"Ahora ya nos queda claro que estamos en un período de transición,
aunque no sepamos a donde vamos. Lo que resulta evidente es que el
sistema político, económico y social que nos ha acompañado desde el
final de la segunda Guerra Mundial no se puede sostener más.
Las
desigualdades que crecen de manera exponencial, nos han retrotraído a
los niveles de la época de la reina Victoria, según Amnesty
International; pero ahora en el nivel global.
Hace diez años, 652 personas poseían la misma riqueza que el conjunto
de dos mil trecientos millones de personas.
Hoy sólo son ocho. Según
las proyecciones de la Organización Internacional del Trabajo, los
jóvenes que ahora tienen 18 años se jubilarán con una pensión mensual
promedio de 632 euros. A pesar de los discursos oficiales, nos estamos
sumando a la indiferencia general sobre el límite de dos grados
centígrados de aumento en la atmósfera desde 1854, considerado como el
límite para que en nuestro planeta ocurran cambios irreversibles.
Las finanzas ya salieron de la economía y han creado su propio mundo
en el que, actuando sin organismos internacionales de control, las
transacciones financieras de sólo un día son cuarenta veces superiores a
la producción mundial de bienes y servicios. Los bancos más importantes
han pagado de 2009 al día de hoy, algo así como 800 mil millones de
dolares en multas por operaciones ilegales. La participación política
descendió un promedio de 86 por ciento en 1960 al 63.7% de hoy. (...)
Las reflexiones son siempre sugerentes. Las que se presentan a
continuación, se plantean a partir de hechos en los que yo he
participado. Pero sólo son hechos…
Reflexión No. 1
(...) Hasta la Cumbre de Cancún en 1981 que reunió a los 22 jefes de Estado
más importantes del mundo (con excepción de los del campo comunista) se
vivía con la ilusión del final de las desigualdades sobre la base de
una democracia mundial en la que la mayoría de los países decidiría el
curso a seguir en aras del el bien común.
En Cancún participó el recién electo presidente Reagan quien anuncia
que los Estados Unidos no aceptarán más sujetarse a las reglas de una
abstracta democracia mundial. Los Estados Unidos no son un país como los
demás y regresarán a decidir sus políticas internacional y comercial. A
la misma reunión asistió Margaret Thatcher que se convierte en el lado
europeo de Reagan. Nace entonces una nueva visión del mundo.
La sociedad
no existe, existen los individuos (Thatcher). Las fábricas no
contaminan, son los árboles (Reagan). La pobreza produce pobreza y la
riqueza produce riqueza. De ahí que hay que reducir al mínimo los
impuestos a los ricos a efecto de que ellos distribuyan la riqueza.
Reflexión No. 2
Algunos años después de Cancún, en 1989, cae el muro de Berlín, lo
que significa el fin de las ideologías, las camisas de fuerza que nos
llevaron al nazismo y al comunismo. La idea es que hay que ser
pragmáticos. (...)
Sin programas con ideales se incrementa la importancia personal del
político, posiblemente fotogénica y por analogía telegénica, que se mide
en la tv y no en las plazas públicas. Es el marketing y no las ideas o
los programas el instrumento principal de las campañas electorales.
Reflexión No.3
Al mismo tiempo, aparece un solo pensamiento sin alternativa TINA
(por sus siglas en inglés, There Is No Alternative) acuñado por la
Thatcher, la globalización neoliberal. Resulta curioso que antes de la
caída del muro de Berlín, el término globalización no aparece en los
medios de comunicación.
Se fundamenta en el modelo socioeconómico y
político del llamado Consenso de Washington, el paradigma de desarrollo
impuesto por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el
Departamento del Tesoro de los Estados Unidos que establece la adopción
de las siguientes reformas: estabilización macroeconómica,
liberalización (comercial, financiera y de inversión) privatización y
desregulación. (...)
Reflexión No. 4
Las reacciones de la izquierda frente al pensamiento único que llega y
puede llamarse Tercera vía, propuesta con buen éxito por Tony Blair,
son abandonar las viejas ideas de la izquierda, cabalgar con la
globalización y aceptar la falta de alternativas.
La socialdemocracia,
desde Blair a Renzi busca transformarse en un partido transversal que
incluya aún al centro con una política proactiva basada en hechos
concretos, sin jaulas ideológicas ya superadas. (...)
Reflexión No. 5
(...) No cabe duda de que, desde la caída del Muro, los valores de la
globalización (competencia, lucro, individualismo, exaltación de la
riqueza), al igual que la desaparición del debate político sobre la
justicia social (solidaridad, transparencia, equidad, etc.) han creado
una ética fundamentada en la codicia.
Veinte años después, en 2009, la
crisis económica y financiera en los Estados Unidos, primero con la
especulación inmobiliaria y luego en Europa con los bonos soberanos,
abre un segundo ciclo, el del miedo.
Reflexión No. 6
El ciclo del miedo, en el que nos encontramos plenamente (sin haber
abandonado la codicia mientras vuelven las trampas en nombre de Dios, de
las Naciones y del lucro), crea una nueva derecha sin ideas y está
sustentada en emociones. El Brexit y Trump son fenómenos que fácilmente
lo demuestran.
Pero el fenómeno es mucho más profundo. Vivimos en una
sociedad líquida, sin estructura de ideologías o de clases. En esta
sociedad resulta fácil para los dirigentes montarse en el miedo y la
codicia para brincar al escenario público…
No llega la democracia, pero sí el caos, la guerra civil, la sangre y
la destrucción. En 2003 George Bush inicia la invasión de Iraq. En 2011
estalla la guerra civil en Siria que se convierte en un desencuentro
que opone a las potencias árabes, europeas, la americana y la rusa (con
seis millones de desplazados y medio millón de muertos),
En 2011 Sarkozy propicia la invasión de Libia. De las ruinas de Iraq
nace el ISIS, el terrorismo en el nombre de Dios que propugna un retorno
al islam original (el wahabismo financiado en el mundo por Arabia
Saudita con 80 mil millones de dólares en los últimos veinte años). (...)
Como dice el famoso caricaturista el Roto del País: “nosotros mandamos
bombas y ellos nos mandan refugiados”. Los refugiados que llegan
disparan dos trampas: el nombre de Dios y el de la Patria. En la Europa
de hoy los partidos de extrema derecha y los soberanistas representan la
segunda fuerza política frente a los socialistas.
Si hoy se llevaran al
cabo elecciones europeas, la derecha radical obtendría 40 millones de
votos, en adición a los gobiernos de Hungría, Polonia, las RR. Checa,
Eslovaca y Austria, pero también afecta a los gobiernos nórdicos,
Holanda y la misma Alemania desde que el AFD obtuvo 92 curules. (...)
Un fenómeno trágico es que los jóvenes, muchos menos que los jubilados
ya no están activos políticamente. En el curso de la historia, los
jóvenes irrumpían en la escena política para cambiar el mundo que
encontraban.
Si hubieran votado el Brexit no habría ocurrido. Pero el
sistema político de los viejos los ignora. El gobierno Renzi asignó 30
mil millones de euros para salvar a cuatro bancos. El presupuesto total
anual dedicado a los jóvenes italianos es de dos mil millones. (...)
Reflexión No.7
Los intelectuales y los politólogos están siempre sorprendidos por la
pasividad de los ciudadanos que parecen completamente anestesiados y ya
no reaccionan a nada, aunque la política vaya en contra de sus
intereses. (...)
El ejemplo macroscópico de esta anestesia general es el cambio
climático. Los ciudadanos comunes lo ven todos los días en su vida
cotidiana: fotos impresionantes de la desaparición de glaciares, nevadas
en el Sahara, huracanes, incendios, tormentas… Todos tienen los datos
de la comunidad científica que comprometió en París a los gobiernos de
todo el mundo mediante la firma de un acuerdo insuficiente y sin
controles.
