10.5.18

Estamos en un período de transición, aunque no sepamos a donde vamos. El sistema político, económico y social que nos ha acompañado desde el final de la segunda Guerra Mundial no se puede sostener más. Las desigualdades crecen de manera exponencial, hemos vuelto a los niveles de la época de la reina Victoria... estamos en el ciclo del miedo. Vivimos en una sociedad que se barbariza...

"Ahora ya nos queda claro que estamos en un período de transición, aunque no sepamos a donde vamos. Lo que resulta evidente es que el sistema político, económico y social que nos ha acompañado desde el final de la segunda Guerra Mundial no se puede sostener más. 

Las desigualdades que crecen de manera exponencial, nos han retrotraído a los niveles de la época de la reina Victoria, según Amnesty International; pero ahora en el nivel global.
Hace diez años, 652 personas poseían la misma riqueza que el conjunto de dos mil trecientos millones de personas.

 Hoy sólo son ocho. Según las proyecciones de la Organización Internacional del Trabajo, los jóvenes que ahora tienen 18 años se jubilarán con una pensión mensual promedio de 632 euros. A pesar de los discursos oficiales, nos estamos sumando a la indiferencia general sobre el límite de dos grados centígrados de aumento en la atmósfera desde 1854, considerado como el límite para que en nuestro planeta ocurran cambios irreversibles.

Las finanzas ya salieron de la economía y han creado su propio mundo en el que, actuando sin organismos internacionales de control, las transacciones financieras de sólo un día son cuarenta veces superiores a la producción mundial de bienes y servicios. Los bancos más importantes han pagado de 2009 al día de hoy, algo así como 800 mil millones de dolares en multas por operaciones ilegales. La participación política descendió un promedio de 86 por ciento en 1960 al 63.7% de hoy.  (...)

Las reflexiones son siempre sugerentes. Las que se presentan a continuación, se plantean a partir de hechos en los que yo he participado. Pero sólo son hechos…

 Reflexión No. 1

(...) Hasta la Cumbre de Cancún en 1981 que reunió a los 22 jefes de Estado más importantes del mundo (con excepción de los del campo comunista) se vivía con la ilusión del final de las desigualdades sobre la base de una democracia mundial en la que la mayoría de los países decidiría el curso a seguir en aras del el bien común.

En Cancún participó el recién electo presidente Reagan quien anuncia que los Estados Unidos no aceptarán más sujetarse a las reglas de una abstracta democracia mundial. Los Estados Unidos no son un país como los demás y regresarán a decidir sus políticas internacional y comercial. A la misma reunión asistió Margaret Thatcher que se convierte en el lado europeo de Reagan. Nace entonces una nueva visión del mundo.

 La sociedad no existe, existen los individuos (Thatcher). Las fábricas no contaminan, son los árboles (Reagan). La pobreza produce pobreza y la riqueza produce riqueza. De ahí que hay que reducir al mínimo los impuestos a los ricos a efecto de que ellos distribuyan la riqueza.

Reflexión No. 2

Algunos años después de Cancún, en 1989, cae el muro de Berlín, lo que significa el fin de las ideologías, las camisas de fuerza que nos llevaron al nazismo y al comunismo. La idea es que hay que ser pragmáticos. (...)

Sin programas con ideales se incrementa la importancia personal del político, posiblemente fotogénica y por analogía telegénica, que se mide en la tv y no en las plazas públicas. Es el marketing y no las ideas o los programas el instrumento principal de las campañas electorales.

Reflexión No.3

Al mismo tiempo, aparece un solo pensamiento sin alternativa TINA (por sus siglas en inglés, There Is No Alternative) acuñado por la Thatcher, la globalización neoliberal. Resulta curioso que antes de la caída del muro de Berlín, el término globalización no aparece en los medios de comunicación. 

Se fundamenta en el modelo socioeconómico y político del llamado Consenso de Washington, el paradigma de desarrollo impuesto por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos que establece la adopción de las siguientes reformas: estabilización macroeconómica, liberalización (comercial, financiera y de inversión) privatización y desregulación.  (...)

