5.9.17

Zizez: la extrema derecha y el nacionalismo, cada día que pasa, están movilizando a un cada vez mayor número de personas de clase obrera

"(...) Una de las consecuencias que ha tenido este giro neoliberales el surgimiento de la extrema derecha y el nacionalismo que, cada día que pasa, están movilizando a un cada vez mayor número de personas de clase obrera. 
No es casualidad que el nombre del partido de extrema derecha en la República Checa, tristemente célebre debido a que organizó pogromos contra los gitanos, sea «Partido de los Trabajadores».
 Tampoco debería sorprendernos que uno de los dos hechos inesperados que se produjeron en las últimas elecciones griegas fuese, junto al impacto electoral de Syriza, el resultado obtenido por Aurora Dorada, que hasta ese momento apenas era un grupo profascista muy marginal que acusaba a los inmigrantes de haber llevado a Grecia a la crisis, y de haber «robado» sus empleos a los griegos durante la crisis." 
Como consecuencia de la crisis financiera, tanto el ámbito de la derecha como el de la extrema derecha están cobrando cada vez más fuerza.

He aquí una muestra típica de ese tipo de retórica:

Nos han arrebatado toda nuestra soberanía. Valemos sólo para que el capital internacional se permita llenarse los bolsillos con el pago de los intereses. (...) Tres millones de personas se han quedado sin trabajo ni apoyo de ninguna clase. Los funcionarios, es la pura verdad, sólo trabajan para ocultar toda esa miseria. Hablan de tomar medidas y de no olvidar los aspectos positivos. 
Las cosas van cada vez mejor para ellos, y cada vez peor para nosotros. La ilusión de libertad, paz y prosperidad que se nos prometió cuando quisimos tomar nuestro destino en nuestras propias manos está desvaneciéndose. Estas políticas irresponsables sólo pueden arrojar un resultado: el más completo y total hundimiento de nuestro pueblo.

¿No parece una descripción perfecta del atasco en el que se ha metido hoy Europa? ¿De quién pueden ser estas palabras, si no son de Syriza o de Aurora Dorada?Tal vez al conocer la respuesta haya quien se lleve una sorpresa. Su autores ni más ni menos que Joseph Goebbels, y las frases forman parte de su texto «Wirfordern» (Exigimos), publicado en el número 4 de la revista Der Angriff, el 25 de julio de 1927.”

Al principio no era más que una revista marginal que se publicaba bajo el lema de «Por los oprimidos y en contra de los explotadores», hasta que en 1933 se convirtió en el Diario del Prente Laboral Germánico. En 1927 imprimían en torno a 2.000 ejemplares. En 1933 se aproximaban a los 150.000, y en 1944 estaban cerca de los 306.000.

Lo que no sólo no debería sorprendernos, sino que también tendría que alertarnos, es el tipo de discurso que dice eso de que «valemos sólo para que el capital internacional se permita llenarse los bolsillos con el pago de los intereses», o esa referencia a la clase obrera (se trata del periódico «oficial» del Frente Laboral).

También Aurora Dorada era al principio un ridículo e irrelevante grupo de chiflados que trataba de conseguir apoyos a base de sacar provecho de la crisis financiera, pero luego, paso a paso, se ha ido convirtiendo en un arma poderosa de quienes tienen la visión de una Europa totalitaria.

Olvidándonos ahora de todos los paralelismos políticos y económicos entre la crisis financiera de 2.008 y el crac de 1929, debemos ser cautelosos a la hora de comparar la situación actual con el momento histórico en el que los nazis llegaron al poder.

Sin embargo, también sería peligroso subestimar la importancia del hecho de que, yendo de la mano de la actual crisis financiera, la derecha política esté utilizando de nuevo la cuestión nacional a fin de desviar la atención de la gente de los problemas políticos, sociales y económicos que estamos padeciendo.

En este punto, hay una película cómica de ciencia ficción titulada Cielo de hierro (Timo Vuorensola, 2002) que podría darnos una inesperada lección. Cuenta la historia de unos nazis que, tras la derrota de I945, huyeron a la Luna y allí crearon una flota espacial con la que calculaban ser capaces de regresar a la Tierra y conquistarla en el año 2018. 
Al principio, justo antes de la «Solución Final», llegan a la Tierra dos nazis para comprobar si ya está todo preparado. Pero nadie les cree. Hasta el día en que su enorme potencial es descubierto por el director de campaña que trata de alanar el camino hacia la victoria electoral a un candidato a la presidencia de Estados Unidos que es una parodia nada disimulada de Sarah Palin. 
La candidata presidencial se da cuenta de que tanto la fraseología como el discurso de los nazis es exactamente lo que mejor se les puede vender, en plena crisis, a los votantes potenciales. Al final, cuando ya es demasiado tarde, la candidata comprende que los nazis son nazis de verdad, y que lo que en realidad quieren es conquistar la Tierra.

Esto nos retrotrae a la difícil situación que vivimos hoy en día. A finales de los años veinte, las cámaras de gas y las atrocidades que acabarían cometiendo los nazis seguramente parecían el guión le una historia de ciencia ficción, al igual que nos lo parece hoy la historia de los nazis conquistando la Luna.

Pero si a alguien le parece que la comparación que he establecido entre el discurso de (oebbels y ciertas telencias de la extrema derecha actual es muy orzada, me gustaría recordar aquí cierto «experimento» llevado a cabo por dos dramaturgos serbios en paro, que trataron de demosrar que es factible ingresar en cualquier partido político de Serbia utilizando un mismo texto de Goebbels.

En abril de 2012 presentaron su candidatura para afiliarse a todos y cada uno de los principales partidos serbios, y lo hicieron enviando una propuesta política para Serbia, siempre bajo el título de «ldea, estrategia, movimiento».

Tanto el texto como las ideas fueron muy bien recilidos por todos los partidos, y a renglón seguido fueron aceptados no miembros de las diversas organizaciones e, incluso, les ofrecieron puestos para después de las elecciones. Lo que habían lecho estos dos dramaturgos era muy simple: utilizaron un texto publicado por Goebbels en 1928, "Conocimiento y propaganda", cambiando apenas agunas frases y aplicándolo al contexto serbio. Hubo un partido político que llegó al extremo de publicar dicho texto en su web oficial.

Más o menos por la misma época en la que los dramaturgos serbios lograron demostrar que era realmente posible emplear hoy la propaganda de Goebbels, un partido croata de extrema derecha trató de organizar en Zagreb un encuentro internacional de movimientos nacionalistas. Entre otros, invitaron al Partido Nacional Demócrata de Alemania, vinculado con los recientes asesinatos cometidos por neonazis en ese país; al Frente Nacional de Francia, tristemente célebre por negar el Holocausto, y al Jobbik de Hungría, que probablemente sea el más estrafalario de todos estos partidos.

Este movimiento húngaro exige que se revise el Tratado de Trianon de 1920, donde se decidió que Hungría perdiese algunos territorios, entre ellos ciertas zonas de la actual Croacia.

De manera que nos encontramos ante la paradoja de que los nacionalistas croatas invitaron a unos nacionalistas húngaros que tienen como uno de sus principales objetivos conseguir que una parte importante del territorio croata vuelva a formar parte de la Gran Hungría.

Sería sin embargo un error tomarse a broma estos absurdos propios de la extrema derecha. ¿Qué fue lo primero que hizo Hans Christian Strache, el infame autor de eslóganes como « Mehr Mut fir un ser Wiener Blut» («Más ambición para la sangre vienesa») y «Frendes tut niemanden gut» («Lo extranjero es malo»), después de obtener un 2.6% de los votos en las elecciones vienesas de 2010? Decidió visitar, junto con otros extremistas, no el Reichstadt, sino Israel, en una expedición que pretendía fomentar el «espíritu de equipo» y reforzar las conexiones con quienes fueron los principales enemigos y víctimas de Hitler.

Es más, en diciembre de 2011 se publicó la llamada «Declaración de Jerusalén», que afirmaba el derecho de Israel a existir y a defenderse frente al terrorismo islamista. Luego, invitado por Strache, Ayoob Kara, viceministro del Gobierno israelí, visitó Viena. Y resulta incluso más interesante saber que el principal aliado que Strache ha tenido en Viena ha

sido la creciente comunidad de inmigrantes serbios. Para librarse de la inmigración más indeseada, la formada por africanos, turcos y musulmanes en general, no hay nada mejor que inventarse una inmigración «buena», en este caso la procedente de Serbia.

Tampoco debería sorprendernos que uno de los inspiradores de Anders Breivik fuera ni más ni menos que el criminal de guerra serbio Radovan Karadzic. Tal como afirma en su manifiesto «2083. Una Declaración Europea de Independencia»; «Condeno todas las atrocidades cometidas por él contra los croatas, y viceversa, pero gracias a sus esfuerzos por purgar a Serbia del islam siempre será considerado y recordado como un honorable cruzado y un héroe de guerra europeo».

De modo que hoy aparece un nuevo tipo de extrema derecha que no vacila a la hora de utilizar cualesquiera medios posibles para reforzar este movimiento. Y en lugar de hacer lo fácil y quitar importancia a estas absurdas alianzas, deberíamos recordar la importante lección que nos legó Walter Benjamin cuando dijo: «Toda ascensión del fascismo da testimonio de una revolución fracasada ».

Como hemos podido ver, la actual crisis financiera y las medidas de austeridad impuestas a muchos países son terreno fértil no sólo para una nueva acumulación de capital por parte de las élites financieras, sino también para el surgimiento de nuevos nacionalismos. La utilización de los derechos de los trabajadores como arma fundamental ya no es sólo un instrumento de la izquierda.

Sin embargo, la diferencia entre la derecha y la izquierda sigue siendo clara: la derecha utiliza a una parte de la clase obrera contra otra parte de esa misma clase (la alemana contra la griega, la ausriaca y la griega contra los inmigrantes, y así sucesivamente), y complea el «discurso de los obreros» como medio para conseguir su objetivo final, la conquista del poder. Pero los grupos que hasta hace poco sólo eran movimientos extremistas muy marginales se están convirtiendo en partidos legales y legítimos.(...)"

(Slavoj Zizek y Srecko Horvat: El sur pide la palabra. El futuro de una Europa en crisis, Ed. Los libros del lince, Barna, 2014, págs, 69/74)

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