13.9.17

Ray Dalio, el presidente del mayor fondo de inversión del mundo, Bridgewater: las divisiones sociales y económicas en EEUU son similares a las de los alzamientos revolucionarios de los años 30

"(...)  La clase gobernante estadounidense confronta problemas que van más allá del actual ocupante de la Casa Blanca.

En un comentario publicado el lunes, Ray Dalio, el presidente del mayor fondo de inversión del mundo, Bridgewater, declaró que la política “probablemente va a desempeñar un mayor rol del que hemos experimentado antes en una manera muy similar a 1937”. La capacidad de EEUU para sobrellevar conflictos políticos tendrá un mayor efecto en la economía que las “políticas monetarias y fiscales clásicas”.

La referencia a 1937 es significativa. La primera mitad de ese año vio un colapso importante en la economía estadounidense—un declive más empinado que el de 1932 en lo peor de la Gran Depresión—. Ese año también vivió una erupción de las luchas de clases en las industrias automotriz y siderúrgica.

Dalio escribió que las divisiones sociales y económicas en EEUU son similares a las de los alzamientos revolucionarios en este periodo. “Durante tiempos como estos, aumentan los conflictos (tanto internos como externos), emergen los populismos, las democracias son amenazas y pueden ocurrir guerras”. Luego, añadió que él no puede predecir cuán mala será la situación, pero dijo no sentirse alentado. “Los conflictos se han intensificado al punto que un combate hasta la muerte es más probable que una reconciliación”. (...)

En su comentario, Dalio escribió que, cuando uno mira los promedios, “uno podría concluir que la economía de EEUU está bien, pero cuando uno mira los números detrás de esos promedios, se vuelve claro que a algunos les va extraordinariamente bien mientras que a otros terriblemente mal, con las mayores brechas de riqueza e ingresos desde los años treinta”.

Dalio y otros se han referido a la cada vez más amplia brecha social y política en términos de “populismo”, pero su verdadero temor es que emerja un conflicto abierto entre clases. “La mayoría de los estadounidenses”, anotó, “parecen estar fuerte e intransigentemente en desacuerdo en cuanto a nuestros líderes y la dirección del país”. Además, “están más dispuestos a luchar por lo que creen que en tratar de ir más allá de sus diferencias para trabajar productivamente con base en principios compartidos”.

En otras palabras, las ilusiones sobre el “sueño americano” y sobre EEUU como “la tierra de la oportunidad”, que sirvieron históricamente como un tipo de pegamento político, se han desvanecido. Lo que aterra a la clase gobernante es que la clase obrera entre en acción bajo condiciones en que todo apunta a un estallido de la burbuja financiera que ha venido siendo inflada por los bancos centrales globales desde la crisis financiera del 2008. (...)

 Como lo comentó el diario Financial Times el lunes, tomando en cuenta sus valoraciones históricas y de largo plazo, las acciones en EE. UU. “parecen más caras que en cualquier otro momento excepto en los meses antes del gran colapso de 1929 y del estallido de la burbuja de las puntocoms en el 2000”.

Bajo lo que eran circunstancias “normales”, el dinero era invertido en los mercados de bonos para aprovechar sus mayores tasas de rentabilidad; sin embargo, los mercados de bonos ahora también se encuentran en una burbuja con un comercio a niveles históricos, con tasas de interés (que varían inversamente al precio) en niveles bajos récord.

En el 2008, la clase gobernante estadounidense respondió a la crisis financiera por medio de mecanismos políticos y económicos. Por un lado, instalaron a Obama como presidente, bajo proclamas de una “audaz esperanza” y “cambio en el que puedes creer” y contando con el apoyo de la burocracia sindical y las distintas organizaciones de las capas privilegiadas de la clase media, que aclamaron su elección como un momento “transformativo”.

Por el otro lado, destaparon el tesoro para inyectar la mayor cantidad de dinero al sistema financiero en la historia económica para financiar una orgía de especulación y organizar la mayor transferencia de riqueza de la clase obrera a los ricos. Lejos de resolver las contradicciones, las recrudecieron a un nivel más alto.

A pesar de que hay secciones de la burguesía que tiemblan ante la intensificación de los conflictos de clases, no pueden proponer ninguna medida que aborde las condiciones que están llevando inexorablemente a explosiones sociales. Mientras que Trump ha perseguido la política de desarrollar un movimiento extraparlamentario de extrema derecha, sus críticos dentro de la clase gobernante están buscando reorganizar su administración para ponerla bajo un control más firme de la cúpula militar y financiera del país.

Estamos entrando en un nuevo periodo de convulsiones económicas y sociales, para el cual tiene que prepararse la clase obrera mediante la construcción de una dirección revolucionaria basada en un programa internacionalista y socialista para resolver, en sus propios intereses, la crisis histórica del sistema de lucro capitalista."                      (Nick Beams, WSWS , en Jaque al neoliberalismo, 28/08/17)

No hay comentarios: