"La reunión del Eurogrupo del lunes pasado terminó sin acuerdo acerca del
cuarto rescate a Grecia. Cuarto rescate, así lo llaman los sindicatos y
la oposición. La razón de esta dominación radica en que, si bien en
puridad el dinero que va a recibir el país heleno pertenece al tercero,
al que se firmó en 2015, ahora se condiciona su desembolso a nuevas
medidas y recortes.
Otra vuelta de tuerca. Es la enésima. La verdad es
que no se debería llamar ni cuarto ni tercero ni primer rescate, porque
nunca se ha rescatado a Grecia. Solo hay que contemplar su situación
actual.
A los que en realidad se ha rescatado ha sido a los bancos
alemanes y franceses, mientras que se hundía al país heleno más y más en
la crisis. Grecia no levanta cabeza. Y se confirma una y otra vez la
nefasta política impuesta por Berlín y Bruselas. (...)
Grecia acaba de entrar de nuevo en recesión (tal como se suele
considerar técnicamente, dos trimestres seguidos con tasas negativas del
PIB). Durante el cuarto trimestre de 2016 el PIB se redujo en el 1,2%, y
en el primero de 2017 el 0,1%. Pero es que, además, hay que presumir
que los nuevos recortes (2% del PIB, 3.600 millones entre 2019 y 2020),
tendrán un efecto contractivo sobre la economía, con lo que se pierde
toda esperanza de que la situación mejore.
Los sucesivos ajustes han tenido sobre Grecia un efecto devastador,
la economía ha sufrido tres recesiones, la renta nacional se ha reducido
en un 25%, la tasa de desempleo alcanza el 24% y el stock de deuda
pública el 180%.
El castigo sufrido parece propio de una situación de
posguerra. Además las medidas adoptadas no han dañado a todos por igual.
Han sido las capas bajas y medias de la población las que más las han
sufrido, y la pobreza y desigualdad ha alcanzado niveles alarmantes e
inconcebibles hace años.
Las condiciones impuestas ahora en lo que se ha llamado cuarto
rescate continúan en la misma línea, son humillantes e injustas y
gravitan sobre las clases más humildes. Las pensiones sufren el
decimocuarto recorte, y disminuirán entre el 9 y el 18%, y el límite
exento en el impuesto sobre la renta pasará de 8. 600 a 5.700 euros.
Hay
que preguntarse si la intención de los representantes de las
instituciones comunitarias es tan solo eliminar el déficit público o si,
por el contrario, se mueven por motivos ideológicos y a la hora de
escoger las medidas se inclinan por las predilectas del neoliberalismo
económico, tales como hundir lo más posible las pensiones públicas y
potenciar así los fondos privados de pensiones o atacar los tributos
directos y progresivos.
Esta clara intencionalidad ideológica se percibe también en el resto
de medidas impuestas, diferentes de los recortes presupuestarios. Se
abarata el despido y -cosa insólita en la democrática Europa- se
suspende la negociación colectiva por lo menos hasta 2019. Es decir, se
profundiza en la liberalización del mercado laboral con la finalidad
evidente de reducir los salarios.
Pero no solo es el mercado de trabajo el que se pretende liberalizar.
Las medidas afectan también al comercio y a la energía. Se establece la
posibilidad de abrir treinta domingos al año en lugar de los ocho
actuales. Uno no puede por menos que preguntarse qué tiene que ver esta
condición con el control del déficit público. (...)
La llamada liberalización del sector energético pretende el mismo
objetivo, abrir espacios rentables al poder económico. De ahí las
privatizaciones impuestas hasta ahora y la exigencia en este acuerdo de
que el Estado se desprenda de su 40% de participación en el sector.
A cambio de todas estas cesiones del Gobierno griego, lo único que se
ofrece es desembolsar 7.000 millones de euros y promesas. Los 7.000
millones de euros no se destinan realmente a Grecia sino a los
acreedores, ya que servirán para que este país pague los intereses de
los créditos que vencen en julio. Se demuestra una vez más que lo que se
pretende rescatar no es tanto los países como los prestamistas. El FMI
tiene mucha experiencia en ello. (...)
