"La reducción de riesgos, la disciplina de mercado y
la posibilidad de compartir riesgos deben ir de la mano: progresos en
una de esas áreas no son factibles, ni deseables, sin progresos en las
demás", asegura un jugoso documento de 33 páginas.
Lo firman Jean Pisani-Ferry,
exasesor de Macron, y Jeromin Zettelmeyer, que capitaneaba el equipo
económico del ministro alemán Sigmar Gabriel, junto con nombres
destacados como, Philippe Martin, miembro del Consejo de Análisis
Económico de Macron, o Isabel Schnabel (una de las sabias del consejo equivalente en Alemania).
Europa siempre fue un amaño entre las reglas alemanas y la
discrecionalidad francesa.
Y el plan de los expertos transita por esa
senda, con algunas de las medidas que siempre ha pedido el Sur, como una
capacidad fiscal anticrisis o eurobonos (en su versión light: con ingeniería financiera y sin apenas mutualización, no vaya a desmoronarse la puerta de Brandemburgo).
Pero también con ese aroma inconfundiblemente alemán
de los límites a la exposición de deuda soberana en los balances de los
bancos, o el apoyo sin ambages a la polémica propuesta de poner en
marcha un mecanismo de reestructuración de deuda pública, que según los
Gobiernos del Sur podría provocar una reedición fulminante de la crisis
del euro si no se hace con mucho cuidado.
A día de hoy apenas ha habido en Europa concesiones a las peticiones de la periferia durante la Gran Recesión, salvo por el activismo del BCE (contra las tesis de Alemania) y por los rescates del Mecanismo de ayuda (Mede),
que son en realidad préstamos con una dura condicionalidad. Berlín
decretó disciplina de mercado a los países con mayores problemas, y en
los últimos años ha habido varias rondas de recapitalizaciones bancarias
y reducción de los activos morosos (NPL, por sus siglas en inglés),
junto con fuertes recortes del déficit.
La promesa, siempre incumplida,
fue siempre que tras ese palo la zanahoria acabaría llegando. Pero a la
hora de la verdad Berlín se ha opuesto a casi todo: no permite completar
la unión bancaria, no quiere ni en pintura los eurobonos y se ha
atrincherado (al menos hasta el acuerdo de la gran coalición) contra la
capacidad fiscal anticrisis de la zona euro, imprescindible para que la
próxima crisis no se lleve por delante la moneda única.
Al menos, los expertos admiten esta vez que las
medidas de reducción de riesgo (lo que quieren los alemanes) deben
activarse en paralelo con las medidas para compartir riesgo. Ese es el
gran debate: quién cede primero en el diseño de la futura eurozona. Nada
fácil, a la vista de que el euro actual se caracteriza por una profunda
brecha Norte-Sur.
"Hay que mejorar la arquitectura del euro para
hacerlo menos vulnerable a las crisis", arranca el texto. "El sistema
financiero sigue siendo vulnerable"; "las reglas fiscales no son
creíbles"; "el BCE no tiene más margen y la política fiscal es
procíclica", atacan los expertos, que se meten incluso en zonas
peligrosas: la sobredosis de ajuste en la periferia "ha provocado
miseria y resentimiento entre los acreedores y los países deudores".
Los economistas atribuyen el auge de los populismos y
nacionalismos tanto en el Norte como en el Sur al mal diseño del euro,
que exige duros recortes en la periferia y que provoca que el Norte esté
temiendo continuamente que va a tener que poner dinero del
contribuyente en el Sur (miedo que a día de hoy es del todo falso: el
Mede no ha perdido un solo euro con los rescates).
"La próxima crisis
tardará años en llegar, pero cuando finalmente llegue incluirá una
venganza: el capital político de la Unión Económica y Monetaria es hoy
inferior al de 2008, y o resolvemos los problemas o crecerá el
resentimiento entre acreedores y deudores", vaticina el documento. En
otras palabras: o la arquitectura del euro se refuerza o la próxima
crisis se puede llevar por delante la moneda única.
Las seis reformas más destacadas que proponen los expertos son las siguientes.
1. Romper el círculo vicioso banca-deuda pública. Los economistas proponen limitar la deuda pública en manos de los bancos: exigir más capital cuando el nivel de concentración de un banco en la deuda de su país sobrepase un determinado límite. (...)
