25.10.18

La persecución de la solidaridad... la nueva consigna europea. La Fiscalía italiana acusa al alcalde de Riace de “favorecer la inmigración ilegal”. Este delito se usa en toda Europa contra activistas...

"A finales de julio Domenico (Mimmo) Lucano, alcalde de Riace, estaba a punto de quebrarse. No podía más. “Quiero que esto se acabe. No veo la hora de que esto se acabe”, se quejaba, sin importarle lo inoportuno de su desahogo delante de un equipo de documentalistas que le perseguía desde hacía días para una entrevista. Eran las nueve y cinco de la mañana. 

Unos minutos antes de la cita concertada con los periodistas, una mujer migrante había entrado en el despacho de la asociación Città Futura –el ayuntamiento informal de Riace– para reclamarle algo. A través de la puerta las palabras resultaban incomprensibles, pero no el tono de la conversación. A grito. Los gritos de la desesperación. De la mujer y de Mimmo.

Al antiguo profesor de Química que un día, allá por 1998, decidió convencer a sus paisanos de que había que acoger a los nuevos vecinos arribados a sus costas en pateras, le comunicaron el lunes 2 de octubre, “a la primera hora del alba”, su arresto domiciliario. La Fiscalía italiana le acusa de “favorecer la inmigración ilegal” y de “irregularidades en la concesión de las contratas del servicio de recogida de basuras”, según puede leerse en la nota de prensa de esta institución. 

Esta no es la primera investigación contra Mimmo. “Ha habido cuatro de la Prefectura de Reggio Calabria, dos favorables y dos negativas”, explica Roberta Ferruti en un audio de Whatsapp.  “Con respecto al contenido de las mismas, los abogados de la Associazione Studi Giuridici dell'Immigrazione han señalado  que no hay elementos para establecer ninguna coacción contra Riace, como, por ejemplo el bloqueo de la financiación. 

Es probable, dicen, que si pudiera haber alguna sanción administrativa por pequeñas irregularidades”, añade esta periodista y miembro de la Rete dei Comuni Solidali (Recosol).

La revista estadounidense Fortune incluyó en 2016 a Lucano en su lista de las 50 personalidades más influyentes del mundo. En el número 40. El único italiano de la clasificación. “Ese reconocimiento no le trajo fortuna”, ironizaba Ferruti en un paseo por las calles del pueblo. 

Unos meses más tarde, bastante antes de que llegara la Liga Norte y Salvini al poder, se paralizaron los fondos para la recepción de demandantes de asilo y refugiados. El Estado siguió, sin embargo, asignando personas a Riace.  

Durante dos años no llegó dinero a este pueblo que entre los cincuenta y setenta vio marcharse a un gran número de sus vecinos a Argentina, norte de Italia y Alemania. En sus antiguas casas habitan algunas de las 165 personas demandantes de asilo o refugiadas (entre ellas 50 niños) vecinas de Riace.

 Llegaron a ser unas 400 en un censo de unos 1.500 habitantes. La falta de fondos ha hecho que muchas se marcharan o que otras, obligadas a permanecer mientras tramitan sus papeles, se sientan enfadadas o desesperadas.

También se largaron o quedaron truncados proyectos como la cooperativa de recogida selectiva de basura en asnos –iniciativa en el punto de mira de la investigación–, la granja escuela o la moneda social, unos bonos emitidos por la Alcaldía para la compra en los comercios locales. Tras meses sin  reembolso, solo un establecimiento de Stignano, un pueblo cercano, seguía admitiéndolos este verano.  

Uno de los cierres más dolorosos fue el del Centri di Accoglienza Straordinaria. El 28 de diciembre de 2016. Ahí vivió Becky Moses durante dos años. Cuando, tras la clausura, la mandaron al centro de acogida para solicitantes de asilo de Crotone, uno de los más grandes de Italia, esta joven nigeriana intentó volver a Riace. 

No pudo, no había fondos. Y entonces se negó a sobrevivir donde le asignaban. Prefirió instalarse en San Ferdinando, un campamento de chabolas y tiendas de campañas, donde aún puede distinguirse el logo del Ministerio del Interior, el organismo que lo puso en pie en 2010. Allí murió el 26 de enero, a los 25 años, en un incendio. 

A finales de julio, Mimmo no solo cargaba con estos fracasos, también sabía que este era su último mandato. No puede volver a presentarse en las próximas elecciones al haber superado el número máximo de legislaturas permitidas.  Y sin embargo, pocos días después revivió. Pareció haber encontrado de nuevo la fuerza. Inició una huelga de hambre, el “ayuno de la justicia”, para reclamar la entrega de los fondos bloqueados. Su protesta tuvo mucho eco en la prensa italiana e internacional. 

Recibió el apoyo de figuras políticas como la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el regidor de Nápoles, Luigi De Magistris, y de intelectuales y artistas como el periodista y escritor Roberto Saviano o el actor Giuseppe Fiorello. Además, Recosol lanzó una campaña de recogidas de fondos. “En muy poco tiempo se recaudaron casi 300.000 euros”, cuenta Ferruti. 

Y tras su renacer, llega la orden de arresto. Es imposible demostrar una relación de causalidad entre los hechos, pero sí hay indicios de que están conectados. Al menos en la cabeza de Matteo Salvini. “Quién sabe qué dirán ahora Saviano y todos los buenistas que querrían llenar Italia de inmigrantes. Yo sigo adelante. #puertos cerrados #corazones abiertos”, tuiteó en cuanto se hizo pública la noticia."           (Amanda Andrades, CTXT, 03/10/18)

No hay comentarios: