9.3.18

Revolución española. La huelga del 8-M fué "histórica". La sociedad española, a la vanguardia del feminismo mundial

"Histórica" y "sin precedentes". Con estos calificativos han definido los grandes medios internacionales la movilización masiva de las mujeres españolas denunciando la brecha salarial y laboral, la discriminación por razón de sexo, la violencia de género y, en definitiva, exigiendo la igualdad en todos los ámbitos.

La jornada de huelga estaba convocada en más de 70 países pero fue España el que centró este jueves en buena medida la atención de la prensa internacional, que destacó las enormes manifestaciones celebradas en numerosas ciudades y el seguimiento de los paros parciales o totales tanto en los puestos de trabajo como en el ámbito doméstico. 

Algunos de los medios se hicieron eco también de la cacerolada celebrada en la Puerta del Sol de Madrid en la medianoche del miércoles y con la que se daba inicio a la jornada de protesta.

Este jueves, a media tarde, las movilizaciones convocadas en toda España ocupaban un lugar destacado en las versiones digitales de los grandes diarios y televisiones del mundo. "Una huelga sin precedentes", señalaba la cadena británica BBC, que destacaba en su información que el trabajo se había "paralizado" en respuesta a la convocatoria de la Comisión 8 de Marzo, apoyada por una decena de sindicatos.

La CNN hablaba de "miles de mujeres" abandonando sus puestos de trabajo y "boicoteando" también las labores domésticas para ocupar las calles reclamando sus derechos. Según la cadena estadounidense, España protagonizó "uno de los mayores paros" a nivel internacional.

El diario francés Le Monde calificó la movilización de "victoria" añadiendo el respaldo a la misma por parte de movimientos sociales y sindicales y destacando cómo desde hace días "la defensa de los derechos de las mujeres ha estado en primera línea informativa alimentando los debates políticos e imponiéndose en la actividad legislativa".

El periódico británico The Guardian señalaba el dato de 5,3 millones de trabajadoras y trabajadores secundando los paros. The Telegraph apuntaba como objetivo de la huelga "acabar con la cultura machista y contra la violencia de género". 

En EEUU, The Washington Post señaló la reivindicación de las mujeres "para protestar contra los salarios injustos y la violencia machista con una cacerolada conjunta". 

En Sudamérica, el diario argentino La Nación destacó el amplio seguimiento de la huelga en sus distintas modalidades calificándola de "histórica" y haciendo mención a las "miles de personas" congregadas.

Tampoco el rotativo oficial del Vaticano, L'Osservatore Romano, pasó por alto la "primera huelga feminista celebrada en España". El periódico repasaba las movilizaciones en diversos países y destacaba las reivindicaciones de las mujeres de todo el mundo en pro de la igualdad."           (El Mundo, 08/03/18)


"Las  mujeres españolas han logrado este jueves 8 de Marzo una movilización sin precedentes contra la desigualdad de género en todas sus vertientes (brecha salarial, discriminación o violencia sexual) y situaron a España a la vanguardia del feminismo mundial. 

Centenares de miles de personas inundaron las calles en 120 ciudades en las concentraciones de mediodía y las manifestaciones de la tarde. La huelga de 24 horas, en cambio, tuvo escaso seguimiento pese a que fue secundada por rostros muy conocidos de los medios de comunicación que le dieron gran visibilidad y simbolismo. 

Los paros parciales de UGT y CC OO lograron un rotundo éxito y fueron seguidos por seis millones de trabajadores, según las centrales. “Este día se estudiará en los libros de Historia”, proclamaron las organizadoras.

Pocas  veces una movilización tiene tanto éxito antes incluso de celebrarse. En cambio, eso es precisamente lo que ha ocurrido este año en España con el 8 de Marzo, el Día Internacional de la Mujer. Todos los debates sobre desigualdad de género (corresponsabilidad y cuidados familiares, brecha salarial y de pensiones, discriminación laboral, techo de cristal, acoso y violencia sexual) llevan abiertos desde hace semanas. 

La crisis catalana y las pensiones han tenido que hacerle espacio en la agenda. El Gobierno, con su presidente a la cabeza, ha tenido que rectificar y matizar su discurso, crítico en principio, sobre la huelga que la Comisión 8-M había convocado este año.

La huelga feminista a la que múltiples colectivos sociales, organizados por esa comisión, habían llamado a las españolas —bajo el lema “Si nosotras paramos, se para el mundo”— colocó a España a la vanguardia del movimiento por la igualdad de sexos. 

