"La próxima semana, 2.500 banqueros, administradores de fondos de
inversión, CEOs corporativos, funcionarios estatales y celebridades se
reunirán nuevamente en el complejo alpino suizo de Davos para el Foro
Económico Mundial (WEF, siglas en inglés) (...)
El índice de Bloomberg Billionaires
(multi-millonarios) publicado el mes pasado indicó que las fortunas de
los 500 individuos más ricos del mundo —muchos de los cuales estarán
presentes— aumentaron 23 por ciento en conjunto el año pasado,
haciéndolos $1 billón de dólares más ricos que a fines del 2016. Desde
entonces, les han seguido lloviendo sumas así de obscenas de dinero, con
el índice bursátil cerrando en 26.000 puntos el miércoles, después de
su aumento de 1.000 puntos más rápido en la historia.
Sin embargo, el principal reporte en el que
se basarán los cuatro días de reuniones y discusiones a puerta cerrada
ofrece el retrato de una élite gobernante mundial viviendo con un miedo
mortal de que el recrudecimiento de las crisis económicas y sociales,
ante todo la amenaza de otra guerra mundial y revolución social, vaya no
solo a despojarlos de sus riquezas, sino de sus cabezas.
Bajo el título “Fracturas, temores y
fracasos”, el informe del WEF sobre riesgos globales (Global Risks
Report) incluye subtítulos como “La parca en cosecha”, “La muerte del
comercio”, “Las hebillas de la democracia”, “La extinción de la
precisión”, “Al abismo”, “Los temores de un Armagedón ecológico” y
“Guerra sin reglas”.
El reporte
fue compuesto con base en una encuesta de cerca de 1.000 banqueros y
ejecutivos empresariales, funcionarios estatales y académicos, que
encontró que el 93 por ciento de ellos teme que se empeoren los
confrontamientos entre las principales potencias durante el 2018. El 79
por ciento prevé una mayor amenaza de un conflicto militar “de un Estado
contra otro”. (...)
Los contenidos del reporte de riesgos del WEF apuntan a un capitalismo global sumido en una crisis profunda e irresoluble.
El documento menciona que, mientras que se
muestran positivos los “principales indicadores económicos”, es decir,
la fuerte alza en los precios de las acciones bursátiles que han
engordado los portafolios de los inversionistas que estarán en Davos,
esto solo “encubre la continuación de las preocupaciones subyacentes”.
“Esta ha sido la más débil recuperación
registrada tras una recesión”, indica el reporte, y añade “El
crecimiento de la productividad permanece extrañamente débil”.
La economía capitalista global se ve acechada
por “los insostenibles precios de los activos, tras ocho años de una
racha financiera alcista en el mundo; niveles altos de endeudamiento… y
fuertes presiones en el sistema financiero global”.
En una sección intitulada, “Al abismo”, el
informe hace la siguiente advertencia: “Contra el trasfondo de
conflictos políticos internos e internacionales —y con los formuladores
de las políticas económicas navegando aguas inexploradas— el estallido
de otra crisis financiera global podría abrumar la respuesta política y
las políticas consiguientes. Un colapso sistémico del tipo que fue
evitado en el 2007-2008 podría empujar a países, regiones, o incluso al
mundo entero sobre el precipicio y a un periodo de caos”.
“El recrudecimiento de las tensiones
militares”, “las acumulaciones militares”, “los conflictos indirectos” y
los múltiples “focos de conflicto” son mencionados como amenazas de
guerras, pero el documento luego remata con advertencias sobre el
peligro de la intensificación de las tensiones sociales en todos los
países capitalistas.
“En muchos países, la tela social y política
se ha visto severamente desgastada por los años de ingresos reales
estancados”, dice, aludiendo a cifras sobre la desaceleración de los
salarios y el veloz aumento de la desigualdad social.
“Los niveles de deuda personal, acoplados con
ahorros y pensiones inadecuadas, son una de las razones por las que se
puede esperar que las frustraciones se profundicen en los próximos
años,” establece el reporte.
Además, menciona que el informe del 2014
advertía que uno de los mayores riesgos a nivel global era el alto nivel
de desempleo juvenil, siendo tan alto que atentaba con crear una
“generación perdida”. El reporte nota sin atavíos que los millones de
jóvenes sin trabajo podrían provocar “enfrentamientos
intergeneracionales por las políticas relacionadas a impuestos y al
mercado laboral”. (...)
Las conclusiones políticas del reporte son particularmente impactantes:
“La democracia ya está mostrando signos de
desgaste en cara a las problemáticas económicas, culturales y
tecnológicas. Es posible un daño mucho más profundo: pueden colapsar los
órdenes sociales y políticos. Si un país dividido uniformemente ve
posiciones polarizadas cada vez más rígidas en una contienda en la que
el vencedor se lo lleva todo, el riesgo aumenta de que los debates
políticos den paso a formas de secesión y confrontaciones físicas.
Bajo
estas circunstancias, se podría llegar a un punto de inflexión. Un
espiral de violencia podría desencadenarse, particularmente si las
autoridades públicas pierden el control y luego intervienen a favor de
un lado con una fuerza desproporcional.
En algunos países —con un acceso
fácil a armas o una historia de violencia política— se podría detonar
un conflicto civil armado. En otros, el Estado podría imponer su
voluntad a la fuerza, con posibles consecuencias que reverberarán por un
largo tiempo: un estado de emergencia, la suspensión de libertades
civiles, incluso la cancelación de elecciones para proteger el orden
público”.
En otras palabras, la oligarquía financiera
global se reunirá en el exclusivo y pintoresco resort alpino en Davos
para discutir francamente las posibilidades de una nueva guerra mundial,
la erupción de guerras civiles a raíz del recrudecimiento de las
contradicciones sociales y la imposición de dictaduras
policiales-estatales.
Lo que describe el reporte del WEF son
condiciones ya visibles en Estados Unidos y en todas las principales
naciones capitalistas. (...)" (Bill Van Auken, wsws , en Jaque al neoliberalismo, 19/01/18)
No hay comentarios:
Publicar un comentario