"(...) pensar que van a desaparecer las pensiones públicas, es
como pensar que a lo mejor dentro de 30 años no hay democracia. Pues a
lo mejor pasa, pero me resulta demasiado utópico o distópico.
¿Y cómo está tan extendida esta visión?
En el sector financiero la apuesta es la de un sistema multipilar: con
pensiones públicas pero donde también haya pensiones privadas. ¿Qué
interesa? Generar incertidumbre, meter miedo de que el sistema no es
sostenible en estos términos para que la gente empiece a contratar
planes de pensiones.
Esto viene, en general, de personas que trabajan
para empresas o instituciones vinculadas a este sector financiero a las
que le resultaría muy rentable un cambio modelo. Es triste decirlo así,
pero es así.
La mejor prueba de ello es el punto en
el que nos encontramos ahora: la reforma de 2013 que hace el Gobierno es
casi un calco de la propuesta de la comisión de expertos, donde de los
12 miembros, 9 estaban vinculados al sector de seguros o al bancario. De
aquellos polvos estos lodos.
La mayoría de la oposición, los
sindicatos y los pensionistas en la calle demandan subir las pensiones
con el IPC. ¿Es sostenible revalorizar con los precios con nuestro
sistema de pensiones y ante el estado de déficit de las cuentas de la
Seguridad Social?
Hay un trabajo reciente de
Antonio González en Economistas Frente a la Crisis que utiliza
estimaciones para los próximos años. Hay diferentes fuentes, entre ellas
datos de la Seguridad Social que ha enviado el Gobierno al Pacto de
Toledo.
Con un escenario de crecimiento del 2% y un IPC del 1,8%, el
gasto en pensiones llegaría al 14% del PIB si se revalorizaran con los
precios en su punto más crítico, que es 2045, y luego ya empieza a
bajar. Si tomamos un crecimiento medio del 2,4%, que no es ningún
disparate, el gasto en pensiones no llega en ningún momento al 13% del
PIB.
Ahora estamos en torno al 11,7%. La media
europea es del 12,3%, estamos un poco por debajo. Así que revalorizando
las pensiones con los precios, el gasto subiría en 2 puntos y media.
¿Y ese crecimiento del gasto es asumible?
Estaríamos en el entorno del 14% y 14,5%. Austria gasta hoy eso.
Austria y Portugal. Francia está en el entorno del 15%, Italia está
alrededor del 16%. Por cierto, sin ningún tipo de reproche de la
Comisión Europea, que es interesante. Ese crecimiento del gasto es
perfectamente asumible.
¿Por qué España no puede gastar un 13% o 14% de
PIB durante un tiempo determinado? Es que después empezará a caer el
gasto a toda velocidad porque se agota el efecto del baby boom. Después del baby boom viene el baby collapse, generaciones mucho más reducidas. Hay que plantear una reconfiguración del sistema, pero no un cambio radical.
El Gobierno ha insistido mucho en las últimas semanas en destacar que
la subida de las pensiones con los precios no ocurre casi en ningún país
europeo. ¿Es así?
No es así en absoluto.
Ningún país de Europa tiene nada parecido a lo que nosotros tenemos. Y
todos los países europeos vinculan la evolución de las pensiones: los
menos generosos al IPC y la mayoría, en parte también a los salarios.
La
OCDE en un informe de 2015 trata el asunto de la revalorización y dice
que la de las pensiones se debe hacer y se hace según a dos criterios
fundamentales: a precios o a salarios. (...)
Celia Villalobos decía el otro día
que solo hay que concentrarse en eliminar el déficit de la Seguridad
Social para que las pensiones suban por encima del IPC gracias al índice
de revalorización (IRP) aprobado por el Gobierno en 2013.
Todos los estudios concretan que el 0,25% durará mucho tiempo: la Airef
se queda en 2023 con el 0,25%; el grupo de investigación de Valencia
sobre las pensiones, que tiene muy buena información del Gobierno, dice
en sus estimaciones que el 0,25% se extenderá hasta 2038; Fedea llega
hasta 2060. (...)
Otro de los elementos más
criticados de la reforma de 2013 es el factor de sostenibilidad, que
según varias estimaciones va a reducir las cuantías de las pensiones en
las próximas décadas. ¿Es inevitable aplicar un factor de
sostenibilidad, aunque no sea este, de cara al futuro?
El Gobierno, que lo recuerda siempre que puede, dice que el factor de
sostenibilidad ya estaba previsto en la reforma de 2011. Cierto. El
factor de sostenibilidad se fijaba para aplicarlos a partir del 2027.
Luego ellos decidieron que había que adelantarlo a 2019.
