"(...) El origen: la crisis de 2007
Tras la introducción del euro en el año 2002, la banca europea apostó por el crecimiento infinito del sector residencial y turístico del Sur de Europa. Sin embargo, el estallido de la burbuja en 2007 provocó que la banca mediterránea se fuese desmoronando como un castillo de naipes. Debido a la magnitud de lo que los inversionistas europeos habían invertido en nuestro país, la quiebra del sistema financiero español les hubiese arrastrado hacia su propio hundimiento.
Tras la introducción del euro en el año 2002, la banca europea apostó por el crecimiento infinito del sector residencial y turístico del Sur de Europa. Sin embargo, el estallido de la burbuja en 2007 provocó que la banca mediterránea se fuese desmoronando como un castillo de naipes. Debido a la magnitud de lo que los inversionistas europeos habían invertido en nuestro país, la quiebra del sistema financiero español les hubiese arrastrado hacia su propio hundimiento.
Quizá este fue el motivo por el que las
instituciones internacionales presionaron para que el Estado asumiese la
deuda bancaria. De esta manera, la sociedad española ha asumido el
coste de salvar el sistema financiero francés, alemán u holandés. Este
salvamento se ha hecho mediante la subida de impuestos, los recortes en
el gasto social y el incremento desmesurado de la deuda pública.
Tras
la quiebra de Grecia, los mercados comenzaron a sembrar dudas sobre la
capacidad del Estado español para devolver la deuda que este había ido
acumulando por haber asumido una quiebra bancaria tras otra. Esta
política de despilfarro, que todavía no ha tocado a su fin, generó los
ataques especulativos del año 2012, en el que se hizo famosa la prima de
riesgo, concepto usado como medida de presión política.
Los
países más expuestos a los ataques especulativos, entre los que
comenzaba a asomarse Francia, forzaron la bajada de los tipos de interés
del Banco Central Europeo a prácticamente el 0% y otro tipo de medidas.
Entre ellas, el rescate financiero y la intervención de la Unión
Europea en el estado español que tuvieron lugar durante 2012.
Aunque
tales medidas fueron efectivas para terminar con los ataques
especulativos, no fueron eficaces para la sociedad en su conjunto: la
economía seguía instalada en la deflación y las cifras de paro eran
superiores al 20% en España o en Grecia. La inestabilidad política llegó
a su punto álgido en la primavera de 2015 con el referéndum promovido
por Syriza y con la victoria de las candidaturas populares en las
principales ciudades españolas.
Se manifestó así una tendencia
política capaz de acceder al gobierno del estado español si no se
aliviaba la virulencia de la crisis. Por lo tanto, algo tenían que hacer
los poderes de la Unión Europea para preservar el orden político. Con
este fin la Unión intervino a través de una de sus principales
instituciones: el Banco Central Europeo.
Así la Unión Europea optó por
una medida que beneficiase a las élites como la expansión cuantitativa o
quantitative easing, en su traducción inglesa (QE), que es el motivo de la calma chicha actual. (...)" (Manuel Gabarre, El Salto, 03/05/18)
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