14.6.18

Los retos del nuevo gobierno frente a las finanzas... ámbitos donde el Gobierno tiene autonomía en su capacidad de acción para materializara un giro progresista, a pesar de su debilidad parlamentaria

"La debilidad parlamentaria del nuevo Gobierno socialista va a dificultar sacar adelante proyectos legislativos. Los complejos equilibrios en el Congreso son una barrera a muchas reformas pendientes: Seguridad Social, financiación autonómica… No obstante, hay otros ámbitos donde el Gobierno tiene autonomía en su capacidad de acción. 

Es en estos márgenes donde hay que reclamar que se materialice un giro progresista en la mitad de esta legislatura.

Centraremos el análisis de estos márgenes de acción en el ámbito de las finanzas.  

(...) algunas claves  tácticas para un Gobierno que quisiera desarrollar un proyecto a favor de las mayorías:

(...)  Recuperar los ingresos del impuesto de sociedades.  

Este impuesto ingresó 40.529 millones de euros en 2006, y sólo 18.976 millones en 2015, a pesar de que el beneficio empresarial está a niveles próximos. Este fue siempre el principal agujero fiscal, hecho a imagen y semejanza de las élites económicas (...)

El nuevo Gobierno debe aumentar la carga de este impuesto; no para responder a las presiones de Bruselas (que reclama un esfuerzo fiscal de 0,65% del PIB en 2019), sino porque su recaudación se encuentra en mínimos a pesar de los abultados beneficios empresariales. (...)

Devolver anticipadamente todo el préstamo del MEDE.  

El rescate de la banca española en 2012 se financió con un préstamo de 41.300 millones del Mecanismo Europeo de Estabilidad a través del FROB. Tras varias pre-amortizaciones parciales, la deuda con el MEDE se ha rebajado a 26.700 millones de euros, pero el préstamo no vence hasta 2027. 

Momento hasta el cual España está sujeta a la supervisión postprograma de las instituciones europeas. El Estado puede hoy emitir deuda en los mercados a un tipo de interés inferior al préstamo del MEDE. La pre-amortización total no sólo supondría un ahorro, sino el fin de las misiones de la Troika. (...)

Solucionar ahora Grecia, y más adelante el euro.

En las negociaciones del Consejo Europeo de junio hay dos temas centrales: el futuro de la Unión Económica y Monetaria y el final del programa de Grecia. En vista de la posición de Alemania respecto a la reforma del euro, puede que estemos llegando al punto de asumir que es mejor ningún acuerdo, a un mal acuerdo.

La prioridad ahora debe ser lograr que el final del programa de Grecia incluya: una quita sustanciosa e inmediata de la deuda griega, sin línea de crédito adicional y no condicionada a la aplicación de medidas futuras.

Reorientar hacia objetivos sociales un sector inmobiliario ya intervenido.

(...) El sector inmobiliario, y especialmente el stock de viviendas, es un ámbito donde las decisiones se están realizando de manera centralizada, y con claro protagonismo del Estado. Es un sector de facto intervenido y se está regalando al poder financiero, en lugar de resolver la situación con objetivos sociales. El sector inmobiliario no puede estar sujeto a la lógica de las finanzas. 

Reformar el crédito hipotecario, con el apoyo de Bankia. 

El Estado, a través del FROB, ostenta la titularidad del 60,6% de las acciones de Bankia. El compromiso de privatización antes de finalizar 2019 ya estaba siendo cuestionado por el anterior Gobierno, y el nuevo debería posponerlo sine die. 

No es necesario siquiera abrir el debate sobre banca pública, se puede justificar por la cotización a descuento que genera la autoimposición de una fecha límite.

 Mientras tanto, Bankia puede ser un buen instrumento para reducir la exposición al Euribor de las familias españolas. La conversión de hipotecas de tipo variable a tipo fijo debería ser una prioridad en la coyuntura actual de bajos tipos.

Ser poco complacientes con el programa de compra de activos del BCE.

 Este programa ha sido el principal instrumento para impulsar el crecimiento de la eurozona en los últimos años. Ha permitido recuperar liquidez en el mercado monetario, reducir el coste de la deuda y favorecer la inversión. 

La preocupación para el nuevo Gobierno no debe ser únicamente la próxima finalización del programa, sino que su ejecución se ha realizado en clave eminentemente política: se buscaba lograr estabilidad financiera, pero sólo a los países que cumplieran con el status quo. Grecia está excluido del mismo.

 E Italia, en el momento de mayor inestabilidad política, ha sufrido la retirada de compras de deuda pública ¡del propio BCE! El Gobierno español debería dotarse de los instrumentos adecuados para seguir el ejemplo del Tesoro italiano, que ha ejecutado órdenes de compra de su propia deuda en momentos de inestabilidad.

Utilizar el ICO para ocupar el espacio de decisión de las finanzas. 

 El Instituto de Crédito Oficial es uno de los dispositivos con mayores potencialidades para redirigir la actividad económica entre distintos sectores. (...)

 Por este motivo, se debe potenciar el ICO para canalizar demandas democráticas, como la transformación ecológica. Sin una robusta planificación y financiación nunca podrá llevarse a cabo el esfuerzo logístico que requiere el reto del cambio climático. El ICO es un buen comienzo para ocupar el espacio de decisión hoy exclusivo de las finanzas. (...)"                (Andrea Maler  , Sin Permiso, 10/06/2018)

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