7.12.17

Sí, Alemania sigue siendo racista. Lo dice la ONU, padece 'racismo estructural'

"Es un día tranquilo y nublado. Llegamos a Mohrenstraße, en pleno centro de Berlín, donde activistas de Black Lives Matter han convocado una manifestación.  

(...) la marcha por Berlín no pretende ser únicamente en solidaridad con el movimiento en Estados Unidos; la voz tras el megáfono nos explica que su objetivo es arrojar luz sobre el racismo de la sociedad alemana.

 “El racismo es una parte dolorosa y continua del día a día de la población negra en Alemania”, explican los convocantes de la marcha,  “y sigue presente: en la discriminación, en los nombres de las calles; en las leyes de inmigración, la educación, los medios de comunicación; en el debate sobre los refugiados, así como en el acceso a la vivienda y a los puestos de trabajo”, y afirman, “el racismo (la violación de nuestra dignidad y nuestros derechos humanos) no será tolerado".  (...)


Más allá de la historia del imperialismo, a través de un megáfono nos llegan palabras que hablan del presente. De las deportaciones, de la violencia de la ultraderecha (y la complicidad de la justiciade las fuerzas de seguridad del estado), de la discriminación en controles de aeropuerto y especialmente de la desigualdad estructural que sufren algunas comunidades migrantes. 

No debería sorprendernos, entonces, que el paraíso postracial y "multikulti" de la Alemania reunificada haya sido recientemente acusado por las Naciones Unidas de "racismo estructural"

El discurso que corta el viento de esta tarde apacible habla de la necesidad de organizarse en Europa frente al auge de la ultraderecha. Las palabras que acompañan nuestro lento camino por las calles son de abierto rechazo al racismo y de crítica a la mirada colonial que aún persiste en la sociedad alemana. Presente y pasado

También dicen, sin embargo, que no se nos debe olvidar conjugar otro tiempo verbal, aquél que pertenece a los niños y niñas que también corretean entre adultos en la manifestación, aquél donde tiene lugar el juego político de sus vidas: el futuro. Ahí es donde el pasado y el presente deben convertirse en algo nuevo: el futuro es el único tiempo verbal que sigue estando en nuestras manos."     (Desbandada, 05/12/17)

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