"Segunda jornada de lucha en el almacén de Amazon en San
Fernando de Henares: el 80% de la plantilla fija acata el llamado a la
huelga. La policía golpea a trabajadoras y trabajadores que participan
de los piquetes informativos. Dos detenidos y varios heridos. Así
transcurría el Prime Day ‘épico’ de Amazon este martes.
Ana trabaja en la empresa hace cinco años, es madre
soltera y secunda la huelga con sus compañeros. Después de recibir los
porrazos de la policía, llora de rabia: “Están atacando a mujeres y a
personas desarmadas, que sólo tenemos nuestras manos para trabajar”. Uno
de los trabajadores detenidos tuvo que ser atendido en el hospital y le
dieron siete puntos en la mandíbula. Su camiseta quedó teñida de
sangre.
Después de las cargas policiales, los trabajadores se
reagruparon en asamblea: “Ahora estamos más unidos que nunca”, aseguraba
Luis Miguel Ruiz, delegado por CGT en el comité de empresa. “Que viva
la lucha de la clase obrera”, respondían sus compañeros, entre aplausos.
“Los antidisturbios han venido aquí en contra de los
trabajadores y a favor del patrón”, afirma el delegado sindical.
“Nosotros nos estamos llevando palos al igual que nuestros abuelos, pero
estamos aquí de pie. Lo de hoy no me hace echarme atrás, yo me siento
orgulloso de lo que han hecho mis compañeros y vamos a seguir adelante.”
Orgullo de clase, determinación para seguir la lucha contra el
capitalista más rico de la historia moderna.
Trabajadores de todos los países… ¡uníos!
A la huelga en el almacén de Madrid, se sumaron las
huelgas en siete centros logísticos de Alemania: Bad Hersfeld (FRA1 y
FRA3), Graben, Leipzig, Rheinberg, Werne y Coblenza, además de acciones
solidarias en Polonia. La protesta, internacionalizada, ha encontrado un
amplificador en las redes sociales, con miles de personas llamando al
boicot y repudiando la represión policial. Los trabajadores han logrado
aguarle la fiesta del ‘Prime Day’ a Jeff Bezos. (...)
Pero el secreto de Amazon no está solo en una red
logística sin precedentes, sino en la fuerte precarización laboral de
sus trabajadores y trabajadoras. Al mismo tiempo, la empresa utiliza esa
estructura global para intentar limitar el impacto de las huelgas.
Christian Krähling, delegado en Amazon Bad Hersfeld por el
sindicato Ver.di., explica este mecanismo. Cuando hay conflictos
laborales en Alemania “la empresa puede redireccionar una cierta
cantidad de pedidos a diferentes almacenes que no participan de la
huelga, centralmente a Polonia”. Lo mismo ha hecho Amazon ante la huelga
en San Fernando de Henares, derivando pedidos a Barcelona y Francia.
Dentro de cada centro, Amazon utiliza gran cantidad de
mano de obra temporal para dividir a la plantilla y socavar sus
derechos. Esto también se pudo ver durante la huelga en Madrid, ya que
muchos temporales entraron a trabajar bajo la amenaza de despidos.
“Tanto Amazon como las empresas de ETT se han encargado de decirles a
quienes se les terminaba el contrato en una semana, que si hacían huelga
no se les iba a renovar. Es un intento de esquirolaje, de vulneración
del derecho a huelga y se denunciará en inspección de trabajo”, advierte
Luis Miguel Ruiz.
¿Cómo se derrota a un gigante como Amazon? Krähling piensa
que hay que sumar a más compañeros a la huelga y profundizar la
coordinación internacional. “Necesitamos una estrategia a lo largo de
toda Europa y llegar a acciones sindicales unitarias. Estamos trabajando
en esto y hemos hecho progresos en este sentido. Tenemos que ser
conscientes de que será una larga batalla”.
Douglas Harper, delegado por CC.OO. en el Comité de
empresa de Amazon San Fernando, destaca que “mil doscientos trabajadores
han secundado la huelga en Alemania, más el apoyo que se ha recibido de
Polonia. Es muy importante porque en estos días los centros están
trabajando a máximo nivel, y cada centro que va cayendo produce una
pérdida directa para Amazon.”
Las huelgas sirven para unir a la clase obrera, agrega
Harper. Para superar “la competencia de unos contra otros que transmite
el capitalismo”. Entre los trabajadores “hay una media de edad de 24
años, gente que no viene con una conciencia sindical arraigada, pero
entiende lo que es la lucha y lo que es la solidaridad, el
individualismo no nos lleva absolutamente a nada.”
Desde Alemania, Krähling reflexiona en el mismo sentido:
“El mundo se está volviendo más pequeño cada día. El capital cruza
fronteras fácilmente. ¡Nosotros también debemos hacerlo! Pero no se
trata solo de enviar buenos mensajes a otros huelguistas alrededor del
mundo o incluso a coordinar algunas huelgas.
Cuando me encuentro con
trabajadores de Amazon en Leipzig, Poznan, Madrid o Guangzhou en China,
es como encontrarme con mis hermanos y hermanas. Es algo que toca el
corazón y te da energía para las luchas cotidianas, porque sabes que
otros están luchando las mismas batallas. ¡Es muy inspirador y mantiene
la lucha viva!”.
¿Adiós al proletariado? No. ¡Bienvenida, clase obrera!"
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