"La crisis de Catar tiene todo el aspecto de tratarse de una maniobra dirigida por Arabia Saudí para forzar al presidente Donald Trump a tomar una actitud beligerante contra Irán y cuenta con la bendición de Israel,
un país que puede estar implicado en la operación según se desprende de
los documentos que varios medios de comunicación occidentales como el HuffPost, The Middle East Eye y The Intercept han publicado en las horas previas.
Arabia Saudí y sus aliados han acusado a Catar de desestabilizar la región,
pero el lugar más prominente del podio de la desestabilización
corresponde a Estados Unidos, tanto por su actitud en Irak y en Siria,
como por la no intervención en el conflicto israelo-palestino, como por
la venta masiva de armas a los países de la zona, con contratos
gigantescos que están creando millones de empleos directos e indirectos
en Estados Unidos.
Después de la visita de Trump a Arabia Saudí
e Israel de hace dos semanas, Riad parece haber decidido que ha llegado
el momento de volcar a Estados Unidos contra Irán. Es cierto que
Trump ha realizado una serie de comentarios belicosos contra Teherán
desde la misma campaña electoral, pero lo que ahora pretende Riad es
incrementar la presión y empujarlo para que no se contente con las
palabras y pase a la acción.
La posición de Arabia Saudí sufrió un revés
hace dos años, cuando Barack Obama firmó el acuerdo sobre el programa
nuclear iraní. Entonces, como represalia, Israel y Arabia Saudí
enfriaron las relaciones con Washington e incluso lanzaron una campaña
internacional para desprestigiar a Obama en Estados Unidos y Occidente.
A Catar se le ha acusado de fomentar el
terrorismo por el apoyo que desde este país se ha dado a los yihadistas
en Siria, lo cual es cierto, pero resulta que Arabia Saudí también ha
estado implicada en respaldar a los yihadistas que combaten en Irak y
Siria.
Lo que en realidad no se le perdona a Catar es que apoye a los islamistas no yihadistas como los Hermanos Musulames,
quienes defienden la corriente denominada “islam político”, tal como lo
han hecho en Egipto, así como permitir la difusión de una cadena de
televisión, Al-Jazeera, de propiedad catarí, que ha apoyado a los Hermanos Musulmanes en Egipto tras el golpe de Abdel Fattah al Sisi.
Hace solo dos semanas la agencia de noticias
catarí publicó unos supuestos comentarios del emir de Catar, el jeque
Tamim bin Hamad al Thani, críticos con Arabia Saudí. Los comentarios
fueron sacados inmediatamente de la página de la agencia y Catar dijo
que se trataba de una noticia falsa colocada por piratas informáticos.
La reacción de algunos países fue bloquear Al-Jazeera.
El objetivo de la campaña contra Catar puede
muy bien ser establecer un nuevo Oriente Próximo con la hegemonía
política y militar de Arabia Saudí e Israel. (...)
El desafío ya está lanzado, pero esta vez, en lugar de criticar a Estados Unidos, Arabia Saudí ha decidido aislar a Catar, el país que cuenta con la mayor base militar americana en la región. Ahora hay que esperar para ver lo que decide Donald Trump." (Eugenio García Gascón, Jerusalén, 05/06/17)
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