El FMI hace tiempo que viene manifestando que Grecia en ningún caso
podrá hacer frente al stock de deuda pública, que en los momentos
presentes alcanza el 180% del PIB. Su postura es tan radical que
condiciona su participación en el rescate a que esta reestructuración se
lleve a cabo. Los planteamientos del FMI dan más credibilidad
actualmente a la promesa.
Sin embargo, la reunión del pasado lunes del
Eurogrupo indica de forma clara que Merkel es absolutamente reacia,
especialmente antes de que se celebren las elecciones de septiembre, a
que sus ciudadanos tengan que asumir el coste; aunque en honor de la
verdad no lo van hacer en un porcentaje mayor que el resto de los
contribuyentes de la Eurozona.
Desde hace mucho tiempo todo el mundo está convencido de que antes o
después, de buen grado o por la fuerza de los hechos, tendrá que
realizarse una quita de la deuda pública griega. (...)
La expropiación de derechos y los atropellos a los que se ha sometido a
la población griega pasan de los límites posibles en una sociedad
democrática. Nunca se sabe hasta cuándo los ciudadanos están dispuestos a
soportar. Las manifestaciones y huelgas generales se han multiplicado, y
hoy en día las clases bajas y medias se han sumido más bien en la
tristeza y en la desesperanza, pero la violencia puede estallar en
cualquier momento, especialmente después del fiasco de Syriza. (...)
En nuestro país las formaciones políticas de izquierdas deberían tomar
nota y no tener tanta prisa en llegar al gobierno. La pertenencia a la
Unión Monetaria dificulta, cuando no imposibilita, cualquier política de
izquierdas.
Si resulta forzoso aplicar la política de Bruselas, mejor
que se queme la derecha, y que las formaciones políticas de izquierdas
desde la oposición vendan caro su apoyo, doblen la mano al Gobierno y le
obliguen a adoptar determinadas medidas que palien la situación, al
tiempo que se trabaja para aunar fuerzas en Europa en el objetivo de
romper la Eurozona y retornar a las monedas y políticas nacionales." (Juan Francisco Martín Seco, República.com, 25/05/17)
Como alternativa a la salida del euro y para conseguir la soberanía financiera: europeseta electrónica de circulación interna
Existe una descripción con mucho humor, de economía-ficción,
sobre los beneficiosos efectos que se producirían si en Italia, el gobierno
impusiera una moneda digital (allá por el 2020), para salir de la quiebra
económica y política a la que la permanencia en el euro habría llevado al país. El objetivo se conseguiría rápidamente.
Los únicos perjudicados, los
especuladores de la deuda. Ver: J. D. Alt: ‘Europa,
2020: una ucronía iluminadora’. http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5467 )
Los artículos de Juan José R. Calaza (Juan José Santamaría y Juan Güell) muestran con
gran claridad las ventajas de una europeseta electrónica de circulación interna:
Para entender la europeseta electrónica. Qué es y, sobre todo, qué no es. Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2012/12/02/entender-europeseta-electronica/720458.html
Para salir de la crisis sin salir del euro: España
debe emitir europesetas (electrónicas). Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2011/11/27/salir-crisis-salir-euro-espana-debe-emitir-europesetas-electronicas/601154.html
Las europesetas electrónicas, complementarias al euro, estimularán el crédito sin efectos colaterales perversos. Enlace: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=165815
Juan Torres insiste en que es necesario emitir una moneda complementaria al euro. Sus artículos:
Marear la perdiz. Enlace: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/02/08/andalucia/1360327224_588117.html
Hay alternativas, incluso dentro del euro.
Enlace: http://juantorreslopez.com/publicaciones/hay-alternativas-incluso-dentro-del-euro/
Más información en: 'Si Grecia, España, o
Andalucía emitiesen una moneda digital, respaldada por la energía solar
instalada en sus tejados, alcanzarían la soberanía financiera. La de dar
créditos a familias y empresas': http://comentariosdebombero.blogspot.com.es/2014/06/si-una-autonomia-o-una-gran-ciudad.html
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