3.7.17

EEUU sufre una seria crisis interna que afecta al bienestar de millones de sus ciudadanos y un grave declive de su legitimidad internacional

"La situación que atraviesa Estados Unidos empieza a ser preocupante. Al profundo deterioro social y político, se le unen los clamorosos errores geoestratégicos. (...)

Una de las mayores vulnerabilidades de la economía global es el déficit creciente de la balanza comercial no energética estadounidense. El dólar solo tiene un camino, una intensa depreciación. Y China, agazapada, frotándose las manos. (...)

Ello viene a colación del último libro de Mariano Aguirre, el otrora director del Norwegian Centre for Conflict Resolution, “Salto al vacío. Crisis y declive de los Estados Unidos” publicado por la editorial Icaria. Su argumento es muy sencillo. 

Desde hace al menos tres décadas EEUU sufre una seria crisis interna que afecta al bienestar de millones de sus ciudadanos y un grave declive de su legitimidad internacional debido a los reiterados y dramáticos fracasos, desde Vietnam hasta Iraq. La victoria de Donald Trump es resultado de esta crisis estructural de largo plazo.  (...)

Pero dicha decadencia va más allá de los Estados Unidos. Todo comenzó allá por los años 70, con el inicio de la era neoliberal en la que vivimos desde entonces. Su principio crucial es socavar los mecanismos de solidaridad social y apoyo mutuo, y el compromiso de participación de los ciudadanos en la política. La libertad se reduce a una mera subordinación a las decisiones de un poder privado cada día más concentrado e irresponsable. (...)

Y para mantener el statu quo, la represión. Parafraseando a Marx, “la represión está convirtiendo a la sociedad en un saco de patatas, sólo individuos, una masa amorfa incapaz de actuar conjuntamente". A partir de la represión, se destruyen o al menos se socavan los mecanismos de gobierno a través de los cuales las personas pueden participar para que una sociedad sea realmente más democrática.

 Así, al debilitar o socavar a los sindicatos u otras formas de asociación, se deja con una sensación de impotencia a la mayoría de la población, mientras se transfieren las decisiones a un poder privado irresponsable, todo bajo la retórica de la libertad. (...)

Las élites consideraron que demasiada democracia era peligrosa, que era necesaria más "moderación" para que la gente se volviera más pasiva y apática, vamos que no molestara demasiado. (...)

En Europa, la forma en que se socava la democracia es muy directa. Las decisiones se ponen en manos de una troika no elegida: la Comisión Europea, el FMI, y el Banco Central Europeo. Ellos toman las decisiones. Por eso la ciudadanía está cada día más enojada, ve como están perdiendo el control de sus vidas. Las políticas económicas les están perjudicando en gran medida, y el resultado es ira, desilusión.  (...)

En el trasfondo de todo, el reparto de la tarta de la riqueza. En la edad de oro del capitalismo, como resultado del activismo político y sindical, hubo una caída de la tasa de ganancias del capital. Y eso no era aceptable. Había que revertir la caída de la tasa de ganancias, socavando la participación democrática. Y de aquellos barros estos lodos: un salto al vacío en toda regla."              (Juan Laborda, Vox Populi, 08/06/17)

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