No necesitan estudiar para saber. Pueden ver cómo los
gobiernos hablan de ello, mas no hacen nada. Continúan gastando para
financiar tres veces más en la industria fósil que lo que invierten en
la industria renovable. (...)
Reflexión No. 8
(...) La Tercera Revolución se ubica al final de la segunda Guerra Mundial
cuando el progreso de la tecnología y después, con el internet a la
cabeza cambia la manera de trabajar. Ahora, como consecuencia, está
iniciando la Cuarta que se fundamenta en la inteligencia artificial y la
robotización que producen el 17 por ciento de los bienes y servicios,
mas se calcula que en el 2030 generarán el 30%.
Sólo la autonomía del
transporte desplazará en Europa a seis millones de taxistas, camioneros,
choferes de medios públicos; cambiará totalmente el sistema de
transporte, la industria automovilística, las aseguradoras, etc.
Empero, esta vez, ¿sabrán reciclarse los conductores de taxis en una
sociedad que privilegia el conocimiento tecnológico frente al trabajo
tradicional? Vamos hacia un problema estructural que la política ya
dirigida hacia tiempos brevísimos ignora todavía.
Todo esto, ¿no corre
el riesgo de aumentar el desempleo, el miedo y las tensiones sociales y
políticas? Es sólo un ejemplo de cómo la distancia entre la política y
la tecnología, las finanzas y la globalización se va ampliando
dramáticamente. (...)
Rusia, China y los Estados Unidos regresan a la era de los cañonazos
que parecía ya desaparecida. El presente y futuro inmediato se asemejan a
una peligrosa reedición de los años treinta, borrosos y desenfocados
por la segunda Guerra Mundial.
¿Tendrán conciencia de ello los que votan
por el nacionalismo?
Como dice el Papa Francisco, estamos ya en una fraccionada tercera
Guerra Mundial… ya superamos el número de refugiados de entonces.
A las
guerras en nombre de la patria en África, se agregan aquellas en el
nombre de Dios, de los Rohyngia en Birmania a los terroristas islámicos…
Habíamos pasado decenios derribando muros y ahora estamos construyendo
más que antes… (...)
Reflexión No. 10
Resulta evidente que la reflexión final es la necesidad de encontrar
una gobernabilidad de la globalización y de la Cuarta Revolución
Industrial. No es verdad que carezcamos de ideologías.
La globalización
neoliberal es una ideología de una fuerza sin precedentes que ha
producido nuevos fenómenos, como las finanzas globales, un sistema
multinacional más fuerte que los gobiernos en el que el ejemplo de uso
del Facebook para usar a los ciudadanos como mercancía, para influir en
sus preferencias políticas y comerciales demuestra que estamos inmersos
en una profunda crisis de democracia.
Entramos en un mundo inimaginable descrito por los pioneros de la
ciencia ficción, Orwell y Clark, fundamentado en las máquinas y el poder
de pocos. Hace sólo diez años en China era impensable el ascenso al
poder total como el de de Xi, de Erdogan en Turquía o de Putin en Rusia.
Eran impensables el Brexit y Trump.
Era impensable que los paraísos
fiscales acumularan la cifra colosal de 80 billones de dólares. Era
impensable que ocho personas poseyeran la riqueza de 2.3 mil millones.
Era impensable que Noruega tuviese un invierno con temperaturas cercanas
a las de primavera.
Hace diez años la crisis financiera abría un
período de profundas y dramáticas transformaciones. A este ritmo de la
aceleración de la historia como lo llamaba Toynbee ¿dónde estaremos
dentro de diez años? (...)
Vivimos en una sociedad que se barbariza, en la que se dialoga y se lee
cada vez menos. Se gasta el doble más en publicidad que en educación. El
elector no tiene brújula. Si algún lector se siente animado a otras
reflexiones, bienvenido. ¡Lo que importa ahora es reflexionar!"
(Roberto Savio, presidente de Other News, asesor de INPS-IDN y del Consejo Global de Cooperación, Other news en español, 05/04/18)
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