La reforma de
2011 se hizo para dar respuesta a un cambio demográfico, a la jubilación
de los baby boomers, vamos a ver qué pasa. Es que empezó a aplicarse en 2013, tiene muy poco recorrido.
El segundo aspecto que defiende el Gobierno es que casi todos los
países europeos han introducido un mecanismo de este tipo. Cierto. Pero
nosotros hemos aplicado la versión dura del factor de sostenibilidad, la
que reduce automáticamente la cuantía.
Nuestras pensiones ahora mismo
son pensiones menguantes. Si hubiera que introducir algún mecanismo, a
mí me parece más equilibrado lo que hacen los franceses, que es
vincularlo a los años que se exigen para alcanzar el 100% de la pensión.
En sus trabajos insiste en esta idea: el envejecimiento es un reto,
pero menor de lo que se suele destacar ya que sus mayores efectos están
acotados en el tiempo.
Fernández Cordón
apuntaba recientemente que el alargamiento de la esperanza de vida, que
efectivamente está creciendo, lleva creciendo 120 años de forma intensa y
de hecho ahora crece de manera más moderada. La tendencia es que siga
creciendo, claro que sí, pero es moderado y no es un cambio
extraordinario.
Lo extraordinario es que a partir de 2023 empieza a
jubilarse la cohorte más numerosa de nuestra historia que es la
generación del baby boom, los que nacieron entre
el 58 y el 77. Eso significa que durante un periodo de tiempo
importante, hasta mitad de siglo o un poco antes, va a jubilarse mucha
gente y eso va a repercutir en el gasto.
¿Y cómo puede afrontar nuestro sistema público la jubilación de los baby boomers?
El punto de partida es: no tenemos un problema de gasto. Pero vamos a
tener que hacer frente a un incremento de ese gasto y lo que tenemos que
hacer es incrementar los ingresos. ¿Qué se puede hacer ahí? Lo primero
de todo, ahora mismo el volumen de cotizaciones sociales, que son la
principal fuente de financiación del sistema, no es tan grande como
debería.
La Seguridad Social está pagando con cotizaciones que no
deberías pagarlas con ellas; por ejemplo, las reducciones a las
empresas, que suponen unos 2.000 millones de euros. También los gastos
de personal de la Seguridad Social y otros conceptos, que suman como
mínimo otros 2.000 millones. Además, hay otras políticas que tienen que
ver con el ámbito agrario, la cotización de sistemas especiales tiene
tipos más reducidos y eso tiene un coste de unos 1.000 millones.
Después, hay ingresos por cotizaciones que no se reciben por la base
máxima de cotización. Se podría 'destopar'. Hay distintos cálculos sobre
esto: CCOO dice que son unos 7.000 millones, los datos que el Gobierno
ha aportado al Pacto de Toledo estiman esto en unos 4.600 millones.
Al
final, empiezas a sumar todo esto y estamos alrededor de 11.000
millones, lo que significaría que ahora mismo ese desequilibrio que
tenemos de déficit no es de 18.800 millones, sino de unos 7.000, que es
un elemento importante.
¿Hay alguna otra vía para incrementar los ingresos de la Seguridad Social?
Un elemento importante: evidentemente hay que cambiar la política
laboral. Es casi milagroso que el país se mantenga con unos niveles de
precariedad tan escandalosos. Se puede hacer algo y, en la medida en que
tenemos un punto de partida tan deficiente, tenemos una oportunidad de
mejora muy favorable.
Además, desde una perspectiva de más largo
recorrido, hay un elemento fundamental que es un cambio productivo, con
la transformación digital, en el que las cotizaciones van a sufrir. Ante
elementos de cambio importantes en el mercado de trabajo, esa excesiva
dependencia de las cotizaciones sociales es catastrófica.
Lo que tenemos que hacer es incrementar la aportación
que hace el Estado para la financiación de las pensiones. Eso es lo que
hacen los países de referencia, no solo porque sean países importantes
sino porque tienen sistemas parecidos al nuestro, como Francia y
Alemania. La aportación allí es de entre el 20 y el 25%. En España salen
de los Presupuestos los complementos a mínimos y las pensiones no
contributivas, lo que pasa que esa aportación del Estado está en torno
del 8%.
¿Cómo puede pagar España ese incremento sustancial de la aportación del Estado a la caja de las pensiones?
Tenemos un nivel de ingresos fiscales que está en el 34,6% cuando la
media europea en el 41,5%. Eso es una anomalía, la estructura fiscal que
tenemos tiene múltiples deficiencias. El otro día hablaba con Alberto
del Pozo, experto en política fiscal, y me decía que era perfectamente
posible mejorar sustancialmente los ingresos del Estado a través de una
subida de impuestos sin apretar a la inmensa mayoría que ya paga un
nivel de impuestos razonable.
