (...) Nuestros candidatos han sido derrotados
porque hemos parecido más próximos a la Francia de ayer que a la de
mañana. Hay que rehacer todo del suelo al techo", reflexionó la
presidenta conservadora de la región de París, Valérie Pécresse.
La
mejor muestra del estado calamitoso en que han quedado los socialistas
la da el hecho de que la inmensa mayoría de ministros que participaron
en los gobiernos de François Hollande y que concurrían en estos comicios se quedaron fuera del Parlamento.(...)
Semejante panorama apocalíptico reinaba en la sede del Partido Socialista, pese a obtener un resultado algo mejor de lo esperado (unos 45 escaños). El líder del partido, Jean-Christophe Cambadélis, presentó su dimisión y anunció que una dirección colegial asumirá a partir de ahora las riendas de un partido roto.
El título honorífico de "jefe de la oposición" tendrá
muchos pretendientes en una Asamblea Nacional en la que entran por
primera vez la líder de la ultraderecha, Marine Le Pen, y el de la
extrema izquierda, Jean-Luc Mélénchon.
A ambos,
grandes oradores, les une su inquina hacia las políticas defendidas por
Macron, y en la cámara dispondrán de una tribuna para disparar sus
dardos al presidente mejor que la que tenían hasta ahora en el
Parlamento Europeo.
Sin embargo, mientras que la izquierda alternativa de La Francia Insumisa podrá formar grupo parlamentario aliada con los comunistas (26 diputados), el Frente Nacional de Le Pen se queda lejos, con ocho, de los 15 escaños que les permitiría tener grupo propio, pese a multiplicar por cuatro su representación.
La
mácula en el nacimiento de la era "macronista" la puso una vez más la
fuerte abstención, que ha llevado a poner en cuestión la oportunidad de
celebrar las legislativas sólo un mes después de las presidenciales. La participación del 42 % supone un mínimo histórico en la V República. (...)" (Vox Populi, 19/06/17)
"Una holgada mayoría absoluta, pero lastrada por los altos niveles de abstención.
El presidente francés Emmanuel Macron podrá aplicar su programa neoliberal sin apenas oposición parlamentaria.
Su movimiento político, La République en marche (La República en marcha, LREM), ha conseguido entre 350 diputados en la segunda vuelta de las elecciones legislativas, celebradas este domingo. Creada en abril del año pasada, esta formación ha superado con claridad los 289 escaños necesarios para alcanzar la mayoría absoluta.
Una contundente victoria electoral que se ha visto cuestionada por una participación inferior al 44%, la más baja de los últimos sesenta años en unas legislativas francesas. (...)
Macron dispondrá de plenos poderes para
llevar a cabo su proyecto al confrontarse con una oposición
parlamentaria minoritaria y fuertemente dividida. La primera fuerza
de oposición será el partido Los Republicanos (derecha), que dispondrá
de 136 escaños. Además de tener un grupo más reducido que los 226
diputados de la pasada legislatura, la derecha republicana se encuentra dividida sobre la necesidad de apoyar o no al gobierno de Philippe, que hasta principios de mayo militó en esta formación.
Al haber compuesto un gobierno con tres
ministros socialistas y tres antiguos miembros de la derecha
republicana, Macron ha ocupado el espacio central de estas dos
formaciones. Así cuestiona la utilidad de las dos fuerzas del decadente
bipartidismo francés.
El Partido Socialista (PS) ha conseguido 46 diputados, lo que representa el peor resultado de esta formación en la historia de la Quinta República. (...)
El único consuelo de los dirigentes socialistas es haber evitado el sorpasso de la emergente Francia Insumisa (26 escaños) del izquierdista Jean-Luc Mélenchon y haber quedado claramente por delante del ultranacionalista Frente Nacional. Con ocho diputados, el partido de Marine Le Pen no alcanza los 15 escaños necesarios para conformar un grupo parlamentario. (...)
Tras haber conseguido 26 escaños, la Francia Insumisa de Mélenchon podrá conformar un grupo parlamentario.
Creado en febrero del año pasado, este movimiento de izquierdas y
ecologista aspira a liderar la oposición progresista al proyecto
neoliberal de Macron.
“Veo en la abstención una energía
disponible que debemos llevar al combate. (…) Esta fuerza tiene que
pasar a la ofensiva. Para ello, el pueblo ha permitido que la Francia
Insumisa disponga de un grupo coherente y disciplinado”, ha afirmado
Mélenchon desde su sede en Marsella, donde ha sido elegido como
diputado.
“La gran ventaja de la Francia Insumisa es
que sus electores no tienen ninguna duda de cuál será la posición de
este grupo en la Asamblea Nacional”, reconoce el politólogo Fabien
Escalona, especialista en la socialdemocracia francesa. A diferencia del
grupo socialista, cuyos diputados divergen sobre la necesidad de apoyar
al gobierno de Macron, los candidatos insumisos han firmado un
reglamento interno con el que se comprometen a respetar la disciplina de
voto.
Para marcar distancias con el socialismo
y consolidar su movimiento, la izquierda mélenchonistas rechazó aliarse
con el ala izquierda del PS, los verdes y los comunistas franceses, que
apoyaron a Mélenchon en las presidenciales. Una división que ha
perjudicado las optimistas perspectivas electorales de un movimiento que
consiguió más del 19% de los votos en las presidenciales.
“Después de las elecciones presidenciales
(y legislativas), ¿qué debemos hacer? Todavía ahora estoy reflexionando
sobre ello”, reconoció Mélenchon en una entrevista publicada a
principios de junio en el semanario Society. Para el líder de la
izquierda radical, su formación afronta ahora el reto de “hacer emerger
una sociedad alternativa”, un frente popular compuesto “por las otras
fuerzas sociales, políticas y del mundo de la cultura”. (...)
La nueva Asamblea Nacional también votará a finales de julio si concede
plenos poderes al presidente centrista para que lleve a cabo su reforma
laboral. (...)" (Enric Bonet, Público, 19/06/17)
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