Reflexión No. 4

Las reacciones de la izquierda frente al pensamiento único que llega y puede llamarse Tercera vía, propuesta con buen éxito por Tony Blair, son abandonar las viejas ideas de la izquierda, cabalgar con la globalización y aceptar la falta de alternativas. 

La socialdemocracia, desde Blair a Renzi busca transformarse en un partido transversal que incluya aún al centro con una política proactiva basada en hechos concretos, sin jaulas ideológicas ya superadas.  (...)

Reflexión No. 5

(...) No cabe duda de que, desde la caída del Muro, los valores de la globalización (competencia, lucro, individualismo, exaltación de la riqueza), al igual que la desaparición del debate político sobre la justicia social (solidaridad, transparencia, equidad, etc.) han creado una ética fundamentada en la codicia. 

Veinte años después, en 2009, la crisis económica y financiera en los Estados Unidos, primero con la especulación inmobiliaria y luego en Europa con los bonos soberanos, abre un segundo ciclo, el del miedo.

Reflexión No. 6

El ciclo del miedo, en el que nos encontramos plenamente (sin haber abandonado la codicia mientras vuelven las trampas en nombre de Dios, de las Naciones y del lucro), crea una nueva derecha sin ideas y está sustentada en emociones. El Brexit y Trump son fenómenos que fácilmente lo demuestran.

 Pero el fenómeno es mucho más profundo. Vivimos en una sociedad líquida, sin estructura de ideologías o de clases. En esta sociedad resulta fácil para los dirigentes montarse en el miedo y la codicia para brincar al escenario público…

 No llega la democracia, pero sí el caos, la guerra civil, la sangre y la destrucción. En 2003 George Bush inicia la invasión de Iraq. En 2011 estalla la guerra civil en Siria que se convierte en un desencuentro que opone a las potencias árabes, europeas, la americana y la rusa (con seis millones de desplazados y medio millón de muertos),

 En 2011 Sarkozy propicia la invasión de Libia. De las ruinas de Iraq nace el ISIS, el terrorismo en el nombre de Dios que propugna un retorno al islam original (el wahabismo financiado en el mundo por Arabia Saudita con 80 mil millones de dólares en los últimos veinte años).  (...)

Como dice el famoso caricaturista el Roto del País: “nosotros mandamos bombas y ellos nos mandan refugiados”. Los refugiados que llegan disparan dos trampas: el nombre de Dios y el de la Patria. En la Europa de hoy los partidos de extrema derecha y los soberanistas representan la segunda fuerza política frente a los socialistas. 

Si hoy se llevaran al cabo elecciones europeas, la derecha radical obtendría 40 millones de votos, en adición a los gobiernos de Hungría, Polonia, las RR. Checa, Eslovaca y Austria, pero también afecta a los gobiernos nórdicos, Holanda y la misma Alemania desde que el AFD obtuvo 92 curules.  (...)

Un fenómeno trágico es que los jóvenes, muchos menos que los jubilados ya no están activos políticamente. En el curso de la historia, los jóvenes irrumpían en la escena política para cambiar el mundo que encontraban.

 Si hubieran votado el Brexit no habría ocurrido. Pero el sistema político de los viejos los ignora. El gobierno Renzi asignó 30 mil millones de euros para salvar a cuatro bancos. El presupuesto total anual dedicado a los jóvenes italianos es de dos mil millones.  (...)

Reflexión No.7

Los intelectuales y los politólogos están siempre sorprendidos por la pasividad de los ciudadanos que parecen completamente anestesiados y ya no reaccionan a nada, aunque la política vaya en contra de sus intereses.  (...)

El ejemplo macroscópico de esta anestesia general es el cambio climático. Los ciudadanos comunes lo ven todos los días en su vida cotidiana: fotos impresionantes de la desaparición de glaciares, nevadas en el Sahara, huracanes, incendios, tormentas… Todos tienen los datos de la comunidad científica que comprometió en París a los gobiernos de todo el mundo mediante la firma de un acuerdo insuficiente y sin controles. 