Era el único país en que se había convocado una movilización que fuese acompañada al tiempo por un paro laboral. Y eso tuvo eco en los principales medios de comunicación internacionales, que realizaron una amplia cobertura de la jornada.  (...)

de miles de personas en todo el país desfilaron bajo el color violeta que simboliza el movimiento feminista y desbordaron las calles de 120 ciudades. En Madrid se superó ampliamente la asistencia del año pasado: la Delegación del Gobierno cifró los manifestantes en 170.000 —en 2017, habló de 40.000—. 

Fuentes sindicales elevaron el número a un millón —500.000 personas según los organizadores en 2017—. Patricia y Virginia, dos funcionarias jubiladas, acudieron a la marcha por “crear conciencia”. “Hay que demostrar que juntas tenemos mucha fuerza”, reivindicaban ambas, informa J. A. Aunión. Entre los cánticos y gritos se escuchaban referencias al futuro: “La lucha sigue, cueste lo que cueste”. También clásicos de estas protestas como “Manolo, Manolito, hoy te cuidas tú solito”.

En Barcelona, la Guardia Urbana calculó 200.000 manifestantes —600.000 según la organización—, y cifras multitudinarias se repitieron en las principales capitales.

"Hemos  paralizado Madrid. Este es nuestro día y mañana más. No vamos a parar. Por nosotras. Por las que no están, por las que vendrán. Por los que no escuchan”, clamó Victoria Castrillón, de la organización desde el escenario al acabar la manifestación madrileña, en la que se leyó el manifiesto preparado.

 “Es un día histórico, hemos parado Madrid. Se estudiará en los libros de Historia”, añadió en su discurso María Álvarez, otra de las organizadoras. “Tenemos muchísimas esperanzas de que las cosas cambien, llevamos muchos días que solo se habla de la huelga feminista”.

“Hemos puesto el machismo y la desigualdad en todas las casas, en toda la sociedad y nadie puede quedarse indiferente”, había proclamado por la mañana Ruth Caravantes, de la Comisión 8-M.

Horas antes los piquetes informativos habían cortado el tráfico en Barcelona, en el cruce de Gran Vía con Urgell, y ferrocarriles, en la línea del Vallès. Y antes de las concentraciones del mediodía, hubo una manifestación de estudiantes a la que acudieron miles de personas, informa Alfonso Congostrina.

 Pero el 8-M, este año se complementaba con una vertiente laboral, tanto en los debates como en las movilizaciones. La Comisión 8-M había llamado una huelga de 24 horas, que contó con la cobertura legal de centrales minoritarias (CGT y CNT). En este terreno, el seguimiento fue escaso. CGT habló de “éxito rotundo”, aunque en sectores como el ferroviario lamentaba que los servicios mínimos impedían un paro real y, pese a ello, cuantificó el seguimiento en el 90%. 

Las cifras de Renfe, recogidas por Servimedia, distaban mucho de ese porcentaje, un 2,6%.  Estos últimos números están más en consonancia con lo que se apreciaba al pasear por los andenes de Atocha.

Tampoco  el consumo eléctrico, el indicador de impacto más empleado en las huelgas ante la disparidad de datos de sindicatos, empresarios y Gobierno, notó mucho la incidencia.
No obstante, sí que hubo sectores donde la huelga tuvo muchísimo eco y visibilidad. 

Entre las periodistas, cuyo manifiesto ha logrado más de 7.000 firmas, el seguimiento fue muy amplio y se notó en las programaciones de radios (Pepa Bueno, Àngels Barceló y Julia Otero no estuvieron al frente de sus programas) y las parrillas televisivas (TVE, Antena 3 y Tele 5 las cambiaron por la ausencia de María Casado, Susana Griso y Ana Rosa Quintana, respectivamente). También entre los partidos de la oposición el seguimiento fue amplio y el Congreso quedó casi sin actividad.

Más significativos fueron los paros parciales de dos horas que convocaron los sindicatos mayoritarios. Sus números cifran en unos seis millones los seguidores. “Esta huelga ya sido un éxito, porque ha puesto sobre la mesa muchas cosas que no se hablaban”, apuntó antes de la manifestación la vicesecretaria general de UGT, Cristina Antoñanzas. (...)"           (El País, 08/03/18)

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