2. Cambiar el Pacto de Estabilidad por una regla de gasto. Los expertos admiten que las reglas no funcionan. Son demasiado complejas, después de numerosas reformas. (...) Los autores abogan por una regla de gasto, guiada por
la reducción de la deuda pública a largo plazo. Los países que
incumplan serían obligados a financiarse con deuda de peor calidad,
cuyos plazos se ampliarían automáticamente si solicitaran un rescate al
Mede, para aumentar la disciplina de mercado.
3. Mecanismo de reestructuración de deuda.
De nuevo el pensamiento económico alemán en su máxima expresión: los
expertos creen que Europa debe volver a la cláusula de no rescate y favorecer las reestructuraciones de deuda pública, e impedir al Mede que salve a los países con deudas insostenibles. A cambio, proponen crear un eurobono light, basado en la ingeniería financiera. (...)
4. Capacidad fiscal anticrisis. Quizá la estrella del texto desde una perspectiva sureña. Actualmente, cuando hay un shock
económico en un solo país, el Gobierno de turno solo puede valerse de
sus propios estabilizadores automáticos: no hay un presupuesto común
para luchar contra crisis abruptas, como la que puede sufrir Irlanda en
caso de un Brexit duro o la que sufrió España, con un aumento brutal de
las tasas de paro.
Se trataría de activar esa capacidad fiscal
(que ya propuso la Comisión, en una versión muy descafeinada) en caso
de que el paro rebase un determinado nivel (o el empleo caiga), evitando
siempre las transferencias permanentes, con un sistema de reaseguro que
obliga a los países a encajar las primeras pérdidas para después acudir
al cortafuegos común.
Pero --siempre hay un pero-- los expertos
condicionan el uso de esa capacidad fiscal al cumplimiento de las reglas
fiscales. Se financiaría con una contribución del 0,1% del PIB anual en
cada país.
5. Eurobonos light. En línea con las propuestas de Bruselas, los expertos abogan por un "activo seguro común",
pero con un apellido para iniciados: "Sintético". Traducción bastarda:
ingeniería financiera y escasa mutualización, ante el escaso apetito en
Alemania. Y solo si Europa se aviene a limitar las tenencias de deuda
pública en manos de los bancos.
6. Arquitectura institucional. Los economistas francoalemanes creen que la presidencia del Eurogrupo debería ser permanente y recaer en un comisario,
pero en el terreno fiscal aboga por separar la labor de juez y la de
fiscal dentro de la Comisión. Y dan más relevancia al Mede para
gestionar las crisis." (Claudi Pérez, El País, 17/01/18)
"Como alternativa a la salida del euro y para conseguir la soberanía financiera:
europeseta electrónica
Existe una descripción con mucho humor, de economía-ficción,
sobre los beneficiosos efectos que se producirían si en Italia, el gobierno
impusiera una moneda digital (allá por el 2020), para salir de la quiebra
económica y política a la que la permanencia en el euro habría llevado al país. El objetivo se conseguiría rápidamente.
Los únicos perjudicados, los
especuladores de la deuda. Ver: J. D. Alt: ‘Europa,
2020: una ucronía iluminadora’. http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5467 )
Los artículos de Juan José R. Calaza (Juan José Santamaría y Juan Güell) muestran con
gran claridad las ventajas de una europeseta electrónica de circulación interna:
Para entender la europeseta electrónica. Qué es y, sobre todo, qué no es. Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2012/12/02/entender-europeseta-electronica/720458.html
Para salir de la crisis sin salir del euro: España
debe emitir europesetas (electrónicas). Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2011/11/27/salir-crisis-salir-euro-espana-debe-emitir-europesetas-electronicas/601154.html
Las europesetas electrónicas, complementarias al euro, estimularán el crédito sin efectos colaterales perversos. Enlace: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=165815
Juan Torres insiste en que es necesario emitir una moneda complementaria al euro. Sus artículos:
Marear la perdiz. Enlace: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/02/08/andalucia/1360327224_588117.html
Hay alternativas, incluso dentro del euro.
Enlace: http://juantorreslopez.com/publicaciones/hay-alternativas-incluso-dentro-del-euro/
Más información en: 'Si Grecia, España, o
Andalucía emitiesen una moneda digital, respaldada por la energía solar
instalada en sus tejados, alcanzarían la soberanía financiera. La de dar
créditos a familias y empresas': http://comentariosdebombero.blogspot.com.es/2014/06/si-una-autonomia-o-una-gran-ciudad.html
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