"¿La próxima crisis que parece dibujarse puede ser fatal?
La próxima crisis será verosímilmente más grave que la
de 2008, porque en 2008 se trató un exceso de endeudamiento con un
incremento del endeudamiento. Se trató el mal, por tanto, con mayor mal.
Ahora bien, iguales causas producen iguales efectos. Lo que nos espera,
aunque nadie pueda prever la fecha con certeza: depreciación del valor
de las activos, acciones, inmobiliario, obligaciones, cuyo valor se ha
hinchado por la creación de moneda por parte de los bancos centrales.
Para evitar el hundimiento, hemos elevado una vez más la altura del
edificio moviendo crédito generalizado y mundializado. Es probable que
esto no dure.
¿Tienen los estados todavía
los medios y la voluntad de regular un capitalismo financiero que ha
enloquecido? ¿Y pueden controlar los GAFA [Google, Apple, Facebook y
Amazon]?
Los estados disponen de todos los medios para regular
el capitalismo. El problema es que los límites que ponen no hacen más
que desplazar la locura especulativa. Si se regulan los bancos –algo que
se hizo después de 2008- las finanzas se desplazan al shadow banking, el sistema financiero paralelo.
El determinante principal de la crisis financiera es
la psicología de las multitudes, es decir, los comportamientos
borreguiles de los inversores, que perduran igual que el deseo de
enriquecerse, es decir, mucho tiempo.
Es inútil esperar un mundo sin crisis, es ilusorio
pensar que el Estado y los poderes públicos son una solución a la crisis
financiera. Hay que regular, desde luego, pero eso no supone una
protección absoluta. La vigilancia ha de ser permanente.
La patronal y los políticos
¿son conscientes de las apuestas, o se contentan con hacer populismo
patronal para unos y política para otros?
Los patronos de las empresas que cotizan en Bolsa se
ven a menudo forzados a respetar las reglas de juego del sistema actual:
el que ignorase deliberadamente a sus accionistas se condenaría, lo
cual lleva a veces a la empresa a prácticas contestables, como la
recompra de las propias acciones, privándola de medios para invertir.
En
cuanto a los dirigentes políticos, no tienen siempre un buen
conocimiento de los mecanismos de las finanzas y de la Bolsa, a falta de
haber trabajado en empresas, lo que les conduce a menudo a los “Basta
con…”
Los populistas son los más inclinados a estos atajos,
tanto más seductores por cuanto los partidos tradicionales, lo mismo
los de izquierda que los de derecha, no vieron venir la última gran
crisis. (...)" (François Lenglet, conocido periodista económico y divulgador francés,Sin Permiso, 17/10/18)
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