¿Y dónde se carga este refuerzo entonces?
Pues por ejemplo el tratamiento de las rentas de capital. En una
economía en la que el peso del capital es cada vez mayor, como
consecuencia de ese proceso de digitalización, es razonable equilibrar
de alguna manera: no gravar más las rentas del trabajo, que ya están
sufriendo, y poner un mayor énfasis en las rentas de capital.
Y también
en las rentas patrimoniales, porque es un poco disparatado esto de tener
desvirtuado un impuesto de patrimonio, de sucesiones…
Me parece interesante la propuesta del impuesto finalista. No estoy
pensando tanto en la última propuesta del PSOE, aunque llevaba la idea
de impuesto finalista en su programa electoral. Francia recauda a través
de esta Contribución Social Generalizada –que es para la financiación
de políticas sociales, no solo de pensiones– 90.000 millones al año. De
hecho Macron, que tanto le gusta a Ciudadanos, ha subido 1,7 el
porcentaje de esta contribución.
¿Es aplicable un impuesto así en España?
Esa fórmula es muy interesante en este caso, porque aunque en este país
da mucho miedo subir los impuestos, yo creo que esto la gente lo
entiende. Si dices, vamos a crear un impuesto ante el reto del
envejecimiento, porque tenemos 25 años por delante en los que tenemos
que hacer un esfuerzo importante, y esto es una cuestión central de
nuestro modelo de convivencia y sociedad.
Así que, para blindar esto
vamos a establecer un mecanismo que en función de las necesidades vamos
apretando un poco más o menos. Creo que es un mensaje que cualquier
partido político puede asumir perfectamente porque creo que la gente lo
entiende.
¿Cree que hay un debate político
serio sobre las pensiones y los retos que debemos afrontar para reforzar
el sistema? Muchos pensionistas demandaban estos días que el Gobierno
les "rescatara" subiendo las prestaciones con el IPC como hace con las
autopistas y los bancos, dos cuestiones muy subrayadas por la oposición.
Estas cuestiones son sangrantes y a todos nos avergüenzan. Que congelen
las pensiones y no tengan problema para sacar la chequera y rescatar
las autopistas… Pero tienen un inconveniente: mezclamos muchas cosas.
Y
cuando para este asunto tenemos muy buenos argumentos, fundamentos para
decir que el sistema que tenemos es perfectamente sostenible con algunos
ajustes, que lo hacen sostenible hoy y dentro de 30 años, empezar a
meter estas cosas enturbian un poco el debate.
Acabamos utilizando elementos que, aunque sean malos ejemplos de
gestión, en realidad no te resuelven los problemas de fondo del sistema
de pensiones. Y es que aquí, aunque suene soberbio, los hechos nos dan
la razón a los que defendemos el sistema público de pensiones.
Hay también un debate generacional abierto sobre este tema. Se ha dicho
mucho que los pensionistas han soportado mejor la crisis que otros
grupos de población. Sin embargo, muchos de los jubilados que salían en
las manifestaciones de estos días decían que pasaban apuros porque con
sus pensiones estaban manteniendo a sus hijos en paro, pagando sus
hipotecas, los estudios de sus nietos… ¿Han soportado las pensiones las
deficiencias de nuestro Sistema de Bienestar?
Yo soy el primer sensibilizado con los jóvenes, pero una cosa es eso y
otra la situación de los pensionistas. La cuestión clave cuando hablamos
de este tema es: ¿cuál es nuestro nivel de gasto social público?
Estamos en el 24,5%, cinco puntos por debajo de la media europea. Cuando
estemos al nivel europeo, tal vez podremos plantearnos que estamos
sobreprotegiendo algunos y a otros no.
Lo que ha
demostrado la crisis económica es que la política de pensiones,
seguramente por el Pacto Toledo, ha sido un éxito. Ha llegado la crisis
económica y ¿qué es lo que ha aguantado? El sistema de pensiones, que ha
sido un pilar fundamental para el sostén del conjunto de la sociedad.
Este planteamiento de que los pensionistas son unos privilegiados a
costa de los jóvenes no es cierto, que no nos confundan.
El problema de
los jóvenes tienen que ver con unas políticas con unos efectos muy
negativos para este grupo, eso es lo que hay que rectificar, donde hay
que poner recursos pero no a costa de quitarlos de otro sitio.
Hay un dato que está ahí: el 60% de los pensionistas reciben menos de
800 euros. Creo que en este debate falta sensibilidad social, se
pretende presentar de una manera muy técnica, pero la sensibilidad
social se echa en falta en muchas ocasiones." (ENTREVISTA | Borja Suárez, Economistas frente a la Crisis, Laura Olías, eldiario.es, 31/03/18)
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