"(...) Hay muchas cosas que ya sabemos que sucederán en 2018. Pero, ¿cuáles son
los verdaderos cisnes negros, es decir, los eventos que están
inmediatamente fuera de todos los radares, pero que aun así podrían
tener un gran impacto en los mercados? (...)
El primero: Polonia sale volando de la UE y entra en
una renovada Área Económica Europea (AEE) con Gran Bretaña.
La tensión
entre Bruselas y Varsovia lleva meses en aumento, y justo antes de
Navidad la UE co- menzó a tomar medidas para suspender sus derechos de
voto. Es difícil que alguna de las partes dé marcha atrás ahora sin
quedar mal. A diferencia de Gran Bretaña, Polonia tiene mucho que perder
si abandona la UE.
Ha prosperado como base manufacturera para las
empresas alemanas: sus exportaciones a Alemania por sí solas suman
54.000 millones de dólares (Reino Unido es su siguiente mayor socio
comercial con 13.000 millones de dólares), por lo que necesita acceso al
mercado de la UE.
Pero puede obtenerlo uniéndose al Área Económica
Europea y permaneciendo en el Mercado Único. Si el Reino Unido se uniera
también, y luego los suizos, una AEE que incluyera a Polonia, Gran
Bretaña, Suiza y Noruega sería de repente una alternativa real a la UE.
Quién sabe, ¿algunos países más podrían considerarla preferible a la muy
centralizada Unión que intenta crear Emmanuel Macron? Y Europa, de
repente, tendría dos bloques comerciales en lugar de uno.
Segundo evento: Japón hace un Merkel y abre sus
puertas a la inmigración masiva. Ahora que está entrando en la tercera
década de estancamiento y recesión, todos saben cuál es el verdadero
problema de la economía japonesa. Su población disminuye.
Ya se está
reduciendo, y se prevé que habrá caído un tercio en 2065. Las economías
no crecen cuando cuentan con menos personas cada año. Simplemente no hay
suficientes consumidores o trabajadores. El resultado ha sido que la
tercera mayor economía del mundo ha dejado de crecer. Pero hay, por
supuesto, una solución muy simple.
Podría abrir sus puertas a la
inmigración masiva. Es cierto que Japón es un país insular, con poca
tradición de migración. Pero eso también pasaba en Alemania hasta hace
poco. No sería precisamente la primera vez que una crisis económica
provoca un cambio de rumbo radical. Si la inmigración acabara
consiguiendo que Japón creciera de nuevo, sería un gran cambio para la
economía global, y para mejor.
Tercero: una reacción contra la corrección política.
Con una nueva coalición de derechas en el poder, Austria se ha
convertido en el primer país del mundo en revertir la prohibición de
fumar.
Casi todos los países del mun- do han impuesto durante las dos
últimas décadas cada vez más restricciones al tabaco, la bebida y
cualquier otro vicio. Pero, ¿y si eso se diera la vuelta? A Donald Trump
seguramente le encantaría hacer pedazos algunas leyes sanitarias.(...)
Si se eliminaran las normas-niñera de los Estados,
sería genial para las empresas pecadoras de sectores como el tabaco y el
alcohol, y los accionistas que entraron en ellas los primeros serían
más felices que un propietario de club nocturno vienés al que acaban de
decir que sus clientes no tienen que pasar la mitad de la tarde fuera
pasando frío fumando un cigarrillo.
Cuarto evento: un mercado del oro alcista.
Desde la
crisis del euro de 2011, cuando todo el mundo corrió hacia el precioso
metal y su precio se disparó a 2.000 dólares la onza, el oro ha estado
hundido. Ha pasado cinco años yendo exactamente a ninguna parte,
mientras el precio de cualquier otro tipo de activo se ha disparado. (...)
Cuarto evento: un mercado del oro alcista.
Desde la crisis del euro de
2011, cuando todo el mundo corrió hacia el precioso metal y su precio se
disparó a 2.000 dólares la onza, el oro ha estado hundido. Ha pasado
cinco años yendo exactamente a ninguna parte, mientras el precio de
cualquier otro tipo de activo se ha disparado. (...)
Cinco: Google y Apple abandonan la UE. 10.000 millones de euros.
¿20.000
millones? ¿30.000 millones? Seguro que tiene que haber algún nivel de
sanciones punitivas que hagan imposible que los gigantes tecnológicos
estadounidenses operen en Europa. Apple ya ha recibido una multa de
14.500 millones de euros por "impuestos atrasados" en Irlanda, a pesar
de que el Gobierno de Dublín no quiere el dinero y argumenta que actuaba
de manera completamente legal.
Google ha recibido grandes multas por
"restringir la competencia", aunque en el mundo de los negocios todos
dirán que la eficiencia de su motor de búsqueda hace que le sea
prácticamente imposible cobrar de más por ninguna cosa.
Amazon está
sujeta a constantes investigaciones, al tiempo que cunde la preocupación
por si su implacable reducción de precios crea deflación. La UE se ve a
sí misma como un regulador global, que impone sus estándares en el
mundo. (...)
Por supuesto, podría pasar que ninguno de esos eventos sucediera. La
economía japonesa lleva en crisis durante mucho tiempo sin que surja
voluntad política para abordar sus causas fundamentales, y los gigantes
tecnológicos tienen una cuenta bancaria lo suficientemente amplia como
para recibir un gran castigo de los reguladores. (...)" (El Economista.es, 30/12/17)
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