5.7.17

Los directivos del Popular animaban a constituir terceras, cuartas y hasta quintas hipotecas a personas de probada insolvencia, para evitar apuntárselos como impagos

"(...) Durante la presidencia de Ángel Ron la entidad desarrolló una peligrosísima política de buscar a toda costa la morosidad cero que provocó que a decenas de miles de clientes se les refinanciara su deuda una vez que ya habían cometido los primeros impagos. 

De esta forma no entraban en la lista de morosos de cara a la galería pero tampoco hacían frente a sus obligaciones crediticias. La 'patada hacia adelante' acabó explotando en 2017, dejando un banco que ha sido vendido por un euro.

 Vozpópuli ha tenido acceso a correos electrónicos y contabilidades del banco que demuestran esta política financiera suicida. Con pruebas de cómo altos cargos animaban a constituir terceras, cuartas y hasta quintas hipotecas a personas de probada insolvencia, con el objetivo de darles periodos de carencia para evitar apuntárselos como impagos. 

El empleado que denuncia los hechos es Pedro Medina, el mismo que ha conseguido que un juez sevillano abra una investigación contra Ron y otros dos directivos por un préstamo sospechoso de 1,3 millones. Lleva denunciando esta política de refinanciaciones desde, al menos, 2011, según correos electrónicos que hemos podido consultar y que envió a la dirección del Popular, al Banco de España, al BCE y a partidos políticos.


Este empleado ha recopilado cientos de casos de refinanciaciones a morosos desde 2009, año en que trabajaba en la sucursal de Chiclana de la Frontera (Cádiz) como responsable de reestructuraciones. Su trabajo, asegura, era "evitar que nadie entrara en mora, nos dicen en 2009 que ya no puede entrar nadie en mora, sino que la digeriremos poco a poco".

Cuenta Medina que en esta época la sucursal chiclanera "era un caos dada la exposición a los préstamos hipotecarios. La gente por la crisis no podía atender a las cuotas de los mismos. Entonces recibo un correo desde el departamento de Morosidad y me dicen que llame un cliente que lleva ya dos años en mora para ver si lo podemos sacar de moroso. No sólo que nadie entrara sino que sacáramos de mora a todos los que pudiéramos”.

Para sacar a alguien de la lista de morosos del banco no era necesario que pagara. Sólo se requería que pudiera, tal vez, pagar en el futuro. El empleado relata cómo se dedicaba a llamar a los morosos para invitarles a pasarse por la oficina bajo la promesa de una refinanciación. "Muchos clientes llegaban asustados porque no habían podido hacer frente a una cuota de por ejemplo 600 euros de su préstamo y algunos ya debían varios años".

La refinanciación hubiera supuesto ajustar a una cuota que pudieran pagar, pero en esos momentos, en el paro, el cliente no podía pagar nada y accedía a entregar la casa. Sin embargo, en esos momentos no era posible la dación en pago, así que sólo quedaba la refinanciación o la ejecución. Muchos clientes optaban por la primera confiando en que podrían vender la vivienda y pagar la deuda.

Sin embargo, asegura el empleado que lo que los superiores estaban instando entonces era a hacer una operación de liquidez. "Una segunda hipoteca sobre la vivienda, que era un chalet en rústico valorado en 225.000 euros por la que teníamos cobertura suficiente, así que poníamos en marcha la máquina de hacer dinero. El importe de la segunda hipoteca pone al día todas las cuotas atrasadas (por ejemplo 600 euros mensuales por 24 meses, 14.400 euros).


"Hay que dar liquidez para el pago de las dos hipotecas (es dinero que dejábamos retenido en un cuenta bloqueada y de donde sacábamos todos los meses la cantidad para pagar las hipotecas) ya que ahora tiene dos por los que sumamos las cuotas de la primera hipoteca en carencia la cual al solo pagar los intereses pasa de 600 euros a 325 euros, pero como tenemos que subirle el tipos a la primera hipoteca al 8%, ya que la vamos a modificar para que solo pague interés (carencia, ahora salen 525 euros)", asegura Medina.

Según el empleado, "esto son 12.600 euros más gastos de las operaciones 4.000 euros, notaria más registro más apertura bancaria, y también solíamos hacer además un seguro de vida integrado al 50% de la primera hipoteca y el otro 50% para la mujer con unas primas entre los dos de 13.500", asegura el empleado.

Esto hacía que la segunda hipoteca valiera ya 55.000 euros. Como a esa hipoteca habría que darle también liquidez se incluyen 4.500 para el pago de las cuotas durante dos años, en total 60.000 euros. 

Así "un cliente que está en mora desde hace dos años y no nos puede pagar su primera hipoteca de 150.000 euros que ya nos manifiesta que no puede atender cantidad alguna, le damos una segunda hipoteca de 60.000 euros… ha pasado de debernos 150.000 a 210.000 euros, y esos 60.000 euros van directamente vía resultado del banco del año 2008. El banco ese año quitó un moroso del balance y ganó 60.000 euros".

Con esta operación se le daba aire al cliente durante dos años a la espera de que ocurriera un milagro. Pero año 2011, y el milagro no había llegado. Las directrices del banco son férreas. Nadie puede entrar en mora. Así que los empleados encargados de reestructuraciones volvían a llamar a sus clientes y los volvían a citar en la oficina.

"El cliente decía que por su vivienda, con una hipoteca de 225.000 euros, no le pagaban ni siquiera 90.000 euros y proponía al banco quedarse con la vivienda. Pero la política del banco sigue siendo dar refinanciaciones, por lo que el cliente accede a firmar la tercera hipoteca sobre vivienda que requería otros 27.000 euros de liquidez, que el banco se apuntaba como otros 27.000 euros de beneficio.  

De esta forma, el cliente que en un principio debía 150.000 euros ya debe 237.000 euros, aunque aún no ha encontrado trabajo.

 Este periódico ha accedido a e-mails internos del banco donde se proponía a los responsables de reestructuración que, "para dotar de mejor salida a nuestros riesgos", se realizaba la siguiente operación con los deudores morosos, se constituían terceras y cuartas hipotecas, con novación con carencia de 1 año o de dos, pignoración del IPF y otro tipo de movimientos para retrasar la entrada en mora de los individuos.  (...)

Este periódico se ha puesto en contacto con Banco Popular, que ha rechazado hacer ningún tipo de comentario sobre esta información."                       ( Mario Moratalla  , Vox Populi, 03/07/17)

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