"La debilidad parlamentaria del nuevo Gobierno socialista va a
dificultar sacar adelante proyectos legislativos. Los complejos
equilibrios en el Congreso son una barrera a muchas reformas pendientes:
Seguridad Social, financiación autonómica… No obstante, hay otros
ámbitos donde el Gobierno tiene autonomía en su capacidad de acción.
Es
en estos márgenes donde hay que reclamar que se materialice un giro
progresista en la mitad de esta legislatura.
Centraremos el análisis de estos márgenes de acción en el ámbito de las finanzas.
(...) algunas claves tácticas para un Gobierno que quisiera desarrollar un proyecto a favor de las mayorías:
(...) Recuperar los ingresos del impuesto de sociedades.
Este
impuesto ingresó 40.529 millones de euros en 2006, y sólo 18.976
millones en 2015, a pesar de que el beneficio empresarial está a niveles
próximos. Este fue siempre el principal agujero fiscal, hecho a imagen y
semejanza de las élites económicas (...)
El nuevo Gobierno debe aumentar la carga de este impuesto; no para
responder a las presiones de Bruselas (que reclama un esfuerzo fiscal de
0,65% del PIB en 2019), sino porque su recaudación se encuentra en
mínimos a pesar de los abultados beneficios empresariales. (...)
Devolver anticipadamente todo el préstamo del MEDE.
El
rescate de la banca española en 2012 se financió con un préstamo de
41.300 millones del Mecanismo Europeo de Estabilidad a través del FROB.
Tras varias pre-amortizaciones parciales, la deuda con el MEDE se ha
rebajado a 26.700 millones de euros, pero el préstamo no vence hasta
2027.
Momento hasta el cual España está sujeta a la supervisión
postprograma de las instituciones europeas. El Estado puede hoy emitir
deuda en los mercados a un tipo de interés inferior al préstamo del
MEDE. La pre-amortización total no sólo supondría un ahorro, sino el fin
de las misiones de la Troika. (...)
Solucionar ahora Grecia, y más adelante el euro.
En
las negociaciones del Consejo Europeo de junio hay dos temas centrales:
el futuro de la Unión Económica y Monetaria y el final del programa de
Grecia. En vista de la posición de Alemania respecto a la reforma del
euro, puede que estemos llegando al punto de asumir que es mejor ningún
acuerdo, a un mal acuerdo.
La prioridad ahora debe ser lograr que el
final del programa de Grecia incluya: una quita sustanciosa e inmediata
de la deuda griega, sin línea de crédito adicional y no condicionada a
la aplicación de medidas futuras.
Reorientar hacia objetivos sociales un sector inmobiliario ya intervenido.
(...) El sector inmobiliario, y especialmente el stock de viviendas, es un
ámbito donde las decisiones se están realizando de manera centralizada, y
con claro protagonismo del Estado. Es un sector de facto intervenido y
se está regalando al poder financiero, en lugar de resolver la situación
con objetivos sociales. El sector inmobiliario no puede estar sujeto a
la lógica de las finanzas.
Reformar el crédito hipotecario, con el apoyo de Bankia.
El Estado, a través del FROB, ostenta la titularidad del 60,6% de las
acciones de Bankia. El compromiso de privatización antes de finalizar
2019 ya estaba siendo cuestionado por el anterior Gobierno, y el nuevo
debería posponerlo sine die.
No es necesario siquiera abrir el debate
sobre banca pública, se puede justificar por la cotización a descuento
que genera la autoimposición de una fecha límite.
Mientras tanto, Bankia
puede ser un buen instrumento para reducir la exposición al Euribor de
las familias españolas. La conversión de hipotecas de tipo variable a
tipo fijo debería ser una prioridad en la coyuntura actual de bajos
tipos.
Ser poco complacientes con el programa de compra de activos del BCE.
Este programa ha sido el principal instrumento para impulsar el
crecimiento de la eurozona en los últimos años. Ha permitido recuperar
liquidez en el mercado monetario, reducir el coste de la deuda y
favorecer la inversión.
La preocupación para el nuevo Gobierno no debe
ser únicamente la próxima finalización del programa, sino que su
ejecución se ha realizado en clave eminentemente política: se buscaba
lograr estabilidad financiera, pero sólo a los países que cumplieran con
el status quo. Grecia está excluido del mismo.
E Italia, en el momento
de mayor inestabilidad política, ha sufrido la retirada de compras de
deuda pública ¡del propio BCE! El Gobierno español debería dotarse de
los instrumentos adecuados para seguir el ejemplo del Tesoro italiano,
que ha ejecutado órdenes de compra de su propia deuda en momentos de
inestabilidad.
Utilizar el ICO para ocupar el espacio de decisión de las finanzas.
El
Instituto de Crédito Oficial es uno de los dispositivos con mayores
potencialidades para redirigir la actividad económica entre distintos
sectores. (...)
Por este motivo, se debe potenciar el ICO para canalizar demandas
democráticas, como la transformación ecológica. Sin una robusta
planificación y financiación nunca podrá llevarse a cabo el esfuerzo
logístico que requiere el reto del cambio climático. El ICO es un buen
comienzo para ocupar el espacio de decisión hoy exclusivo de las
finanzas. (...)" (Andrea Maler
, Sin Permiso, 10/06/2018)
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