No necesitan estudiar para saber. Pueden ver cómo los gobiernos hablan de ello, mas no hacen nada. Continúan gastando para financiar tres veces más en la industria fósil que lo que invierten en la industria renovable. (...)

Reflexión No. 8

(...) La Tercera Revolución se ubica al final de la segunda Guerra Mundial cuando el progreso de la tecnología y después, con el internet a la cabeza cambia la manera de trabajar. Ahora, como consecuencia, está iniciando la Cuarta que se fundamenta en la inteligencia artificial y la robotización que producen el 17 por ciento de los bienes y servicios, mas se calcula que en el 2030 generarán el 30%. 

Sólo la autonomía del transporte desplazará en Europa a seis millones de taxistas, camioneros, choferes de medios públicos; cambiará totalmente el sistema de transporte, la industria automovilística, las aseguradoras, etc.

Empero, esta vez, ¿sabrán reciclarse los conductores de taxis en una sociedad que privilegia el conocimiento tecnológico frente al trabajo tradicional? Vamos hacia un problema estructural que la política ya dirigida hacia tiempos brevísimos ignora todavía. 

Todo esto, ¿no corre el riesgo de aumentar el desempleo, el miedo y las tensiones sociales y políticas? Es sólo un ejemplo de cómo la distancia entre la política y la tecnología, las finanzas y la globalización se va ampliando dramáticamente.  (...)

Rusia, China y los Estados Unidos regresan a la era de los cañonazos que parecía ya desaparecida. El presente y futuro inmediato se asemejan a una peligrosa reedición de los años treinta, borrosos y desenfocados por la segunda Guerra Mundial.

 ¿Tendrán conciencia de ello los que votan por el nacionalismo? Como dice el Papa Francisco, estamos ya en una fraccionada tercera Guerra Mundial… ya superamos el número de refugiados de entonces.

 A las guerras en nombre de la patria en África, se agregan aquellas en el nombre de Dios, de los Rohyngia en Birmania a los terroristas islámicos… Habíamos pasado decenios derribando muros y ahora estamos construyendo más que antes…  (...)

Reflexión No. 10

Resulta evidente que la reflexión final es la necesidad de encontrar una gobernabilidad de la globalización y de la Cuarta Revolución Industrial. No es verdad que carezcamos de ideologías. 

La globalización neoliberal es una ideología de una fuerza sin precedentes que ha producido nuevos fenómenos, como las finanzas globales, un sistema multinacional más fuerte que los gobiernos en el que el ejemplo de uso del Facebook para usar a los ciudadanos como mercancía, para influir en sus preferencias políticas y comerciales demuestra que estamos inmersos en una profunda crisis de democracia.

Entramos en un mundo inimaginable descrito por los pioneros de la ciencia ficción, Orwell y Clark, fundamentado en las máquinas y el poder de pocos. Hace sólo diez años en China era impensable el ascenso al poder total como el de de Xi, de Erdogan en Turquía o de Putin en Rusia. Eran impensables el Brexit y Trump.

 Era impensable que los paraísos fiscales acumularan la cifra colosal de 80 billones de dólares. Era impensable que ocho personas poseyeran la riqueza de 2.3 mil millones. Era impensable que Noruega tuviese un invierno con temperaturas cercanas a las de primavera. 

Hace diez años la crisis financiera abría un período de profundas y dramáticas transformaciones. A este ritmo de la aceleración de la historia como lo llamaba Toynbee ¿dónde estaremos dentro de diez años?  (...)

Vivimos en una sociedad que se barbariza, en la que se dialoga y se lee cada vez menos. Se gasta el doble más en publicidad que en educación. El elector no tiene brújula. Si algún lector se siente animado a otras reflexiones, bienvenido. ¡Lo que importa ahora es reflexionar!"                      

(Roberto Savio, presidente  de Other News, asesor de INPS-IDN y del Consejo Global de Cooperación, Other news en español, 05/04/18)

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