"Hace tiempo ya que la izquierda es “la izquierda”, una parodia de lo
mejor de si misma que historicamente ha sido, de lo que debería ser hoy
más que nunca y de lo que puede llegar a ser si somos capaces de
levantarla de sus cenizas y reconstruirla.
Y no hablo sólo de España,
con Catalunya en primer plano, sino de la “izquierda” europea en su
conjunto, de esa “izquierda” que contempla pasiva con un pataleo
impotente y ridículo de vez en cuando, como las derechas más
conservadoras y las extremas derechas fascistas o nazis se hacen con el
santo y la moneda de la aceptación social en zonas que por su
composición obrera y popular han sido feudos de la izquierda socialista,
socialdemócrata y/o comunista, en Francia, Italia, Alemania, Austria,
Dinamarca, Grecia….O como contempla como la derecha y extrema derecha
actúa en América Latina para liquidar los avances políticos y sociales
en Brasil, Venezuela, Bolivia, Argentina…, formulando una protesta
formal sin más consecuencias (...)
Y hablo de la izquierda sindical, intelectual y política. De las
organizaciones sindicales, que han sido básicas para unir y organizar a
las clases trabajadoras por el nexo económico y social que las une; de
las organizaciones políticas que han tenido su origen común en el
desarrollo del movimiento obrero organizado; y de los sectores
intelectuales que han analizado la realidad en su complejidad humana y
social, han teorizado sobre ella, han sacado conclusiones y han
propuesto alternativas de cambio desde la izquierda.
Alternativas que se
fundamentaban en la emancipación del ser humano, en la libertad, la paz
y el internacionalismo solidario. Y perdonen mi incredulidad total,
practicamente ateísmo laico, en relación a que esa izquierda sea capaz
de hacer algo positivo para reconstruir un pensamiento y una práctica
alternativos al capitalismo neoliberal actual si continúa chapoteando
burocraticamente como hasta ahora en los laberintos y trampillas
humanistoides que el capital les pone para tenerlas distraídas y
satisfechas de ser quienes son.
La última de ellas la visita a Puigdemont en la cárcel
de Alemania de un representante de la extrema derecha alemana para
mostrar su solidaridad con el proceso secesionista de Catalunya.
A los
pocos días Puigdemont recibe la visita de un representante de Die Linke,
la teórica izquierda alemana, para mostrarle la misma solidaridad. Es
encantador ver como al nazionalsecesionismo catalán lo defienden extrema
derecha e izquierda.
Penoso el papel de Die Linke, tan penoso como el
del Partido de la Izquierda Europea y sus principales testaferros.
Las acciones obreras que se desarrollan actualmente
en España y en Europa están vinculadas a sectores sindicales, o de
tradición sindical, que empujados por problemas que aprietan sin
soluciones a la vista y por un sentido de clase y espíritu de acción no
desaparecidos del todo, sacan lo mejor de su historia y lo convierten en
importantes movilizaciones de masas.
En Alemania, con la Federación
Metalúrgica, el IG Metall, en una huelga masiva que ha arrancado
reivindicaciones importantes a la patronal; en Francia con los
sindicatos, fundamentalmente los del sector público, que pasan a la
ofensiva contra los planes de la derecha representados por Macron,
continuador al alza de las políticas anti sociales de Hollande; y en
España por los y las pensionistas que mayoritariamente tienen un
deterioro permanente de sus limitadas pensiones, recibiendo además la
afrenta, o la burla, de una subida del 0.25 % de las mismas. (...)
La pregunta que debemos hacer ante el conjunto de problemas, la falta de
alternativas y propuestas y la debilitada organización sindical y
política es la única posible: ¿QUÉ HACER? O sea, el eterno qué hacer
cuando las cosas se estancan, están difíciles, no sabemos por dónde ir, o
vivimos una profunda burocratización del pensamiento, de la
organización y de la acción.
Y para no perder el tiempo en
especulaciones inútiles, en montar hipotéticas seudo teorías, o en crear
nuevos optimismos de la voluntad sin base real, informo de que en
diversos sitios se están buscando caminos y alternativas a la actual
situación basándose en los métodos de siempre: análisis, reflexión,
unidad, organización.
De los que tenga constancia, hoy mismo se reúne
el Frente de Izquierdas No Nacionalistas de Catalunya, en el que
participan un grupo de movimientos y organizaciones socio-políticas,
buscando encontrar formas y métodos para reconstruir la hundida
izquierda catalana. (...)" (Paco Frutos, ex-secretacio general del PCE, La República.es, 06/04/18)
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